Suharto, dictador indonesio
Considerado el gobernante m¨¢s corrupto, amas¨® una inmensa fortuna
Se cumplen justo en estos d¨ªas los diez a?os de la firma del acuerdo entre el Fondo Monetario Internacional y Suharto, mediante el que la instituci¨®n financiera impuso draconianas medidas de reforma y control a la corrupta pol¨ªtica del dictador a cambio de una inyecci¨®n de miles de millones de d¨®lares para salvar a Indonesia del caos econ¨®mico y pol¨ªtico. La imagen de Pak (Padre) Harto inclin¨¢ndose a firmar bajo la mirada severa del entonces secretario general del Fondo, Michel Camdessus, erguido y cruzado de brazos, fue una grav¨ªsima humillaci¨®n para el presidente, el principio del fin. Suharto muri¨® ayer a los 86 a?os, como consecuencia de un fall¨® multiorg¨¢nico, en el hospital en que fue ingresado a principios de mes.
Retirado en Yakarta, ha vivido la ¨²ltima d¨¦cada a resguardo de la justicia
Cuatro meses despu¨¦s de aquella firma, en mayo de 1998, Suharto dimit¨ªa ante la imposibilidad de contener una revuelta popular que no pudo ahogar en la sangre vertida por cientos de estudiantes. "Lamento los errores cometidos", declar¨® al dejar la presidencia.
Abandon¨® el poder, pero no perdi¨® influencia. Retirado en su residencia privada del centro de Yakarta, ha vivido la ¨²ltima d¨¦cada de su vida a resguardo de la justicia y recibiendo la pleites¨ªa de las ¨¦lites indonesias.
Quien fue considerado por Transparency International como el hombre m¨¢s corrupto del mundo, el que m¨¢s se hab¨ªa enriquecido con su paso por el poder al amasar unos 35.000 millones de d¨®lares (m¨¢s de 24.000 millones de euros), deja un legado controvertido, como prueban las reacciones que suscit¨® ayer la noticia de su muerte.
Mientras desde fuera, y en particular en la regi¨®n, se valoraba la estabilidad que hab¨ªa dado a Indonesia y al sureste asi¨¢tico, en casa el pesar ¨ªntimo del hombre de la calle contrastaba con la condena frustrada de los m¨¢s politizados y de las organizaciones defensoras de los derechos humanos, que piden que de los cr¨ªmenes por los que no fue juzgado Suharto respondan subsidiariamente sus hijos, grandes beneficiarios de los 32 a?os de gobierno sin l¨ªmites de su padre, d¨¦cadas en las que uno y otros trataron a Indonesia como una finca particular, sin reparar en abusos.
Suharto naci¨® en una modesta familia de Java y por accidente acab¨® en la carrera militar, el lugar perfecto en que estar a la hora de la independencia indonesia de Holanda. Al mando de una unidad de ¨¦lite en 1965, y en medio de una situaci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica ca¨®tica, Suharto fue testigo de un confuso golpe de Estado de inspiraci¨®n comunista contra el presidente Sukarno, padre de la independencia, que acab¨® con la vida de seis generales. Promovido a la c¨²spide militar por Sukarno, el anticomunista general desencaden¨® una operaci¨®n de limpieza que acab¨® con cientos de miles de vidas, quiz¨¢ un mill¨®n: comunistas, minor¨ªa china, izquierditas diversos... Maniobrero pol¨ªtico, Suharto consigui¨® arrinconar al presidente, que al a?o siguiente le cedi¨® el poder de facto que no abandonar¨ªa hasta 32 a?os m¨¢s tarde, de nuevo en medio de sangrientos disturbios y zozobra econ¨®mica. Su f¨¦rrea dictadura dio paso a una democracia que diez a?os m¨¢s tarde pugna por ganar vigor en uno de los pa¨ªses m¨¢s complejos y heterog¨¦neos del mundo: primero por n¨²mero de musulmanes, cuarto por n¨²mero de habitantes y 143 de 179 en el r¨¢nking de corrupci¨®n de Transparency International.
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