Ag¨¹ero y el Atl¨¦tico se rompen
El equipo de Aguirre paga la lesi¨®n de su gran estrella y es incapaz de superar al Murcia
Mediada la segunda parte, el Calder¨®n se ech¨® a temblar. Y no porque el Murcia pusiera en aprietos al Atl¨¦tico, que no lo hac¨ªa ni ganas que ten¨ªa. En un lateral del c¨¦sped, Ag¨¹ero cay¨® desplomado. Tanto se esmer¨® De Coz en marcar de cerca al Kun que se fue tras ¨¦l mientras correteaba alej¨¢ndose del bal¨®n, que estaba en el otro extremo, con tan mala suerte que le pis¨® atr¨¢s, encima del tal¨®n, tacos de aluminio abri¨¦ndose paso en una zona que s¨®lo protegen un vendaje y una media. Cay¨® herido Ag¨¹ero, fulminado, retorci¨¦ndose de dolor. Un angustioso run-run recorri¨® la grada y se hizo a¨²n m¨¢s sonoro cuando el Kun abandon¨® el c¨¦sped llorando y sin apoyar su pie derecho.
Hasta la lesi¨®n de su estrella, el Atl¨¦tico se lo hab¨ªa tomado con calma. Con demasiada calma. Daba la sensaci¨®n de que sus jugadores, dado que el Murcia les regal¨® el bal¨®n desde el saque inicial, estaban convencidos de que antes o despu¨¦s dar¨ªan en la diana. No se desat¨® el Atl¨¦tico, pero s¨ª supo hilvanar el juego y acumular alguna que otra ocasi¨®n. Logr¨® un gol que el ¨¢rbitro, con justicia, invalid¨®. Lleg¨® en un jugad¨®n de Forl¨¢n, que, tras varios regates, abri¨® a Pern¨ªa. ?ste, que en alg¨²n momento logr¨® asociarse con m¨¢s dignidad de lo acostumbrado con Sim?o, prolong¨® el bal¨®n hacia el portugu¨¦s, que centr¨® para que Forl¨¢n, que llegaba lanzado, cabeceara a la red. Pero, aunque por cent¨ªmetros, Forl¨¢n se encontraba en fuera de juego.
ATL?TICO 1 - MURCIA 1
Atl¨¦tico: Abbiati; Perea, Pablo, Eller (Luis Garc¨ªa, m. 56), Pern¨ªa; Maxi, Ra¨²l Garc¨ªa, Motta, Simao (De las Cuevas, m. 46); Ag¨¹ero (Cleber, m. 71) y Forl¨¢n. No utilizados: Falc¨®n; Antonio L¨®pez, David y Didi.
Murcia: Notario; De Coz, Arzo, Ochoa, Pe?a; De Lucas (Movilla, m. 90), Pablo Garc¨ªa, Richi, Jofre (Regueiro, m. 66); Iv¨¢n Alonso (??igo, m. 81) y Goitom. No utilizados: Carini; Rosinei, Cuadrado y Abel.
Goles: 0-1. M. 50. Penalti por agarr¨®n de Eller a Iv¨¢n Alonso que transforma Jofre. 1-1. M. 63. Contragolpe llevado por Ag¨¹ero que culmina Luis Garc¨ªa de duro disparo.
?rbitro: Lizondo Cort¨¦s. Amonest¨® a Pablo Garc¨ªa, Perea, Sim?o, Regueiro, Motta, De Coz y Goitom.
Unos 35.000 espectadores en el Calder¨®n.
El involuntario pisot¨®n de De Coz causa al argentino un esguince de tobillo
M¨¢s que imaginaci¨®n, Motta da al Atl¨¦tico una calma de la que andaba escaso
Eran momentos de absoluto dominio rojiblanco. M¨¢s que imaginaci¨®n, Motta da al Atl¨¦tico una calma de la que hasta ahora andaba escaso. Una fabulosa volea de Maxi en el segundo palo mereci¨® ser gol, igual que el cabezazo de Ag¨¹ero tras una gran combinaci¨®n de Ra¨²l Garc¨ªa con el capit¨¢n. Mientras tanto, el Murcia se limitaba a verlas venir, sin hacer m¨¢s ruido que la lucha que Goitom se tra¨ªa con los centrales, el puesto maldito del Atl¨¦tico, donde ayer, y ya es hora, salt¨® la noticia: Pablo no fall¨® una sola vez.
Pero (milagros los justos) Eller no se qued¨® sin inventarse la pifia de todos los d¨ªas. De Lucas sac¨® una falta al ¨¢rea, en la segunda ocasi¨®n en que el Murcia ve¨ªa el escudo a Abbiati, y a Eller no se le ocurri¨® otra cosa que impedir el remate de Iv¨¢n Alonso abraz¨¢ndose a ¨¦l. Los jugadores del Atl¨¦tico protestaron porque algo ten¨ªan que hacer, pero aquello era penalti. Jofre marc¨® y el Atl¨¦tico se encontr¨® en un escenario impensable minutos antes.
Y se acab¨® la calma. El equipo recuper¨® la imagen atropellada que le ha acompa?ado en los ¨²ltimos tiempos. Resultado: el Murcia se vino arriba. Y tan alegre se vio el equipo de Alcaraz que olvid¨® que el Atl¨¦tico, incluso en sus momentos m¨¢s depresivos, maneja a la perfecci¨®n los c¨®digos del contragolpe.
As¨ª que Ag¨¹ero caz¨® el bal¨®n y se dispar¨®. Con el cuerpo evit¨® que los dos defensas que le persegu¨ªan se lo robaran. Intentaron derribarle, con nulo ¨¦xito, y el argentino dej¨® que Luis Garc¨ªa, que corr¨ªa a su vera, se hiciera con la pelota antes de presentarse ante Notario y batirle con un disparo seco, tremendo.
Pero, al instante, el tobillo de Ag¨¹ero cruji¨®. A partir de ah¨ª, el partido fue un quiero y no puedo del Atl¨¦tico y un poco querer del Murcia, satisfecho con el empate, convencido de que cualquier riesgo pod¨ªa suponer un castigo. Lo corri¨® y s¨®lo el empecinamiento de Maxi en agotar ¨¦l la jugada, disparando alto cuando Forl¨¢n aguardaba su pase en soledad, evit¨® que el Atl¨¦tico cazara una victoria que mereci¨® y que se dej¨® olvidada por ese empe?o suyo en que cualquiera, ayer el Valencia, hoy el Murcia, ma?ana qui¨¦n sabe, saque los colores a su defensa, ayer a Pablo, hoy a Eller, ma?ana qui¨¦n sabe.
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