Cocina para supervivientes
Falsarius Chef demuestra con br¨ªo c¨®mo alimentarse bien y r¨¢pido a base de latas
Cocina para impostores es la nueva biblia para quienes viven deprisa y alegan que no tienen tiempo para alimentarse bien. "?Eso es un pretexto. Muchas veces comemos fatal porque no nos ponemos. En 10 o 15 minutos se puede hacer un plato rico y nutritivo!", argumenta Falsarius Chef desde su refugio frente al mar de C¨¢diz. Y para componer un men¨² impostor, "que no pasa de cinco euros", propone "astutas recetas de cocina usando congelados, latas y conservas".
El men¨² de Cocina para impostores (Compa?¨ªa General de la Tinta, 16 euros) lo componen explicaciones claras, directas (como las recetas que encabezan est¨¢ p¨¢gina) "para gente que no sabe ni encender el gas". Y un detalle: incluye proporciones para un solo comensal. "?Basta de ingredientes para cuatro personas. ?Y los que estamos solos qu¨¦?", reivindica Falsarius Chef.
Este personaje tiene un rival en la ficci¨®n de un c¨®mic: el padre de Gus (Memorias de Gus, El Peque?o Pa¨ªs), un cocinero que hace caramelos de sushi de pescado o ali?a cuerno de vaca. Frente a "las recetas enloquecidas", Falsarius trabaja mucho el supermercado. "Intento reproducir la cocina media espa?ola. Hago comida de subsistencia. Trabajo con medios sencillos y no doy nada por sabido", dice orgulloso.
El cerebro que se esconde tras el profeta de la lata pertenece a "un hombre que huy¨® del estr¨¦s de Madrid". Es "enemigo ac¨¦rrimo del microondas", porque "arrebata las cosas". "Con lo bien que queda saltear una cosa en la sart¨¦n o calentarla en una cacerola...", As¨ª que estos dos utensilios no deben faltar en la cocina de un impostor. ?Y el later¨ªo imprescindible?: frascos de cristal de verduras y legumbres; un buen at¨²n o bonito del norte; vasitos de arroz SOS (con ellos Falsarius borda la "paella hereje"); sopa de cebolla de sobre; botes de tomate Hida; cebolla, ajo, romero, or¨¦gano, piment¨®n ("para el toque mediterr¨¢neo") y una caja de langostinos o gambones congelados.
"Siempre que en un plato impostor pongas un langostino, la gente se ciega y dice que es la bomba. Piensan que te has pasado tres horas cocinando, cuando s¨®lo has estado un rato". Pero ¨¦se es el truco de los cocineros impostores: enga?ar a otros comensales, pero s¨®lo en las habilidades, "no se puede bajar la guardia en la calidad". Aunque Falsarius no tiene compromisos con marcas, recomienda firmas concretas, "porque si no, las cosas no salen como yo las he probado. Tengo mi peque?o Bulli-Taller para investigar. Estoy abierto a sugerencias, y mis seguidores me ayudan mucho".
Lo cierto es que su blog cocinaparaimpostores.blogspot.com (el germen del libro), recibe 1.000 visitas diarias. Sus seguidores: j¨®venes "que comen mejor que si estuvieran todo el d¨ªa con hamburguesas", estudiantes Erasmus que "salen del apuro y presumen de cocina espa?ola" y "amas de casa de vuelta de todo, que han descubierto que con astucia se pueden obtener resultados en media hora".
La fama de Falsarius ha llegado hasta la FAO (la agencia de la ONU para la alimentaci¨®n). Su talante pr¨¢ctico formar¨¢ parte del proyecto Chefs contra el Hambre (www.rlc.fao.org/iniciativa/chefs.htm).
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