'Partidizaci¨®n' y medios de comunicaci¨®n
El nuevo equipo de gobierno de la Corporaci¨®n Catalana de Medios Audiovisuales ha empezado mal su mandato. Evidentemente, no es por lo que ellos han hecho o han dejado de hacer, a excepci¨®n de una llamada telef¨®nica de vocaci¨®n comisarial que una veterana profesionalizada de la pol¨ªtica espa?ola ya ha realizado -incluso antes de ser designada por el Parlament- para quejarse de una entrevista de Josep Cun¨ª al presidente del Consejo del Audiovisual de Catalu?a (CAC). No, el problema no es la acci¨®n de los nuevos consejeros. Lo que hoy nos convoca a reflexionar sobre esta cuesti¨®n es por la conducta de los grupos parlamentarios. Es m¨¢s, se puede estar en total desacuerdo con el comportamiento de los grupos pol¨ªticos y afirmar que no existe un problema particular con ning¨²n nombre en concreto de entre los 12 nuevos consejeros. De la misma manera que Rousseau nos razon¨® que la voluntad general no se deriva de la suma de la voluntad individual, podemos afirmar que el problema general del nuevo Consejo de Administraci¨®n de la Corporaci¨®n Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) no es el resultado de la suma de los posibles problemas individuales o particulares de cada uno de sus consejeros.
Dadas estas circunstancias, el veto que algunos han ejercido contra David Mad¨ª es un acto de hipocres¨ªa
El problema no est¨¢ en la capacidad personal de cada uno de ellos. En verdad, la interpelaci¨®n que muchos hacemos al resultado del proceso de designaci¨®n parlamentaria al Consejo de Gobierno de TV-3 y Catalunya R¨¤dio no tiene nada que ver con la capacidad profesional de los consejeros, sino con la sensaci¨®n de que los grupos parlamentarios han actuado cohesionados y con absoluta complicidad para evitar perder influencia en esos ¨®rganos.
La foto de conjunto que el nuevo equipo transmite, al margen de las simpat¨ªas o antipat¨ªas que cada uno de los nuevos consejeros pueda provocar en cada uno de nosotros, deja la sensaci¨®n de que los grupos parlamentarios nos han tomado el pelo en lo que se refiere al discurso de la despartidizaci¨®n de los ¨®rganos de gobierno de los medios p¨²blicos.
No puedo dejar de preguntarme y de preguntarles qu¨¦ se ha hecho de todos los discursos y las propuestas que desde finales de los noventa la entonces oposici¨®n y hoy gobierno proclamaban a favor de la desgubernamentalizaci¨®n de la radio y la televisi¨®n p¨²blica... Nadie nos hab¨ªa dicho que la exigencia de la desgubernamentalizaci¨®n de los medios p¨²blicos de comunicaci¨®n que muchos ayudamos a construir tendr¨ªa como contrapartida la partidizaci¨®n de sus ¨®rganos de gobierno.
Para los que realmente nos cre¨ªmos que se pod¨ªa entrar en una nueva cultura p¨²blica donde el control indispensable que el Parlamento debe ejercer sobre los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos se producir¨ªa con un Consejo de Administraci¨®n sin relaciones significativas ni evidentes con los partidos pol¨ªticos, debemos reconocer que nos equivocamos hasta el extremo de que nos cuesta digerir lo ocurrido.
El actual proceso ha sido un golpe bajo a todas las esperanzas depositadas a lo largo de estos ¨²ltimos a?os en el cambio de estilo en el gobierno de la radio y la televisi¨®n p¨²blica de este pa¨ªs. ?Qu¨¦ lejos queda la tan referenciada BBC! Tener que dar la raz¨®n a quienes nos dec¨ªan que los partidos nunca dejar¨ªan fuera de su control a esos medios de comunicaci¨®n es dif¨ªcil de digerir. Pero la realidad se impone con tal contundencia que a m¨¢s de uno se nos debe de haber quedado la cara de idiota al ver como los grupos parlamentarios proced¨ªan. Dadas estas circunstancias, el veto que algunos han ejercido contra algunos candidatos, como David Mad¨ª, es un acto de hipocres¨ªa que a¨²n indigna m¨¢s. En este consejo, David Mad¨ª no ser¨ªa ninguna rara avis dado que la mayoria de los nuevos consejeros tienen tras de s¨ª una cultura partidista tan intensa como la de Mad¨ª. A ¨¦ste se le sacrific¨® para edulcorar el resultado final, pero al margen de ser una actuaci¨®n injusta (con toda seguridad, Mad¨ª tiene m¨¢s criterio que otros consejeros) no es de recibo que se vete al secretario de medios de comunicaci¨®n del Gobierno de Pujol y al del Gobierno de Montilla se le nombre presidente. Y que nadie malinterprete mis palabras, no soy fan de Mad¨ª ni estoy en contra de Albert S¨¢ez, un profesional de la comunicaci¨®n sin paliativos, pero molesta sobremanera la hipocres¨ªa pol¨ªtica.
Vaya por delante que estoy dispuesto a corregir todas estas apreciaciones. Me gustar¨¢ hacerlo y deseo poder hacerlo cuanto antes. Pero s¨®lo la actuaci¨®n independiente de los nuevos consejeros puede revertir esa sensaci¨®n creada. Deseo que los componentes del consejo act¨²en de acuerdo a sus convicciones personales y que no reproduzcan conductas de grupo, m¨¢s propias de pr¨¢cticas parlamentarias que de profesionales independientes. Lo veremos cuando nombren a directivos, decidan presupuestos o establezcan normativas internas para la programaci¨®n y los profesionales de la radio y la televisi¨®n.
El nuevo consejo, con su presidente al frente, tiene la presi¨®n de devolver una credibilidad de independencia para esta nueva etapa de la radio y la televisi¨®n p¨²blicas que los grupos parlamentarios no han sabido ofrecer. Ten¨ªan una nueva ley que jugaba a favor de esa credibilidad; la desaprovecharon, y no lo digo yo, lo dice el CAC. El nuevo consejo tiene la presi¨®n de demostrar que su designaci¨®n no fue un fraude al esp¨ªritu de la ley. Tiene la obligaci¨®n de emplearse a fondo para salir de la sospecha bajo la que se encuentra. Tienen la oportunidad de demostrar que su valor profesional est¨¢ por encima de las l¨®gicas partidistas. La despartidizaci¨®n de Televisi¨® de Catalunya y Catalunya R¨¤dio est¨¢ en sus manos, que es tanto como decir que el futuro de nuestros medios p¨²blicos depende m¨¢s que nunca de lo que ellos decidan. Por su buen nombre profesional y por el futuro de nuestra radio y televisi¨®n p¨²blicas les deseo todos los aciertos y que asuman con convicci¨®n que no tienen m¨¢s ataduras que las de sus propias conciencias.
Jspicanyol@hotmail.com
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