"Ahora puedo ser autocr¨ªtico"
Se llama Abdelatif Abdesalam, pero sus amigos lo conocen como Hwidar. Acaba de ganar el Goya al mejor cortometraje por un filme, Salvador. Historia de un milagro cotidiano, y se siente que todav¨ªa est¨¢ "metabolizando" todo lo que le ha sucedido en los ¨²ltimos d¨ªas. Este ceut¨ª, afincado en Valencia hace 12 a?os, odia las entrevistas en las que su interlocutor no le escucha. Prefiere mantener una conversaci¨®n informal sobre los temas que le interesan.
Pregunta. Salvador surge del horror, de los atentados del 11-M.
Respuesta. Surge esa misma ma?ana, cuando escuchaba en la radio el carrusel de muertos y algo en m¨ª se alter¨®. Despu¨¦s, al saber la historia de la mochila que no explot¨®, lo que hab¨ªa estado hirviendo en mi interior se me hizo pegajoso en el cerebro, ten¨ªa la necesidad de no aparcarlo, de escupirlo. Escrib¨ª el gui¨®n pero se qued¨® en la nevera hasta que mi mujer lo present¨® al festival de cortos del Greenspace. All¨ª ganamos y eso fue como una mecha.
P. ?Es consciente de que parte de la culpa del ¨¦xito del corto la tiene el tema que trata?
R. S¨ª. Cuando lo escrib¨ª sent¨ª una cosa muy rara. Me asustaba que pareciera de mal gusto por el hecho de ser ¨¢rabe y tratar ese tema. De hecho, le ofrec¨ª a un amigo que lo dirigiera ¨¦l, pero me dijo que me estaba autocensurando. Me escoci¨®, pero era cierto. Descubr¨ª que si me estaba autocensurando era que no merec¨ªa hacer nada.
P. Usted vivi¨® diez a?os en Russafa, que ahora es un crisol de culturas. ?C¨®mo vivi¨® la transformaci¨®n del barrio?
R. Creo que es el barrio de Valencia que mejor ha absorbido la inmigraci¨®n, el que mejor la ha asimilado. Hay una parte del barrio que se dej¨® abandonada, con intenciones especulativas, que la convirti¨® en un peque?o gueto. Pero, a diferencia de otros sitios, en Russafa hay una convivencia real.
P. ?Es Valencia racista?
R. No, en Valencia no me ha pasado nunca nada. Siempre me he sentido muy bien tratado. Pero s¨ª que es cierto que el inmigrante ha de ponerse las pilas y asumir que llega a una sociedad que tiene su forma de vivir. Ahora los inmigrantes empiezan a infundir ese esp¨ªritu en sus hijos. El mundo isl¨¢mico est¨¢ en ese punto en el que hablar de tolerancia es algo serio.
P. ?Se puede vivir del cine en Valencia?
R. Nunca he vivido del cine. Me ha resuelto temporadas, pero yo he vivido de mi trabajo en televisi¨®n o de alba?il o en empresas de limpieza. En Valencia es muy complicado y no entiendo por qu¨¦. Valencia deber¨ªa ser una potencia europea del cine.
P. ?Qu¨¦ puede aportar al cine espa?ol?
R. Ahora puedo ser autocr¨ªtico sin que nadie me acuse de prooccidental. Voy a poner la lupa a la hora de analizar el mundo ¨¢rabe y eso es una posici¨®n de privilegio a la que tengo que sacar punta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.