Historia de David Galula
PIEDRA DE TOQUE. Este capit¨¢n franc¨¦s privilegi¨® durante la guerra de Argelia las iniciativas sociales, culturales y pol¨ªticas sobre las militares. Sus tesis se aplicaron a?os m¨¢s tarde en la guerra de Irak
La historia real puede, a veces, ser tan inesperada y serpentina como las mejores historias de la ficci¨®n. Para probarlo, he aqu¨ª la extraordinaria aventura de David Galula.
Durante la guerra de Argelia, en los a?os cincuenta, es improbable que los franceses y argelinos oyeran hablar siquiera de ¨¦l y menos que imaginaran el papel que desempe?¨® en el desarrollo estrat¨¦gico de la contienda ese capit¨¢n de origen tunecino, graduado en Saint-Cyr, que hab¨ªa conocido de cerca las luchas anti-coloniales en Indochina, y que, ofreci¨¦ndose como voluntario, fue destinado en febrero de 1956 al frente de una compa?¨ªa del 45 Batall¨®n de Infanter¨ªa Colonial, a la regi¨®n de Aissa Mimun, en la Kabilia. La insurrecci¨®n del Frente de Liberaci¨®n argelino (FLN) llevaba dos a?os y el Ej¨¦rcito franc¨¦s, pese a su superioridad militar y num¨¦rica, no daba pie con bola. Carec¨ªa de una estrategia frente a la eficiencia de las acciones terroristas de un enemigo invisible, fundido con la poblaci¨®n nativa, a la que la pol¨ªtica represiva y la tortura sistem¨¢tica empujaba cada vez m¨¢s a solidarizarse con los insurgentes.
Las guerras revolucionarias no se ganan con las armas, sino con ideas y propaganda
El general David H. Petraeus aplic¨® las ideas de Galula en la regi¨®n norte?a iraqu¨ª de Mosul
El capit¨¢n Galula inici¨®, por su cuenta y riesgo, un experimento que sus superiores autorizaron llenos de escepticismo. Consist¨ªa en privilegiar las iniciativas sociales, culturales y pol¨ªticas sobre las militares, protegiendo a los sectores moderados de las exacciones y atentados que lanzaba contra ellos el FLN, apoyando a las mujeres nativas empe?adas en la emancipaci¨®n femenina, involucrando cada vez m¨¢s a las fuerzas ind¨ªgenas en la lucha contra la rebeli¨®n, prohibiendo la tortura y el asesinato extrajudicial y comprometiendo a soldados y oficiales del Ej¨¦rcito franc¨¦s en acciones sociales, desde la construcci¨®n de escuelas hasta tareas de primeros auxilios y sanidad en las zonas campesinas m¨¢s deprimidas.
Seg¨²n Alistair Horne, que ha escrito la mejor historia de la guerra de Argelia -A Savage War of Peace: Argelia 1954-1962- los efectos de esta nueva pol¨ªtica fueron extraordinarios y a mediados de 1957 el FLN hab¨ªa sido separado de la poblaci¨®n civil y duramente golpeado en toda la Kabilia. El Ej¨¦rcito franc¨¦s, venciendo la resistencia de sus estrategas de la vieja escuela, comenz¨® a poner en pr¨¢ctica esta nueva metodolog¨ªa que, en t¨¦rminos estrictamente militares -no pol¨ªticos, desde luego- le conseguir¨ªa una superioridad casi absoluta sobre el terreno.
Pero esa guerra estaba perdida desde el principio, porque el colonialismo repugnaba a la opini¨®n p¨²blica francesa, que se moviliz¨® contra ella como se movilizar¨ªa, a?os despu¨¦s, la de Estados Unidos contra la guerra de Vietnam. De Gaulle concedi¨® la independencia a Argelia y entreg¨® el poder a Ben Bella y el FLN. El capit¨¢n David Galula lo hab¨ªa previsto, en la tesis central de su filosof¨ªa: las guerras revolucionarias y contra-revolucionarias no se ganan con armas y en el campo de acci¨®n sino con ideas y propaganda en el dominio de la opini¨®n p¨²blica.
