¡°Yo me s¨¦ cabrear muy bien¡±
Voces autorizadas hab¨ªan alertado al incauto ante la perspectiva de una cita con Alfredo Landa, hipot¨¦tico monstruo del averno. "?Uffff, Landa, vete con cuidado!". "A ver c¨®mo tiene el d¨ªa" o "prep¨¢rate" eran algunos de los avisos a navegantes. Y no ten¨ªan raz¨®n, o la ten¨ªan s¨®lo a medias, porque, una vez enfilada la proa, el acorazado Landa, todo un car¨¢cter, navega solo, con prisa, sin pausa y sin freno, apabullante como un c¨ªclope bajito y cabreado, s¨ª, aunque en el fondo no lo est¨¢, s¨®lo lo parece, y la cosa desemboca casi en lo entra?able.
Landa da cita en el bar de un hotelito madrile?o, imperceptible y muy a?os setenta. Es su cuartel general, su santuario pagano y su sal¨®n de tertulias los s¨¢bados al mediod¨ªa, seg¨²n se mira al fondo a la derecha de la barra, y alg¨²n vinito cae, porque arreglar el mundo se hace pesado.
Landa fabric¨® el landismo hace cosa de 40 a?os y sigue fascinado con ¨¦l, como muchos espa?oles, da lo mismo que unos lo confiesen y otros no. Pero se va. Cansado -y algo desencantado- de una vida de cine, est¨¢ dispuesto a pegarse ahora la vida padre. Y marido. Y abuelo. El noble arte de no hacer nada y tirarse el rollo; en fin. Quedan lejos, pero tan cerca, salvajadas ca?¨ªs y raciales como Cateto a babor, No desear¨¢s al vecino del quinto, Un curita ca?¨®n o Vente a Alemania, Pepe. Tambi¨¦n personajes de altura cinematogr¨¢fica como el sobrecogedor Paco el Bajo de Los santos inocentes, de Camus (premio de interpretaci¨®n en Cannes junto a Paco Rabal); el Germ¨¢n Areta de El Crack, de Garci, o el Sancho Panza que compuso para Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n. Por todo ello -por todo- recibir¨¢ el domingo que viene el Goya de honor de la Academia del Cine, en una gala de la que Alfredo Landa puede salir con dos cabezones bajo el brazo, ya que tambi¨¦n opta al Goya al mejor actor por el que, asegura, ser¨¢ su ¨²ltimo papel en el cine, Luz de domingo, de su antes amado y ahora denostado Jos¨¦ Luis Garci. Llegan al fin las buenas noticias para Alfredo Landa, ¨²ltimamente acosado por otras noticias mucho peores en forma de problemas de salud, no s¨®lo en carne propia, sino tambi¨¦n en la de su esposa y confidente, Maite.
Tuvo Alfredo Landa la desfachatez de nacer el 3 del 3 del 33 a las tres de la tarde, y vive en el n¨²mero 3 de su calle, a la saz¨®n Comandante Franco, y hasta hace nada ten¨ªa tres nietos, uno de ellos de tres a?os, llamado tambi¨¦n Alfredo Landa. Qu¨¦ cosas tiene usted. Pues s¨ª, mira t¨² qu¨¦ cosas con el dichoso tres. Y otro de mis nietos se llama Jer¨®nimo, qu¨¦ majico es. Se puso como loco el d¨ªa que le dije que a su abuelo le hab¨ªan concedido el Goya de honor y que adem¨¢s le hab¨ªan nominado a mejor actor del a?o, y que adem¨¢s iba a ganar los dos premios.
Anda que no va usted sobrado de confianza.
?Que s¨ª, hombre, que s¨ª, que voy a ganar los dos, aunque le joda a Garci!
Eso, la que ha montado usted con su cabreo con Garci. ?Pero no eran ustedes ¨ªntimos? ?ramos, ¨¦ramos, pero se acab¨®. Cosas.
