Buenos augurios para lo esot¨¦rico
El mercado de lo sobrenatural cobra cada vez m¨¢s fuerza en la vida cotidiana
Durante largo tiempo, los establecimientos con productos para devotos de lo paranormal -barajas de tarot, velas, amuletos- han funcionado como tiendecitas medio secretas para clubes de amigos. Como suced¨ªa con las consultas de las curanderas comarcales, acud¨ªa a ellas una clientela endog¨¢mica formada incluso por miembros de un mismo linaje. La venta de productos espec¨ªficos para rituales era poco variada. Sin embargo, el sector de negocio basado en lo sobrenatural y en la fe en lo que haga falta, est¨¢ cada vez m¨¢s presente en la vida cotidiana. Como en otros campos, ya convive la promoci¨®n medi¨¢tica con el boca-oreja; el combinado de creencias mundiales con la especializaci¨®n; la venta al por mayor, con los servicios personalizados; la globalizaci¨®n con lo m¨¢s castizo.
"Cogi¨® sebo de animal y me lo pas¨® por la espalda una y otra vez"
"A quien est¨¢ en esto para hacer mucho dinero se le vuelve en contra"
"Cogi¨® sebo de animal y me lo pas¨® por la espalda una y otra vez". La chica que lo dice quiere aparecer aqu¨ª como Miguela, y refiere una supuesta curaci¨®n con grasa de carnero. "Me lo hizo un chico de Mali, me quit¨® as¨ª un dolor fuerte de espalda". Ella es cubana, lleva a?os en Valencia, y no cree mucho en la llamada santer¨ªa, aunque, como tantos latinos, no la rechaza. "En Cuba, en Ecuador, en Venezuela, en Colombia, en Brasil, las religiones que mezclan lo africano con lo cat¨®lico tienen muchos adeptos". "Por supuesto", insiste, "la gente que all¨¢ cree eso, cuando vienen ac¨¢, se lo trae". Lo mismo sucede con la inmigraci¨®n de ?frica. "Curan con las manos, con ung¨¹entos y con restos de animales, y dicen que hasta en sue?os", explica una inmigrante guineana. "Aqu¨ª establecen consultas en casas y se anuncian con carteles en locutorios y en bares donde van africanos", dice. "Muchos de los curanderos est¨¢n ilegales, y as¨ª sobreviven", apunta.
"La mayor¨ªa de estos brujos nuevos no viven en Valencia, pero tienen alquilado piso en la capital", explica Rosa, una espa?ola que les ve promocionarse cada ma?ana. "Vestidos de traje y corbata, cogen el tren en direcci¨®n a Valencia, y reparten cartelitos de propaganda con la direcci¨®n y el tel¨¦fono de su consulta en la capital". Prometen "una videncia africana tradicional y sabidur¨ªa contra el mal de ojo", una fatalidad arraigada en la conciencia colectiva popular afrolatina. Tambi¨¦n combaten el vud¨². Por eso, hay clientas de estos santones relacionadas con la prostituci¨®n, que intentan combatir las amenazas de magia negra con la que los proxenetas amenazan a sus familias. La polic¨ªa ha desarticulado varias redes proxenetas en las que interven¨ªan supuestas brujas.
"Hay santeros en Valencia que piden dinero justo, pero otros s¨®lo se montan consulta en plan econom¨ªa sumergida en una casa para ganarse la vida sin trabajar", apunta Miguela. La clientela suele estar asegurada. Seg¨²n la Sociedad Espa?ola de Medicina de Familia Comunitaria, la mitad de los inmigrantes en mala situaci¨®n econ¨®mica desarrolla trastornos ps¨ªquicos al poco de llegar. Est¨¢n derivadas de un estr¨¦s que supera su capacidad de adaptaci¨®n al medio, pero muchos de los afectados echan la culpa al mal de ojo, con lo que la b¨²squeda de soluciones en el sector paranormal es com¨²n. Internet, de hecho, abunda en tel¨¦fonos y direcciones de magos afrolatinos que pasan consulta (f¨ªsica o virtual) desde pisos valencianos. No faltan quienes ofrecen contacto m¨¢gico on line, por 20 o 30 euros.
Pero la santer¨ªa puede manejar precios m¨¢s intensos si llega el momento clave en que ¨¦ste debe hacerse santo, algo as¨ª como iniciarse en el conocimiento de una deidad determinada, que le rendir¨¢ a este s¨²bdito m¨¢ximo bienestar. Eso vale dinero, hasta 8.000 euros repartidos en tributos e incluso viajes. Si el supuesto iniciado quiere reclamar, puede encontrarse que, cuando va al piso del brujo, all¨ª ya no hay nadie.
Los establecimientos tradicionales recelan de todo ello. "Nosotros creemos que el cliente debe ir a un local abierto, que pague sus impuestos, con los productos registrados y que est¨¦ cara al p¨²blico", dice Antonio, de la tienda esot¨¦rica Anto del Cobre, veterana en Valencia. "La religi¨®n cat¨®lica se muestra demasiado cerrada hoy d¨ªa, pero las personas necesitan mucho creer en algo", explica, "y entonces lo esot¨¦rico muestra su papel". En su opini¨®n, "es el de conectar a la persona con el mundo amplio de lo espiritual". Quiz¨¢s por eso, su tienda ofrece desde lecturas de yoga o libros de naturismo a material de astrolog¨ªa o de protecci¨®n contra las malas vibraciones. Anto, su esposa, es experta en echar las cartas del tarot. "A quien est¨¢ en esto para hacer mucho dinero, se le acaba volviendo en contra", insiste. La base de su trabajo, cree, no puede verse afectada por grandes cambios. "Hay que orientar al cliente para que conduzca mejor su vida", asegura, "y hacerlo con discreci¨®n".
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