La familia Kennedy pasa la antorcha al candidato Obama
El apoyo del clan facilita el acceso al voto sindical e hispano
Ted Kennedy record¨® ayer un tiempo, en los a?os sesenta, cuando ¨¦l lleg¨® al Senado con poco m¨¢s de 30 a?os, en el que un joven presidente, su hermano John, guiaba a esta naci¨®n por el esperanzador camino hacia una Nueva Frontera. Era una ¨¦poca de angustia y enfrentamiento por Vietnam, por los derechos civiles, por la libertad. Pero una nueva generaci¨®n, hambrienta de cambio, supo romper con la vieja pol¨ªtica y ense?arle al mundo la imagen de una Am¨¦rica pac¨ªfica y so?adora. "Hoy veo el mismo hambre en esta nueva generaci¨®n de norteamericanos y veo al l¨ªder con la energ¨ªa y el poder de liderazgo para buscar esa Nueva Frontera. Y veo que ese l¨ªder es Barack Obama, que no s¨®lo tiene la audacia de la esperanza sino la capacidad para hacerla realidad".
"Barack Obama", prosigui¨®, emocionado, Kennedy, "es el l¨ªder que conseguir¨¢ cerrar el cap¨ªtulo de una pol¨ªtica basada en raza contra raza, sexo contra sexo, etnia contra etnia, j¨®venes contra viejos. ?l ser¨¢ el presidente que unir¨¢ a este pa¨ªs para conducirlo en esta nueva misi¨®n hacia un nuevo lugar de grandeza en el mundo".
Junto al viejo patr¨®n, estuvieron ayer en la American University, en Washington, apoyando a Obama, Caroline Kennedy, la hija del ex presidente, y su primo, el congresista Patrick Kennedy. Todo el peso, por tanto, de la ¨²nica familia real de EE UU en este momento inolvidable en el que, por primera vez en la historia, los Kennedy ponen la ilustre memoria de su apellido en manos de un candidato presidencial. Y lo han hecho, precisamente, en las manos de un joven negro sin tradici¨®n pol¨ªtica ni m¨¢s conexiones y m¨¦ritos que los que ¨¦l mismo ha conseguido con la fuerza de su discurso.
Es un momento crucial de la historia americana. La familia Kennedy ha pasado la antorcha a un hombre muy alejado del establishment pol¨ªtico. Le tocar¨¢ ahora a ¨¦l, a Barack Obama, defender todo el legado de esperanza, de paz y de lucha por los derechos humanos que John y Bob Kennedy representan ante los ojos de millones de estadounidenses y de muchos millones m¨¢s en todas partes del mundo.
S¨®lo la emoci¨®n y el poder testimonial de la ceremonia de ayer son suficientes para calificar el apoyo dado por Ted Kennedy a Obama como el m¨¢s determinante de esta campa?a. De hecho, Hillary y Bill Clinton intentaron por semanas conseguirlo o, al menos, evitar que el veterano senador de Massachusetts se pronunciase a favor de su rival. Clinton tiene m¨¢s senadores a su lado, pero nadie iguala el poder simb¨®lico de Kennedy. No fue posible. La semana pasada, Kennedy llam¨® por tel¨¦fono a Bill Clinton y le comunic¨® sus intenciones.
El apoyo de Kennedy no se quedar¨¢ s¨®lo en el espaldarazo de ayer. Kennedy viajar¨¢ inmediatamente con Obama a California y har¨¢ campa?a junto a ¨¦l en varios Estados del pa¨ªs con vistas al decisivo supermartes (5 de febrero), cuando se celebran caucuses y primarias en m¨¢s de 20 Estados.
La presencia de Kennedy refuerza a Obama en varios ¨¢ngulos importantes. Para empezar, pone fin a cualquier sospecha de que Obama no es lo suficientemente de izquierdas o lo suficientemente dem¨®crata. Nadie supera a Kennedy por la izquierda en este pa¨ªs y nadie le gana en credenciales dem¨®cratas. Despu¨¦s, Kennedy puede ayudar mucho al candidato dem¨®crata a ganar apoyos entre dos sectores que se le resisten, el de los sindicatos y el de los votantes hispanos. Kennedy es un aut¨¦ntico caudillo en el mundo sindical y un l¨ªder respetado entre los electores que hablan espa?ol.
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