Hombre, ser¨¢ un mal rollo pasajero. No, se acab¨® para siempre. Y mira que Jos¨¦ Luis ha estado en casa, yo en la suya, me ha llorado en el hombro y yo a ¨¦l y todo eso, pero se acab¨®. A m¨ª no se me hacen estas cosas. [A la pregunta de cu¨¢l fue el motivo concreto del desencuentro, Alfredo Landa contesta con una largu¨ªsima, personal e intransferible explicaci¨®n plagada de pelos y se?ales, explicaci¨®n que no se publica aqu¨ª porque as¨ª lo ruega el interesado].
Bueno, ?y qu¨¦ har¨¢ si gana los dos 'goyas'?
Invitar¨¦ a todo el mundo a casa a tomar dry martini, porque no s¨¦ si sabe la gente que yo hago el mejor dry martini del mundo. Lo tengo todo escondidito en un caj¨®n de la nevera que s¨®lo puedo tocar yo. La ginebra, las copas, el vaso mezclador, todo. Dejo huella con el dry martini, dejo huella.
As¨ª que Alfredo Landa, natural de Pamplona, hijo de guardia civil, criado en San Sebasti¨¢n, emigrado a Madrid, inventor del 'landismo'...
Pues s¨ª. Hombre, yo a San Sebasti¨¢n la respeto y la quiero mucho, all¨ª pase¨¦ la pubertad y esas cosillas, pero, este... ?Yo soy navarro, ante todo y por encima de todo, navarro! Y que no me toquen el magro con el tema. Ser navarro marca nivel. Yo hace poco dije en una entrevista que nada de que Euskadi anexionara Navarra. ?En todo caso, que Navarra anexionara Euskadi! Bueno, pues recib¨ª muchas llamadas de familiares, y sobre todo la de mi primo Javier, que me solt¨®: "?Oye, Alfredo, te llamo porque me has puesto a cien, y porque tienes unos cojones como el caballo de Santiago!".
Por cierto, perd¨®n; la primera pregunta de esta entrevista tendr¨ªa que haber sido '?qu¨¦ tal esa salud?'. Y yo te hubiera contestado: ?Maravillosa! Todo en orden. Muy bien. [Dibuja con las manos un gesto definitivo de que todo est¨¢ resuelto].
Tambi¨¦n su mujer estaba delicada. ?C¨®mo se encuentra ahora?
Estupendamente, fenomenal. Un milagro. Si estaba casi muerta?.
Bueno, es de suponer que el m¨¦dico le habr¨¢ quitado a Alfredo Landa lo del 'dry martini'.
?Nada de eso! Mira: Augusto, mi m¨¦dico, me dijo que comiera y bebiera lo que quisiera; hombre, con medida, como todo en esta vida. Me pidi¨® que procurara no pasarme con la bebida destilada, eso s¨ª. Normal. Pero tomo, tomo, ?eh?, aunque no abuso. Hombre, cuando hay que celebrar alg¨²n evento gordo y tal... Por ejemplo, cuando gane los dos goyas caer¨¢ alguno, claro.
De lo que s¨ª se ha retirado es del cine. O eso dice. ?Nos lo creemos?
Nos lo creemos, nos lo creemos.
Pues se ha tirado casi medio siglo haciendo pel¨ªculas, y eso...
Qu¨ªtale lo del casi.
Y eso acojona. No.
Hombre, visto desde fuera, impresiona. Ciento veinte pel¨ªculas a las espaldas. Ah, no s¨¦, no me he puesto yo nunca en la piel de los de fuera, s¨®lo en mi piel. Hombre, yo comprendo que, seg¨²n la forma de ser que uno tenga, la visi¨®n de la vida y tal, pueda impresionar. Pero a m¨ª no, nada.
?Cabe o cabr¨¢ alguna dosis de arrepentimiento? ?Ha empezado ya el camino hacia la nostalgia?
??Qu¨¦¨¦¨¦ diiices!? Mira, esa decisi¨®n yo la tom¨¦ en el mes de marzo, pero la ten¨ªa pensada desde las navidades anteriores. Y me lo pens¨¦ mucho, le di muchas vueltas a la cabeza, y calibr¨¦ mucho lo que entra?aba la decisi¨®n de retirarme. De no hacer ni una pel¨ªcula m¨¢s, de decir adi¨®s, de empezar a verlo todo desde fuera, con cari?o, pero desde fuera. Y al cabo de muchos d¨ªas de pensar me dije: "?Lo tengo claro!". Y cog¨ª a Maite, mi mujer, y le dije: "Si¨¦ntate, que tenemos un temita importante". Porque Maite es mi 50%, mi proyecci¨®n, mi pensamiento, mi modo de estar y de hacer...
