El 'top manta' se reinventa

La versi¨®n pirata de Expiaci¨®n, la gran triunfadora de los ¨²ltimos Globos de Oro, ya se pod¨ªa conseguir en Espa?a tan s¨®lo un d¨ªa y medio despu¨¦s de su estreno en las salas. Antes de ella, otras cintas han pasado incluso m¨¢s r¨¢pido al mercado ilegal, que ocasiona desde hace a?os p¨¦rdidas millonarias a la industria audiovisual. Pero, adem¨¢s, los piratas consiguen cada vez mayor calidad de imagen y sonido. "Yo no mentir al decir a la gente que verse bien", explica, lidiando con las dificultades del idioma, Ismael. As¨ª pide ser identificado un senegal¨¦s de menos de 30 a?os, sin papeles, que vive de lo que vende, y que entr¨® en este negocio ilegal por "un compa?ero", cuando lleg¨® a Espa?a.

Ya no ofrecen s¨®lo grandes taquillazos; el cat¨¢logo incluye corridas de toros

Los vendedores cambian la pel¨ªcula si la copia est¨¢ en mal estado

A las puertas de un gran bar de pueblo, en el ¨¢rea metropolitana de Valencia, lleva el DVD de Expiaci¨®n de oferta dentro de una mochila repleta de novedades. Vende dos por cinco euros. En otro compartimento de la bolsa lleva m¨²sica. Los dos DVD, m¨¢s un CD de ¨¦xitos, entre siete y ocho euros. Ya se ha superado el top manta tradicional, sobre todo en el centro de las grandes urbes. Ahora, mujeres chinas u hombres subsaharianos se acercan a zonas de bares de copas, talleres, restaurantes o cafeter¨ªas, y ofrecen personalmente su cat¨¢logo al cliente.

El trato que dan al comprador va acompa?ado ¨²ltimamente de diversas garant¨ªas. El pasado verano, ofrec¨ªan pel¨ªculas mochileras a cinco euros. Y si la copia se ve¨ªa mal, el cliente perd¨ªa el dinero. "Ahora no ser as¨ª", indica Ismael. Cada dos d¨ªas, su suministrador le vende nuevos t¨ªtulos a 1,70 euros. ?l no sube mucho el precio para "competir con los ordenadores", dice, en referencia a la posibilidad de descargarse contenidos de Internet. "Y si la copia no salir bien, yo cambio por otra". Es el caso de Promesas del Este o Beowulf, ambas mal pirateadas. Ofrece para ello su n¨²mero de m¨®vil escrito en un trozo papel. Si se prefiere, este vendedor lleva las pel¨ªculas a domicilio: es el tele-manta. Y si un comprador llega acompa?ado de un amigo, Ismael propone rebajas y da alg¨²n DVD de regalo. Seg¨²n uno de los clientes, estas pel¨ªculas "ya salen m¨¢s baratas que el gasto que puedes hacer para bajarlas de Internet".

La oferta tambi¨¦n se ha ampliado: filmes minoritarios -Pers¨¦polis o Interview, por ejemplo-, muchos infantiles -una de las grandes bazas de estos vendedores, con la taquillera Alvin y las ardillas como best seller-, DVD de conciertos de estrellas internacionales, porno duro de Europa del Este -como regalo a un buen cliente masculino- e incluso antolog¨ªas de corridas de toros. Y si al comprador no le gusta el cat¨¢logo, tiene la posibilidad de pedir pirateada cualquier pel¨ªcula, en una especie de men¨² a la carta.

Seg¨²n los datos oficiales, las ventas en el top manta tienden a la baja. As¨ª lo asegura Jos¨¦ Manuel Tourn¨¦, director general de la Federaci¨®n para la Protecci¨®n de la Propiedad Intelectual (FAP). Las cifras de la FAP de 2007 indican que el a?o pasado se realizaron 170 millones de descargas de la Red, un n¨²mero superior al del a?o anterior. Pero que fueron incautados policialmente alrededor de 800.000 DVD y 1.600 grabadoras de DVD, unas cifras menores que las de 2006. "El C¨®digo Penal indica que estamos ante una situaci¨®n que puede acarrear penas de prisi¨®n de m¨¢s de seis meses", dice Tourn¨¦, "aunque esta dureza trae aplicaciones judiciales que crean confusi¨®n". As¨ª, mientras que un juez ha expulsado de Espa?a a un vendedor senegal¨¦s por vender pel¨ªculas pirata en una calle granadina, la Audiencia Provincial de Barcelona ha considerado que la venta callejera no tiene entidad para que se aplique el Derecho Penal.

"Siempre ha habido pirater¨ªa de los estrenos de cine, yo la conoc¨ª en la ¨¦poca de los VHS", explica Pep Pelech¨¢, jefe de producci¨®n del Taller de Audiovisuales de la Universidad de Valencia. "Por una parte, la tecnolog¨ªa hoy favorece el hecho de copiar; por otra, se lanza un discurso de la prohibici¨®n". "Suena contradictorio e il¨®gico", reflexiona. Tanto las grabadoras modernas como el m¨¦todo de grabaci¨®n conocido como estampaci¨®n -un vuelco de datos en cascada- aceleran la multiplicaci¨®n del proceso de pirateo. "El gasto que puede acarrear cada copia en DVD que llega a la calle es de 15 c¨¦ntimos de euro", concluye, "lo que convierte las ganancias en algo demasiado suculento".