"Me obligan a pagar el arma con la que asesinaron a mi madre"
Una mujer hereda la deuda por el coche que el padre us¨® para matar a su esposa
La historia de Sonia Jim¨¦nez, de 29 a?os, se debate entre el pasado y el futuro, entre las expectativas y la sombra de un crimen que trunc¨® su vida. En marzo de 2004, su padre asesin¨® a su madre, Encarnaci¨®n Rubio, atropell¨¢ndola repetidas veces con su veh¨ªculo en la localidad granadina de C¨²llar Vega. "Es algo que nunca vas a poder olvidar, algo que te persigue siempre, pero intento ser fuerte", explica la joven, que ha tenido que pagar "el arma con la que asesinaron" a su madre para evitar un embargo y conservar su casa.
La hija, que es barrendera, ha tenido que pedir 100.000 euros
Tras el crimen, Francisco Jim¨¦nez Uceda fue ingresado en prisi¨®n, donde falleci¨® durante el verano de 2006 a causa de una infecci¨®n. Sonia, que trabaja como barrendera del Ayuntamiento de su pueblo, al igual que hac¨ªa su madre, no imaginaba el tortuoso camino que le esperaba desde entonces. La primera llamada de su abogada fue para advertirle de que ten¨ªa que hacer frente al pago de las letras pendientes del Opel Corsa de su padre, unos 11.000 euros. "Me result¨® muy injusto, sent¨ª una gran impotencia. De hecho, el coche se lo llev¨® la Guardia Civil y yo nunca lo reclam¨¦, no s¨¦ d¨®nde est¨¢", dijo ayer en su casa, acompa?ada de su amiga Mar¨ªa Asunci¨®n P¨¦rez, uno de sus grandes apoyos en todos estos a?os.
Aunque la historia pudiera parecer ya un disparate, no se detuvo ah¨ª. Una nueva llamada de la abogada de Sonia caus¨® una mayor alerta y preocupaci¨®n en la joven. El d¨ªa en el que su madre fue asesinada, un hombre mayor intent¨® salvarle la vida, resultando herido. Tras el juicio, el juez conden¨® al asesino a pagar una indemnizaci¨®n de 12.000 euros que nunca lleg¨® a abonar. "Lo he tenido que hacer yo, porque si no iban a embargarme. No me importa el dinero, pero esta casa es el esfuerzo durante muchos a?os de mi madre, que lleg¨® a tener tres empleos simult¨¢neos en tres turnos, y no estoy dispuesta a perderla", explica emocionada.
Estas dos deudas son s¨®lo una muestra de la tragedia en la que se encuentra inmersa la joven, que se cas¨® el pasado verano y que tiene dos hijos, de dos y tres a?os. "Es dif¨ªcil salir adelante, hemos pedido cr¨¦ditos por valor de 100.000 euros para pagar las deudas de mi padre, me siento condenada por un delito que no s¨®lo no he cometido, sino del que soy v¨ªctima", a?ade.
Esta aparente desprotecci¨®n que podr¨ªa estar sufriendo la joven ha provocado que la Fiscal¨ªa Superior del TSJA haya dado ¨®rdenes a la polic¨ªa judicial de que ofrezca asistencia a Sonia.
Jes¨²s Garc¨ªa Calder¨®n, fiscal jefe, explic¨® ayer que la reforma del Estatuto Fiscal, aprobada en octubre de 2007, obliga a "velar por la protecci¨®n procesal de las v¨ªctimas y la asistencia efectiva". "He dado orden a la fiscal de violencia de g¨¦nero para que compruebe todo el caso de Sonia, con la que ya he hablado", a?adi¨®.
Pese a que su vida est¨¢ marcada por la tragedia, la fortaleza de Sonia resulta sorprendente. Poco antes del asesinato de su madre, su hermano muri¨® en un accidente de tr¨¢fico (la joven tambi¨¦n ha tenido que terminar de pagar el veh¨ªculo). Despu¨¦s, en 2005, sus abuelos fueron apu?alados en su propia casa por un vecino. Su abuelo result¨® herido grave y su abuela falleci¨® a las pocas horas. "Era el d¨ªa de mi cumplea?os. Cuando recib¨ª la llamada desde casa de mis abuelos cre¨ª que era para felicitarme. Hace poco sali¨® el juicio y condenaron al asesino de mi abuela a 10 a?os de c¨¢rcel. Yo pretendo recurrir", explica. "Se puede salir de todo", advierte con calma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.