?Su prolongaci¨®n? ?Y usted la suya?
S¨ª. Totalmente.
?La persona que ha limado el diamante en bruto, con perd¨®n, que iba dentro de Alfredo Landa?
Pues s¨ª, porque si hay diamante, es verdad que es bien bruto. Bueno, pues nos tomamos un pelotazo y se lo expliqu¨¦. Le dije que acababa de rodar Luz de domingo, de Garci, y que, aunque no hab¨ªa tenido problemas con nadie, hab¨ªa sido para m¨ª una experiencia inc¨®moda por c¨®mo se hab¨ªan hecho ciertas cosas y por la trayectoria que hab¨ªa tomado la pel¨ªcula. Pel¨ªcula en la que, por cierto, yo estoy fenomenal, porque es uno de mis dos o tres mejores papeles, pero que a m¨ª no me gusta c¨®mo qued¨®. Y le dije a Maite que eso me hab¨ªa hecho pensar mucho. Y que la conclusi¨®n era que me iba a retirar. Bueno, que nos ¨ªbamos a retirar. Pero que necesitaba consult¨¢rselo. Ella me mir¨® y me contest¨®: "Ol¨¦". Me dijo eso la t¨ªa. Y se qued¨® zanjado el tema.
Ya, pero repito: ?ha asomado la nostalgia? Absolutamente nada. Y eso que la posible nostalgia fue una de las cosas que m¨¢s calibr¨¦ al tomar la decisi¨®n. Yo s¨¦ que voy a perder muchas cosas de las que ayudan a vivir la vida, pero eso no es lo importante. Es cojonudo, porque yo voy mucho al cine -dos o tres veces por semana, seguro- y en ning¨²n momento he sentido envidia. Qu¨¦ raro. Soy m¨¢s raro que la pera. Hombre, yo vi la peli esa alemana de La vida de los otros y vi a ese actor que estaba del carajo de la vela de bien, pero nada, nada de envidia.
?Qu¨¦ cosas descubre uno tras tomar la decisi¨®n de dejarlo? Pues una de las cosas importantes que yo descubr¨ª fue que, en realidad, hab¨ªa circunscrito toda mi vida al cine. Oye, que llevo 47 a?os casado con Maite, m¨¢s otros cuatro de noviazgo como aquel que dice. Eso es mucho arroz. Y ahora vamos a disfrutar. Y de los nietos, claro.
Pero hay toreros que se cortan la coleta y luego acaban renaciendo como el ave f¨¦nix. No ser¨¢ usted de ¨¦sos, ?no?
?Que nooo, que nooo! Mira, hay gente que me plantea eso y, vale, yo lo admito. Pero es que se olvidan de una cosa: yo soy navarro. Un t¨ªo serio. Y si digo una cosa, la digo y la hago. Soy un t¨ªo de principios.
Anda, ¨¦sa es una de las cosas que m¨¢s dice la gente que tiene pero que en realidad menos abunda: los principios.
Bueno, vale, pues para m¨ª son fundamentales. Y no hay que decirlos; hay que tenerlos y hacerlos.
O sea, que en el caso hipot¨¦tico de que gane los dos 'goyas'...
?Que no, que hipot¨¦tico no, que me los van a dar!
Digo que ni en ese caso se replantear¨ªa la retirada, ?no?
No, nada, ?mecag¨¹endiez, si ser¨ªa la retirada ideal! Mira, un d¨ªa, hablando con Jesucristo -porque yo suelo hablar mucho con ¨¦l a t¨ªtulo de "oye, t¨², joder, lo esto y lo otro"-, le dije que ya sab¨ªa que iban a venirme con ofertas y cosas si ganaba el Goya. Pero, nada, no hay nada que hacer. Ya pueden venir, ya. Bueno, ya he tenido ofrecimientos, ?eh? Pero nada, nada.
Ahora se dedica a la vida contemplativa. ?En qu¨¦ consiste no hacer nada?
