El Sevilla se traiciona pero gana

El Sevilla se jugaba la vida y lo hizo con un plan que traicionaba todo lo que le hizo grande: la planificaci¨®n, el juego comprometido, el estilo asumido. Su f¨²tbol no sali¨® del hoyo, el resultado se lo arregl¨® un ¨¢rbitro protagonista. Pero el Sevilla no dej¨® de ser otro.

Osasuna se esperaba una salida a rebato de los sevillistas, tal y como parec¨ªan indicar las lapidarias frases elegidas para que llegaran al p¨²blico a trav¨¦s de las declaraciones del entrenador, Manolo Jim¨¦nez, y el presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa del Nido. Los sevillistas anunciaron conjuro y rabia a la hora de afrontar el encuentro, sin olvidarse de recordarle al contrario que en cualquier momento podr¨ªan recordarse a s¨ª mismos. Vamos, que les podr¨ªa salir uno de esos partidos incontestables que tan frecuentes fueron con Juande. El empuje de los sevillistas no dur¨® m¨¢s que un rato y los osasunistas se encontraron con que, pese a que se hab¨ªan preparado para defenderse, mandaban en el partido.

Aunque este inesperado dominio del visitante dur¨® poco m¨¢s de diez minutos, el Sevilla ense?¨® todos sus males. Todos ellos se resumen en una definici¨®n que hasta hace casi nada parec¨ªa imposible que se pudiera aplicar al juego sevillista. Ya no es un equipo. Todo lo que pueda hacer, todo lo que pueda lograr este conjunto depender¨¢ de lo que sean capaces algunos de sus futbolistas, de su calidad, personal e intransferible. Como viene siendo habitual, Alves tir¨® de sus compa?eros.. Al lateral brasile?o se uni¨® Diego Capel.

En cambio, Poulsen y Renato estuvieron espantosos. El dan¨¦s salv¨® la cara con el gol, ya en la segunda mitad, que logr¨® tras empujar, vergonzosamente solo frente a Ricardo para los defensores osasunistas, el saque de una falta que Chevant¨®n -le retiraon en camilla, lesionado- puso frente al ¨¢rea peque?a. El que no se salv¨® de nada fue Renato. El jugador con m¨¢s calidad t¨¦cnica de entre todo el ASevilla, seg¨²n confiesan sus compa?eros, hace meses que no aporta nada. No es la primer crisis del jugador en el equipo. Pero s¨ª que parece la definitiva. Ayer parec¨ªa imposible que fuera uno de los protagonistas del ba?o que el Sevilla le peg¨® al Bar?a en la final de la Supercopa de Europa hace dos veranos. Ni ¨¦l parece saber adaptar su calidad al equipo ni Jim¨¦nez parece saber c¨®mo aprovecharla. Porque el Sevilla calidad tiene, pero no sabe qu¨¦ hacer con ella.

Osasuna, aunque parec¨ªa disfrutar, pareci¨® confuso ante el cambio de gui¨®n. A la media hora, Monreal envi¨® una falta al palo derecho de la porter¨ªa de De Sanctis. Plano e intrascendente, el conjunto navarro estaba muy cerca de rentabilizar su viaje a Sevilla. El gol de Poulsen no pareci¨® afectarles mucho. El sencillo plan de Ziganda sigui¨® vigente. Los cambios le dieron vigor y Sola puso el empate. Pero Iturralde les arrebat¨® el beneficio. Y Luis Fabiano, claro. Aunque tuviera que repetir el penalti.