Los secuestros de la droga

Es uno de los sectores de actividad m¨¢s desconocidos del crimen organizado y, en los ¨²ltimos meses, est¨¢ generando grandes quebraderos de cabeza a la polic¨ªa en la Costa del Sol. Se trata de las bandas mafiosas especializadas en robar y extorsionar a traficantes de drogas. La visi¨®n pragm¨¢tica de los negocios hace que estos grupos valoren enormemente las ventajas de asaltar a narcos, por la cuant¨ªa del bot¨ªn y la seguridad de que sus v¨ªctimas nunca les denunciar¨¢n.

Las bandas especializadas en este tipo de delito esp¨ªan a quienes pudieron ser sus socios en el pasado, y les roban la coca¨ªna, el hach¨ªs o grandes sumas de dinero. En la mayor¨ªa de las ocasiones, adem¨¢s, hay un secuestro de por medio.

La mayor¨ªa de estos casos no trasciende porque las v¨ªctimas no denuncian

El ¨²ltimo caso conocido de este fen¨®meno ha ocurrido en Fuengirola (M¨¢laga). En esta ciudad, refugio de narcotraficantes de todo el mundo, la polic¨ªa detuvo la semana pasada a un grupo de extorsionadores en pleno secuestro de tres hombres por los que supuestamente pensaban pedir una recompensa.

La operaci¨®n termin¨® con ocho detenidos, todos de nacionalidad marroqu¨ª. Cuatro de ellos, en torno a la treintena, est¨¢n acusados del secuestro. El resto por tr¨¢fico de drogas. Les intervinieron unos 270 kilogramos de hach¨ªs, un arma corta y una m¨¢quina de contar billetes de banco. La investigaci¨®n sigue abierta.

Los investigadores detectaron que la banda se hab¨ªa desplazado desde L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) hasta la Costa del Sol y que andaba ech¨¢ndole el ojo a los traficantes de la zona. Buscaban que alguno de ellos preparase un golpe para poder secuestrar a alguno de sus miembros, robarles y despu¨¦s huir a Catalu?a con el bot¨ªn.

Fuengirola es una ciudad que pasa desapercibida en cuanto a asentamiento de narcotraficantes, aunque seg¨²n fuentes policiales, registra una importante actividad de estos grupos mafiosos. En septiembre, tres hombres murieron en una de sus barriadas tras un tiroteo producto de un robo de coca¨ªna arrastrado de Colombia.

"Los secuestros son una pr¨¢ctica habitual entre narcos. Lo hacen sobre todo para cobrar deudas o para avisar a alguien de que deje de meterse en su territorio", se?ala un mando destinado en la Costa del Sol.

Un porcentaje muy alto de estos casos no trasciende ya que no hay denuncias formales y los agentes que conocen de su existencia s¨®lo intervienen cuando tienen muy claro que las v¨ªctimas est¨¢n siendo torturadas o que su vida est¨¢ en peligro.

En algunos de estos casos, los polic¨ªas act¨²an casi de espectadores. Desde que conocen el hecho, normalmente por soplos de sus confidentes, hasta que hay una resoluci¨®n, pasan tres o cuatro d¨ªas de verdadero estr¨¦s. El ritmo aumenta en los casos en los que descubren que la vida de la v¨ªctima corre peligro, ya sea porque en su banda se niega a pagar la recompensa o porque sus captores buscan informaci¨®n que se niega a proporcionarles. La tensi¨®n afloja cuando vuelven a ver al secuestrado en la calle. "Eso quiere decir que ha pagado", resumen.

Como cualquier negocio arriesgado, las bandas especializadas en secuestrar o asaltar a narcos suelen ser conscientes de que el beneficio de sus actuaciones es directamente proporcional a las represalias que pueden sufrir. Por si fuera poco, deben escapar de dos frentes: la polic¨ªa y a quienes han robado.