En nada. En no levantarse antes de las doce. En irse al frigor¨ªfico, prepararse un gin-tonic y tumbarse en la terraza a leer el peri¨®dico. En eso.
En ocasiones, en la vida, se diluye la emoci¨®n de las cosas como azucarillo en el caf¨¦. ?Es su caso con esto del cine?
S¨ª que es, s¨ª.
?Por qu¨¦?
Porque lleg¨® un momento en el que me di cuenta de que la pasi¨®n que yo ten¨ªa ya no era pasi¨®n. Todo el mundo tiene un hobby: unos coleccionan sellos, otros monedas, otros mariposas... Pero, en mi caso, mi hobby ha sido mi profesi¨®n. A veces me he puesto a considerar mi vida y me he preguntado: "Y si no hubieses sido actor, ?qu¨¦ co?o habr¨ªas sido?". Y me he contestado: "?Habr¨ªas sido un gilipollas!". Porque no tengo otras pasiones, ni las he tenido. Pero ahora se me ha ido esa pasi¨®n, pero no me importa.
A lo mejor habr¨ªa sido algo serio, como abogado, como quer¨ªa su madre, en vez de eso tan desprestigiado de c¨®mico.
Je, je, je, pues a lo mejor. Oye, que yo hice primero de Derecho, ?eh?
?C¨®mo recuerda su juventud donostiarra, la ¨¦poca del Teatro Espa?ol Universitario y todo aquello?
Pues como si fuera ayer. Recuerdo el TEU y c¨®mo ensay¨¢bamos en un desv¨¢n destartalado del antiguo Instituto Pe?aflorida, lo que hoy es el Centro Cultural Koldo Mitxelena de San Sebasti¨¢n. Y recuerdo c¨®mo un d¨ªa, volviendo de noche a casa despu¨¦s del ensayo, empec¨¦ a repetirme sin parar: "Yo tengo que ser c¨®mico, yo tengo que ser c¨®mico". Ten¨ªa 16 a?os, pero ya lo ten¨ªa muy claro. Tambi¨¦n me acuerdo de la secci¨®n de teatro de las juventudes de Acci¨®n Cat¨®lica, que dirig¨ªa Alberto Ar¨®stegui. Y fue ¨¦l el que me propuso debutar, en una obrita de Mu?oz Seca que se titulaba Se?or Tressols. Yo le dije que ni hablar, que no sabr¨ªa hacer aquello. Pero al final fui y lo hice. Y tuve un ¨¦xito de cojones. Me aplaudieron tres mutis por el foro. Entonces sent¨ª como un destello y supe que iba a ser actor. Tiene cojones.
Debi¨® de parecerse a eso que Mick Jagger y otras estrellas del rock han llamado "el orgasmo del directo".
Pues debe de ser, s¨ª. ?Je, je, el orgasmo! Fue la leche.
Y eso que, repito, su madre no quer¨ªa ni o¨ªr hablar de c¨®micos.
?Pero si hasta hizo en Pamplona una reuni¨®n familiar con mi t¨ªo Seraf¨ªn y mi t¨ªa Felipa para decirles que Alfredico se quer¨ªa meter a actor! Y, claro, le dijeron que no me dejara, que qu¨¦ iba a decir la gente. Pero yo le avis¨¦ a mi madre: "Mam¨¢, si no me dejas irme, me quedo y acabo la carrera de Derecho, pero si a los 40 a?os soy un infeliz, te voy a echar la culpa a ti". Y ah¨ª se acab¨® la discusi¨®n, me dijo: "Vete". Tard¨¦ una semana en meterme en el Expreso a Madrid, con 7.000 pelas que ten¨ªa ahorradas y una carta de recomendaci¨®n para presentarme ante Modesto Higuera, que era el director del Teatro Nacional de C¨¢mara, porque yo hab¨ªa ganado el premio nacional al mejor actor en el TEU de San Sebasti¨¢n.
?Y?
Llegu¨¦ a la altura de Alsasua y todav¨ªa estaba llorando. Adi¨®s a mis padres, adi¨®s a mis amigos, adi¨®s a San Sebasti¨¢n.
?Y despu¨¦s de los adioses y las l¨¢grimas?
