Paisaje urbano obstaculizado

Al profesor Carl Steinitz, uno de los m¨¢ximos referentes de la arquitectura del paisaje, disciplina que imparte en la Escuela de Dise?o de Harvard, le resulta muy impactante la percepci¨®n visual de las ciudades desde las v¨ªas de comunicaci¨®n. Con motivo de una visita a Valencia en 2006, los conceptu¨® como "lugares muy feos, muy conflictivos, con muchos impactos visuales". "Una persona que viene a hacer turismo, al final lo que recuerda es esa percepci¨®n, y eso deber¨ªa cuidarse mucho", advert¨ªa. Steinitz hab¨ªa estado recorriendo la ciudad y su entorno los d¨ªas anteriores y hablaba con propiedad. Para ver un claro ejemplo de lo que le inquietaba s¨®lo hay que entrar a Valencia por su principal acceso sur, la V-31. Nada m¨¢s rebasar el puente sobre el nuevo cauce del Turia, en direcci¨®n mar surge una base de contenedores en paralelo al r¨ªo que priva al visitante de la vista del entorno m¨¢s emblem¨¢tico de Valencia: la Ciudad de las Artes y las Ciencias. La perspectiva m¨¢s tur¨ªstica de la ciudad queda sepultada por el muro de contenedores vac¨ªos apilados, que ocupa suelo protegido sin licencia a la espera de que la Generalitat termine desde 2001 el parque log¨ªstico de Riba-roja. La impresi¨®n que el turista se lleva si entra por el norte no resulta menos impactante. La demolici¨®n del puente elevado y las interminables obras del nuevo acondicionamiento, unidas a las tortuosas colas, resultan disuasorias.