'Lideresa'
Los efectos del veto a Ruiz-Gallard¨®n sobre las expectativas electorales del PP han sido claramente perjudiciales. Ahora mismo se predice que Zapatero ganar¨¢ por amplio margen, pero entonces Rajoy deber¨ªa dimitir, como hizo Almunia en el PSOE tras cederle a Aznar la mayor¨ªa absoluta en el 2000. En tal caso, ?qui¨¦n le suceder¨ªa a la cabeza del PP? Descartado Gallard¨®n, e incapacitados Pizarro y Zaplana por su historial, s¨®lo queda Esperanza Aguirre, con declarada ambici¨®n de convertirse en lideresa. De modo que quiz¨¢ convenga tomarse por fin en serio a la presidenta madrile?a, a la que parece haberle llegado su hora de aspirar a ser la Margaret Thatcher espa?ola.
?De verdad tiene madera Esperanza Aguirre de lideresa? As¨ª podr¨ªa resultar finalmente, si sabe jugar sus cartas, pues el l¨ªder pol¨ªtico no nace sino que se hace, seg¨²n revelan los precedentes de Su¨¢rez y Zapatero, sin dotes para el cargo pero que lograron conquistarlo y ocuparlo contra viento y marea. Y a Esperanza Aguirre podr¨ªa ocurrirle otro tanto, adem¨¢s de poseer de nacimiento el requisito supersticioso de incluir la letra zeta en su nombre de pila. Examinemos, pues, la naturaleza de su capital pol¨ªtico, para hacernos una idea a la luz de su pasado historial de lo que podr¨ªamos esperar de ella.
El capital pol¨ªtico de Esperanza Aguirre deriva de su eficacia destructiva
Ante todo, se trata de una de las principales matronas del PP, esas hero¨ªnas populistas de rompe y rasga, de la estirpe racial de Agustina de Arag¨®n, que hacen las delicias del electorado espa?ol de clase media: Celia Villalobos en M¨¢laga, Te¨®fila Mart¨ªnez en C¨¢diz, Rita Barber¨¢ en Valencia... y Esperanza Aguirre en Madrid, que viene de arrasar literalmente en las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas. En este sentido, hay que reconocer que sus credenciales plebiscitarias son insuperables. Adem¨¢s, tiene un cierto encanto medi¨¢tico con ribetes sexistas, reflejado en su mirada de miope y su media sonrisa ir¨®nica, que recuerda la de un Zaplana con fama de atleta sexual: un alumno m¨ªo bastante rojo me dijo que a ¨¦l Esperanza le pon¨ªa. Semejante gancho no es de despreciar, pues al fin y al cabo, la mitad del tir¨®n de Zapatero procede de su mirada l¨ªquida, dicho sea a lo Bauman.
Pero tengo para m¨ª que la mayor parte de su capital pol¨ªtico procede de su probada eficacia destructiva, pues la castigadora Esperanza ha demostrado una despiadada crueldad acabando sin complejos con la carrera pol¨ªtica de todos sus enemigos, tanto externos como internos. Primero acab¨® con su adversario Simancas, tras arruinarlo con el esc¨¢ndalo del tamayazo. Despu¨¦s ha terminado con su compa?ero Gallard¨®n, al que ha derrotado tanto abiertamente (compitiendo por el liderazgo local de su partido en Madrid) como en la penumbra (vet¨¢ndole con su ultim¨¢tum a Rajoy). Y ahora se dispone finalmente a acabar con el propio presidente de su partido (arruinando sus expectativas electorales con su veto a Gallard¨®n): el ¨²ltimo obst¨¢culo que le queda para encaramarse hasta la cima del liderazgo.
?A qui¨¦n recuerda esta eficacia destructiva? A su mentor Aznar, indudablemente, cuyo capital pol¨ªtico naci¨® de haber acabado con un rival incombustible: "V¨¢yase, se?or Gonz¨¢lez". Se trata de una variante del carisma de tipo militar (Weber dixit), procedente de la eficacia demostrada a la hora de vencer a todos los enemigos en el campo de batalla, como en el caso de Napole¨®n. Y Aznar hizo de ese carisma letal o destructivo su ¨²nica estrategia pol¨ªtica, de acuerdo a la dial¨¦ctica del enemigo propuesta por el pronazi Carl Schmitt: tanto el enemigo exterior, terrorista, como el enemigo interior, socialista y nacionalista. Pues bien, Esperanza Aguirre sigue la misma estrategia neocon de lucha sin cuartel contra el enemigo exterior e interior.
A diferencia de Gallard¨®n, un constructor neto como autor del nuevo gran Madrid, Aguirre carece de esp¨ªritu constructivo (s¨®lo se la conoce por unos tranv¨ªas disfrazados de metro ligero), pues concentra todos sus esfuerzos en la pol¨ªtica de tierra quemada. Est¨¢ destruyendo los dos principales servicios p¨²blicos, la sanidad y la educaci¨®n, mediante su feroz vaciamiento en beneficio de una rapaz privatizaci¨®n. Y no s¨®lo eso. Aguirre est¨¢ sometiendo a la ense?anza madrile?a a un proceso segregacionista de limpieza ¨¦tnica. Y en cuanto a la medicina, est¨¢ destruyendo su prestigio institucional con la inquisitorial persecuci¨®n de sus profesionales en materias como la interrupci¨®n del embarazo y la sedaci¨®n paliativa. Adem¨¢s, est¨¢ obstruyendo desde la Administraci¨®n madrile?a las leyes estatales protectoras de los derechos ciudadanos (tabaco, violencia de g¨¦nero, alquiler, dependencia). Todo ello sin reconocerlo ni rendir cuentas, rechazando asumir incluso el sentido de las sentencias judiciales. As¨ª demuestra su incapacidad para ejercer un liderazgo responsable y positivo: vaya ejemplar de lideresa.
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