Llegu¨¦ a Madrid, sal¨ª de la estaci¨®n de Pr¨ªncipe P¨ªo con las piernas que no me ten¨ªan, mir¨¦ a un lado, mir¨¦ a otro y me dije a m¨ª mismo: "Y ahora, ?por d¨®nde le meto yo mano al mel¨®n?". Hablamos del a?o 58; ¨¦chale cojones al asunto, ?eh?
Y con la carta de recomendaci¨®n, ?qu¨¦ pas¨®?
Ah, pues eso, que le llam¨¦ a Higuera y no me hizo ni puto caso, claro. L¨®gico.
Hombre, es que era usted un pobre diablo. Ni m¨¢s ni menos que un pobre diablo.
Y a los cuatro a?os, el pobre diablo ya estaba rodando con Forqu¨¦ Atraco a las tres. Pues s¨ª. El 18 de octubre de 1962, yo debut¨¦ en el cine con Atraco a las tres.
?Qu¨¦ le debe a Jos¨¦ Mar¨ªa Forqu¨¦?
?Hombreeeeee! Mucho, mucho, mucho. Forqu¨¦ y Pedro Mas¨® se hab¨ªan fijado en m¨ª el a?o anterior en el Teatro Mar¨ªa Guerrero, donde yo estaba haciendo Elo¨ªsa est¨¢ debajo de un almendro, con direcci¨®n de Jos¨¦ Luis Alonso. Mas¨® le pregunt¨® a Forqu¨¦: "Oye, ?qui¨¦n co?o es el bajito ese, que no le conozco de nada?". Y Forqu¨¦ cogi¨® el programa y le dijo: "Uno que se llama Alfredo Landa". Y Mas¨®: "Ll¨¢male y que venga al despacho". Y tres d¨ªas despu¨¦s me solt¨® Pedro Mas¨®: "Bueno, usted va a empezar en el cine por la puerta grande". Y me pag¨® 10.000 pesetas por tres semanas de contrato. Cuando acabamos el rodaje de Atraco a las tres le dije la verdad: "Oye, Pedro, ?sabes que si en vez de pagarme esas 10.000 pelas me las hubieras pedido, yo te las habr¨ªa pagado por estar en la pel¨ªcula?".
Y ah¨ª empez¨® la pasi¨®n de sus pasiones: la comedia. Por supuesto.
Pero tambi¨¦n ha hecho cosas serias, papeles graves... S¨ª, pero la comedia, ?ay!
?Qu¨¦ tiene esa chica que no tengan las dem¨¢s?
Pues esa chica tiene una mirada que no la tiene nadie. Es el g¨¦nero mejor, el m¨¢s importante, tambi¨¦n el m¨¢s dif¨ªcil. Yo estren¨¦ 40.
Fue usted siempre el perfecto cabreado.
S¨ª, es verdad, qu¨¦ le vamos a hacer. Un d¨ªa, en una boda en Barcelona, Luis Aguil¨¦, a quien hab¨ªan contratado para cantar, me solt¨®: "Eres el actor que mejor se cabrea en el mundo". Y le dije que ten¨ªa raz¨®n. Porque es que yo me cabreo muy bien.
En el cine, se entiende...
En el cine. Bueno, si me tocan un poquito el magro, en la vida tambi¨¦n. Yo me he cabreado muy poco. Una vez me cabre¨¦ con un director de cine que, si me dejan, esta entrevista la hubi¨¦ramos hecho en Alcal¨¢ Meco.
Porque Landa gasta fama de mala leche, eso s¨ª.
Eso s¨ª. Y no es del todo mentira, la puedo tener, ?eh? Yo me s¨¦ cabrear muy bien.
Incluso en los papeles m¨¢s dram¨¢ticos acababa Alfredo Landa inyectando comedia. Caso de Paco el Bajo de Los santos inocentes.
Es que es lo m¨¢s bonito del mundo. Sacar de un drama la ternura y la risa es lo m¨¢s hermoso de esta profesi¨®n. Y ternura la tenemos todos, ?eh?, hasta Al Capone.
Pero eso de la 'vis c¨®mica', ?se tiene o se aprende?