En 1962, un think tank de Estados Unidos, la RAND Corporation, descubri¨® el papel (poco menos que secreto) jugado por David Galula en la guerra de Argelia y lo invit¨® a un simposio sobre la guerra de guerrillas. Impresionada con la solvencia intelectual del entonces teniente coronel, le encarg¨® un libro, Pacification in Algeria, 1956-1958, que la propia RAND Corporation tradujo al ingl¨¦s. En 1964 Galula public¨® Counter-insurgency Warfare: Theory and Practice. Estos ensayos circularon en fundaciones y agencias especializadas, y en los estados mayores, muy lejos de los lectores comunes y corrientes e incluso de los cr¨ªticos pol¨ªticos y militares de los medios. En 1967 David Galula muri¨® sin sospechar la celebridad que su nombre y sus ideas sobre la guerra contra-subversiva alcanzar¨ªan a?os m¨¢s tarde en el marco de la guerra en Irak.
La manera como resucit¨® David Galula en medio del conflicto del Medio Oriente est¨¢ descrita en un estudio interesante del profesor Arthur Herman, de Georgetown University, How to Win in Iraq - and How to Lose (C¨®mo ganar en Irak - y c¨®mo perder). Uno de los escasos lectores de David Galula fue el general norteamericano David H. Petraeus quien, en los a?os 2003-2004, se propuso aplicar sus ideas en la regi¨®n norte?a iraqu¨ª de Mosul que estaba bajo su administraci¨®n. La 101 Divisi¨®n Aerotransportada a ¨®rdenes del general Petraeus reabri¨® 1.400 escuelas de ni?os y ni?as, y asegur¨® su funcionamiento, instal¨® y oper¨® postas sanitarias en el campo, construy¨® caminos, canales de riego y -estrella de la corona- reabri¨® la Universidad de Mosul. El terrorismo no desapareci¨® pero cay¨® en picada y, por primera vez, la poblaci¨®n civil comenz¨® a enfrentarse a los terroristas de Al Qaeda y otros grupos fundamentalistas.
El profesor Herman muestra c¨®mo la sombra de David Galula impregna el manual de instrucciones que el general Petraeus, al recibir la jefatura de las operaciones militares en todo Irak, reparti¨® a todos sus oficiales, insistiendo en la necesidad primordial de colaborar con la poblaci¨®n civil y alistar, confi¨¢ndoles responsabilidades cada vez mayores, a los propios polic¨ªas y militares iraqu¨ªes en la lucha contra el terror. No s¨®lo en acciones armadas; sobre todo, seg¨²n la f¨®rmula de Galula, en la creaci¨®n de instituciones representativas de la sociedad civil.
La guerra de Irak est¨¢ lejos de haber terminado, desde luego. Pero lo alcanzado en el ¨²ltimo a?o, seg¨²n el an¨¢lisis de Herman, es notable. Son los terroristas quienes est¨¢n ahora a la defensiva, cada vez menos seguros en el seno de una sociedad en la que, tanto sun¨ªes como chi¨ªes dan cada d¨ªa m¨¢s muestras de fatiga y hartazgo con los atentados suicidas y colaboran con el gobierno y la contrainsurgencia. Un hecho fatal para los llamados "resistentes" es haberse empe?ado en implantar la sharia en los pueblos que dominan. La regresi¨®n que significa prohibir a las mujeres estudiar y ejercer una profesi¨®n, aplicar castigos corporales como amputaciones de miembros y la lapidaci¨®n de las ad¨²lteras, para los sectores sun¨ªes, los m¨¢s evolucionados y modernos de la sociedad iraqu¨ª, ha hecho que se rompiera la alianza que un¨ªa a ¨¦stos con los grupos fundamentalistas y los incitara a colaborar con las autoridades.
Es todav¨ªa prematuro predecir c¨®mo terminar¨¢ la guerra de Irak. Sin embargo, es seguro, a juzgar c¨®mo se trata este tema por los diversos candidatos en la campa?a electoral, que, sea quien sea el futuro Presidente de Estados Unidos, aqu¨¦lla no terminar¨¢ como Vietnam, con una espantada estadounidense. Y ya no es imposible que, pese a todos los horrores que ha experimentado y experimenta todav¨ªa el pueblo iraqu¨ª, termine con un pa¨ªs pacificado y sin s¨¢trapas, que construye poco a poco, por s¨ª mismo y con el apoyo del Occidente democr¨¢tico y liberal un futuro de coexistencia, legalidad y libertad. Si as¨ª ocurre, esperemos que a alguien se le ocurra poner a una calle o una plaza iraqu¨ª el nombre de David Galula.
? Mario Vargas Llosa, 2008. ? Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Diario El Pa¨ªs, SL, 2008.
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