Entre el hedonismo y el nihilismo, nostalgia
El Artium presenta una selecci¨®n de la colecci¨®n del dise?ador Ernesto Esposito
Tiempos de seducci¨®n y de espectacularizaci¨®n del arte, exaltaci¨®n de los sentidos, pero tambi¨¦n nostalgias del pop y otras ¨¦pocas pasadas, sin olvidar gritos reivindicativos. Tales son algunos de los ingredientes de Gravity, la exposici¨®n que ayer inaugur¨® el Artium y que descubre, a trav¨¦s del filtro de su comisario, Enrique Mart¨ªnez Goikoetxea, facetas de la personalidad del dise?ador de moda italiano Ernesto Esposito, de cuya colecci¨®n, formada por m¨¢s de 800 piezas, se han seleccionado las m¨¢s de 60 que se exhiben.
La muestra, que el museo vitoriano acoger¨¢ hasta el pr¨®ximo 18 de mayo, supone una mirada al mundo que queda tras los atentados del 11-S. Desde hace lustros, Esposito mantiene una apasionada relaci¨®n con el arte contempor¨¢neo, como se revela en la exposici¨®n, un fiel reflejo de las inquietudes ideol¨®gicas y t¨¦cnicas actuales, desde instalaciones audiovisuales, pintura y escultura hasta m¨²sica o proyectos que rara vez llegar¨¢n a formalizarse. No es de extra?ar que aparezca lo escatol¨®gico, la violencia o el sexo, pero tambi¨¦n la belleza o la construcci¨®n de estructuras para un nuevo futuro.
La muestra suma cerca de 60 piezas de las m¨¢s de 800 de la colecci¨®n
La personalidad del coleccionista resulta m¨¢s que evidente en todo el recorrido. Nada m¨¢s empezar, una serie de retratos del propio Esposito, tomados por Simon, le recogen fumando, con expresi¨®n vehemente, delante de parte de su nutrida biblioteca. El visitante se hace una idea en esta primera sala de la personalidad de este dise?ador de zapatos, que ha trabajado con Sergio Rossi, Chlo¨¦, Louis Vuitton y Manolo Blahnik, de quien se le considera su heredero.
Aqu¨ª ya se percibe su inter¨¦s por el sexo, la nostalgia por la cultura pop o referentes de la infancia, como los piratas (una peque?a escultura de Peter Coffin que remite a John Silver, el protagonista de La isla del tesoro, de Stevenson). Sin olvidar, el buen gusto por cierta iron¨ªa de club, como refleja la pieza Sleep, de Jonathan Monk.
La siguiente sala ya descubre que el universo Esposito no carece de complejidad. Suspend Pompeii, de Antony Gormley, escultura de un ser humano boca abajo, aparentemente maniatado y colgado de los pies, marca la elecci¨®n del t¨ªtulo de la exposici¨®n. Gravity ("Gravedad") no hace otra cosa, al fin y al cabo, que cuestionar lo establecido, dejar en manos del destino que impone la ley (de la gravedad), las contradicciones contempor¨¢neas entre el hedonismo, el nihilismo, la alegr¨ªa por las nuevas relaciones y la nostalgia por utop¨ªas y mundos perdidos.
El tercer espacio incluye ya esa mirada que se ha desprendido de aquella inocencia del juego. La obra I love Melancholy, de Jeremy Deller, que incorpora una figurante vestida a estilo g¨®tico paseando frente a la pintura, ya incorpora nuevos registros en los que se cuestiona lo establecido y se lleva a la reflexi¨®n desde la belleza y desde una aparente vulnerabilidad. De entre los m¨¢s de cincuenta artistas en exposici¨®n, el Artium ha analizado con mayor profundidad para el cat¨¢logo de la muestra diez obras que ponen de manifiesto, de una manera m¨¢s elocuente si cabe, los caminos elegidos por el arte de la posmodernidad y sus derivas.
Entre este top ten de Gravity se puede encontrar, por ejemplo, la densa mezcla de colores del colectivo brasile?o Assume Vivid Astro Focus, las inquietantes y atractivas escenas de la italiana Vanessa Beecroft o el sarcasmo pol¨ªtico presente en The flan, de Jota Castro, en la que un joven desnudo aparece con la bandera europea colgando de su sexo, frente a la leyenda "Deseo de integraci¨®n" escrita en diferentes idiomas.
De Warhol al 'Vogue'
L¨¢ p¨¢gina web de Ernesto Esp¨®sito recoge sus portadas en revistas como Elle, Vanity fair y Vogue hasta en el Hola y Telva, fiel reflejo del mundo profesional en el que se mueve este dise?ador de calzado de alta costura, quien reivindica su condici¨®n de napolitano y ha trabajado junto a las m¨¢s grandes firmas de la moda. M¨¢s discreta, pero igual de atractiva es la n¨®mina de artistas con los que ha tratado desde que hace 35 a?os, con ocasi¨®n de una retrospectiva de Andy Warhol en Par¨ªs, se empe?¨® en comprar una obra del neoyorquino.
Como dice en la entrevista incluida en el catalogo de Gravity, fue entonces cuando decidi¨® que una de las jackies que ten¨ªa ante sus ojos ser¨ªa suya. "Me faltaba todo tipo de informaci¨®n y cultura de arte, pero mi predisposici¨®n ante la belleza y todo aquello que es distinto me hicieron decidir en esa exposici¨®n que de mayor me convertir¨ªa en coleccionista de arte", dice.
Su colecci¨®n, que re¨²ne m¨¢s de 800 obras, es, sobre todo, el propio Esposito. En ella no se pueden rastrear intereses inversores o influjos de determinadas modas. "Me siento libre, as¨ª como siempre han sido libres mis elecciones", comenta en dicha entrevista. Y sigue coleccionado. La exposici¨®n presenta una adquisici¨®n de este mismo a?o: Fuck, de Anna Fusco, de claro contenido feminista.
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