Se nace. Uno nace c¨®mico, y punto. Y lo dem¨¢s son s¨®lo buenos intentos. Por ejemplo, Paco Mart¨ªnez Soria naci¨® c¨®mico. Yo fui siempre un fan suyo, qu¨¦ gracia ten¨ªa el cabr¨®n. Y no sali¨® nunca de Espa?a. Bueno, s¨®lo cuando se larg¨® a M¨¦xico a hacer Anacleto se divorcia.
Pues no deja de ser valiente, en este pa¨ªs, reconocerse 'fan' de Mart¨ªnez Soria. Ni siquiera del Alfredo Landa -ligoncete-en Torremolinos...
Jooooder, claro que no. Es que yo estoy orgulloso y defiendo todo lo que he sido, pero he hecho algunas cosas que... ?Joder, qu¨¦ cosas he hecho!
Usted perpetr¨®, por ejemplo, el 'landismo', fen¨®meno personal e intransferiblemente espa?ol. ?Asume o lamenta?
Yo no cre¨¦ esa palabra, pero estoy agradecid¨ªsimo al t¨ªo que la cre¨®. No s¨¦ qui¨¦n es, pero tiene toda mi admiraci¨®n y todo mi cari?o. Lo asumo, lo asumo.
El 'landismo' pas¨® de hecho cinematogr¨¢fico a fen¨®meno sociol¨®gico, ?no cree?
No tengas ninguna duda sobre eso. El landismo ha marcado. Y aunque muchos se han referido a ¨¦l peyorativamente, con el paso de los a?os la cosa ha cambiado, y hoy se habla de ¨¦l como un fen¨®meno de sociedad, s¨ª, y se habla con simpat¨ªa.
Admitamos que era un cine m¨¢s que primario, pero a lo mejor hablaba de un mont¨®n de fantasmas que el espa?olito de a pie manten¨ªa escondidos.
?Pues, hombre, claro! ?Lo dudas? Muchos despotricaban contra aquellas pel¨ªculas porque en el fondo les daba rabia no ser ellos el ligoncete que se llevaba de calle a las suecas, c¨®mo te lo contar¨ªa yo. Bueno, pues hoy mucha gente se me acerca y me dice al o¨ªdo: "T¨² s¨ª que has vivido, ?qu¨¦ cabr¨®n!".
En los sesenta y los setenta, ?se viv¨ªa el rodaje de una pel¨ªcula igual o parecido a hoy o era muy distinto?
Bah, nada que ver, era muy distinto, hab¨ªa como otra soltura en todo. No s¨¦, era otra cosa.
Pero ?por qu¨¦ exactamente? Expl¨ªquelo para que la gente no diga que es usted un nost¨¢lgico.
?A m¨ª qu¨¦ cojones me importa, ya pueden decir misa! No, lo que quiero decir es que yo viv¨ª mi juventud de una forma totalmente distinta a como se vive hoy, sin ninguna duda. Con otra proyecci¨®n, con otras metas, otras ideas, otra inquietud. Mira, yo, de joven, en San Sebasti¨¢n, cuando todo el mundo se iba a bailar a las fiestas de Renter¨ªa o de Hernani, yo ensayaba funciones de teatro sin parar, pensando en si un d¨ªa la podr¨ªamos representar. Pero no era un empoll¨®n, ?eh? Es que lo disfrutaba, era mi vida.
?Cree que antes se viv¨ªa mejor?
Pues s¨ª, creo que se viv¨ªa distinto, que se viv¨ªa mejor, s¨ª. Yo es que... ?Yo es que he sido muy feliz, mecag¨¹en la leche! Nunca he renegado de las cosas, y lo he pasado de cojones. Y sigo.
Nunca form¨® compa?¨ªa teatral ni tuvo anhelos de dirigir una pel¨ªcula. ?Por qu¨¦?
F¨¢cil: porque siempre he pensado que "zapatero, a tus zapatos". Lo tuyo, hazlo bien, y no te metas en otros jaleos. Que otros lo han hecho, y en fin... Y en cuanto a lo de la compa?¨ªa, pues no, porque no he tenido yo la suficiente mala baba para ser empresario: habr¨ªa formado una compa?¨ªa cojonuda, les habr¨ªa pagado a todos lo que se hubieran merecido... y me habr¨ªa estrellado.
