Messi evoca a Maradona

Messi convirti¨® un partido dram¨¢tico en un juego de ni?os. A los mejores futbolistas se les mide en choques de extrema necesidad, en situaciones l¨ªmite y escenarios de alto riesgo como el de ayer, y La Pulga aup¨® al Bar?a a un triunfo indiscutible y de vital importancia, deslucido, por otra parte, porque Henry marc¨® en fuera de juego y Diego L¨®pez par¨® magistralmente un penalti que no era al propio Messi. Nada nuevo en un equipo con mucho juego y poco gol. El f¨²tbol de Messi es singular, pues nadie m¨¢s tiene su velocidad de conducci¨®n y ejecuci¨®n, y resulta universal, porque siempre se aplica por igual, sin reparar en el rival, el campo o el torneo. Atada la pelota a su zurda, el argentino marc¨® las diferencias con un recital que evoc¨® las mejores noches de Maradona. La figura de Messi se agranda cuanto m¨¢s adversas son las circunstancias y m¨¢s imposible se presenta la jugada.

Messi convirti¨® el partido en un di¨¢logo con Diego L¨®pez, espl¨¦ndido

El argentino fall¨® un penalti y a cambio elimin¨® al Villarreal con una solemne actuaci¨®n por el dominio del regate, del recorte, de la gambeta, de la suerte m¨¢s admirada en el f¨²tbol. As¨ª son los genios, gente de una pasta especial, ¨²nicos. El v¨¦rtigo de Messi dio vuelo a un equipo responsabilizado y ayer muy serio. Las intenciones del Bar?a se adivinan a partir de la alineaci¨®n y, especialmente, por la composici¨®n de la delantera, que cambia a cada partido, signo de la dificultad que tiene para atacar. Anoche compareci¨® Bojan y desapareci¨® Giovani, mientras que M¨¢rquez reaparec¨ªa como medio centro, Xavi ced¨ªa su plaza a Iniesta y Ronaldinho aguardaba turno en el banquillo.

Iban los azulgrana a por el partido desde una formaci¨®n reconocible y equilibrada, falta de jugadores de banda espec¨ªficos si se quiere y en cambio reforzada por la presencia de un rematador, como Bojan, siempre concreto, calidad estimable en un equipo con delanteros a veces excesivamente barrocos. Bien vertebrado, el Bar?a se despleg¨® con ritmo, buen gusto y velocidad de bal¨®n. Henry espabil¨® especialmente y con sus delicados movimientos dio profundidad al equipo, tir¨® buenos desmarques y alivi¨® el lavoro de una segunda l¨ªnea muy complementaria por la dureza de Deco, la sutileza de Iniesta y la jerarqu¨ªa de M¨¢rquez. Aventado por los laterales, a los azulgrana s¨®lo les faltaba precisar el ¨²ltimo pase para alcanzar el gol. Jugaban agresivos y r¨¢pidos y botaban un c¨®rner tras otro ante un rival contemporizador, dispuesto a madurar el partido con Tomasson y a rematarlo con un velocista como Nihat.

A fin de cuentas, el Villarreal acud¨ªa aliviado al encuentro, convencido de que la mayor situaci¨®n de riesgo se dio en su casa, y por tanto ya pas¨®. A veces parece incluso un equipo excesivamente perfecto, sin matices, y m¨¢s en un torneo como la Copa, que exige incluso un punto de irregularidad. La contemplaci¨®n le llev¨® a la derrota, desbordado por la excelencia de Messi, que se marc¨® una media hora de juego celestial, s¨®lo al alcance de los fuera de serie: excelente en la conducci¨®n, soberbio en el regate, imparable en la transici¨®n y el desborde, pu?etero en el remate y en los lanzamientos francos, decisivo en el partido.

Messi sac¨® dos tarjetas consecutivas a Cygan, provoc¨® la falta que botada por Deco cabece¨® Henry en fuera de juego y convirti¨® el encuentro en un di¨¢logo con Diego L¨®pez, sensacional de principio a fin, sin un solo error. El portero mantuvo a su equipo en el encuentro por m¨¢s debilitado que quedara por los da?os causados por Messi. Las lesiones acabaron por desmontar el plan de Pellegrini cuando tuvo que apurar los tres cambios y se qued¨® sin Rossi, ya sustituido, y sin poder dar salida a Nihat. El partido qued¨® entonces a expensas de los recortes de Messi y del calentamiento de Ronaldinho.

El propio Messi pudo poner el punto final con un penalti regalado por el ¨¢rbitro en una salida de Diego L¨®pez sobre Bojan. Tir¨® bien el argentino y respondi¨® mejor el portero. No le alcanz¨® al Villarreal, bien marcado por el Bar?a, que fue durmiendo el encuentro, favorecido por su superioridad num¨¦rica, ya con Ronaldinho en la cancha. El recital de Messi hab¨ªa pesado demasiado en el partido como para aguardar cualquier noticia que pudiera convertirlo en anecd¨®tico. Incluso la reaparici¨®n de Ronnie. Fue el partido de Messi.

Barcelona 1 - Villarreal 0