Alfredo Landa, producto cien por cien 'typical spanish', ?c¨®mo ve a este pa¨ªs llamado Espa?a?
Yo, mal, francamente mal. No por m¨ª, que no tengo queja, sino por c¨®mo se comporta la gente, c¨®mo van algunos por la vida.
Un pa¨ªs 'muy putilla', que dir¨ªa Santiago Segura.
S¨ª, puede que s¨ª, puede que valga la expresi¨®n. ?Ah, Santiago Segura, s¨ª, hombre! Bueno, yo a ¨¦ste le vi en una pel¨ªcula que estaba francamente cojonudo, espera, una de? ?lex de la Iglesia. ?Eso, ?lex de la Iglesia! Este...
'El d¨ªa de la Bestia'.
El d¨ªa de la Bestia, ?buen¨ªsima! Vale, bueno, pues muy bien. Pero luego le vi en el programa ese de televisi¨®n que hizo, Sab¨ªas a lo que ven¨ªas o algo as¨ª. Y muy mal. A m¨ª me llam¨® para que fuera. ?Te imaginas? Yo, en un programa que se titula Sab¨ªas a lo que ven¨ªas. ?Antes monja! ?Pero si a m¨ª me da asco la telebasura esa! Habr¨ªa que prohibirla, que si el tomate, que si tal y que si cual, y es mucho m¨¢s f¨¢cil acabar con ella que lo que quiere dar a entender el Gobierno, ?eh? Se proh¨ªbe y punto. No, Santiago Segura es un t¨ªo listo, ?eh?, pero yo te digo una cosa: visto aquello que hizo en la tele, te puedo decir que ¨¦se ya no har¨¢ nada. Se acab¨®. Una pena.
?Tiene remedio la cosa esa del comportamiento medio de los espa?oles?
Hombre, claro que tiene. Ese remedio est¨¢ metido en un frasquico, y yo lo tengo. Hay que llenarlo todos los d¨ªas, pero la gente no lo llena. ?Sabes qu¨¦ hay dentro? Una cosa que se llama respeto. Hoy en d¨ªa, en este pa¨ªs no hay ni gota de respeto, mecag¨¹en la leche. Y es complicado. No s¨¦, a lo mejor hay que crear para nuestros cr¨ªos un instituto donde se ense?e la asignatura Respeto.
Se habla sin parar del orgullo, el altruismo y la nobleza del 'Quijote', pero ?no cree que a este pa¨ªs le ha influido mucho m¨¢s la picaresca del 'Lazarillo'?
?Eso aqu¨ª no lo ha captado ni Cristo! Pero, desgraciadamente, el sentido del bien que lleva dentro el Quijote no lo ha asumido aqu¨ª ni Cristo. Somos un pa¨ªs sin soluci¨®n.
Un pa¨ªs maravilloso, por otra parte...
S¨ª, bueno, s¨ª, pero muy por otra parte, ?eh?.
Historia de ese se?or bajito
Alfredo Landa (Pamplona, 1933) debut¨® en el cine por la puerta grande con 29 a?os gracias al ojo del t¨¢ndem Jos¨¦ Mar¨ªa Forqu¨¦/Pedro Mas¨®. 'Atraco a las tres' fue el arranque de una ristra de m¨¢s de 120 pel¨ªculas donde se mezcla la inconfundible figura del lig¨®n de playa reprimido y chuleta con no pocas muestras de alta capacidad interpretativa ('Los santos inocentes' es su cumbre, junto a otras muestras de cine 'serio' con Garci, Cuerda, Mart¨ªn Patino o Guti¨¦rrez Arag¨®n).
Pero hab¨ªa sido el teatro, muchos a?os antes, el que le hab¨ªa abierto las complicadas puertas del ¨¦xito. Landa, hijo de guardia civil, contravino pronto la estricta filosof¨ªa familiar, que exig¨ªa un abogado en casa, y se enrol¨® en las filas de los c¨®micos; primero, en la rama donostiarra del Teatro Espa?ol Universitario (TEU), y luego, ya en Madrid, "meti¨¦ndole mano al mel¨®n".
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