El entierro del Entroido
Desfiles de comparsas y carrozas cierran la fiesta en las ciudades
El fin del Entroido comenz¨® ayer en las ciudades con los desfiles urbanos de comparsas y carrozas. En Compostela, alrededor de 3.000 personas se arracimaron en torno a la Praza de Galicia, dispuesta como un escenario de concierto, para contemplar el avance de 30 comparsas, 8 carrozas y hasta 20 disfraces colectivos.
En la cabalgata del Entroido institucional de Santiago, con una primera carroza tuneada con transiciones de techno grueso, resultaba dif¨ªcil identificar alguno de los referentes -rurales- de la fiesta en Galicia. Muy pocos disfraces, a excepci¨®n de los ni?os, generalmente embutidos en trajes de confecci¨®n, distingu¨ªan el motivo comercial de la fiesta que concluye. Al mismo tiempo que los compostelanos combat¨ªan el fr¨ªo, Ferrol y Lugo organizaban sus principales desfiles. En A Coru?a, donde se reparten m¨¢s de 60.000 euros en premios, se celebr¨® en A Torre, barrio de Monte Alto, la festa choqueira, una de las citas urbanas m¨¢s divertidas de Galicia: la gente se disfraza de cualquier manera.
Laza despidi¨® el Carnaval con las carreras de peliqueiros jubilados
M¨¢s hacia el interior, la lluvia alter¨® el calendario en la mayor¨ªa de los puntos clave del Entroido etnogr¨¢fico. En A Estrada, el Alto dos Xenerais volv¨ªa a la Praza da Constituci¨®n, y en Ver¨ªn todav¨ªa pensaban desquitarse los cigarr¨®ns. Laza desped¨ªa el Entroido con las carreras de los peliqueiros jubilados y el testamento. En Xinzo salieron tambi¨¦n las pantallas para juzgar a los civiles sin disfrazar.
Al margen del tri¨¢ngulo medi¨¢tico del Entroido ourensano, las mejores noticias llegan de Maceda, capital hist¨®rica de la Alta Limia. Poetas como Claude Royet-Journoud o James Sacr¨¦ -Se os felos atravesan polos nosos poemas- ya hab¨ªan presenciado las escenificaciones de los felos, la m¨¢scara tradicional del Entroido de Maceda -semejante al peliqueiro-, invitados por el escritor orensano Emilio Ara¨²xo. Este a?o llegar¨¢n a Amastra-N-Gallar, la editorial de Ara¨²xo, los poemas de felos del chino Yao Feng y de la rusa Rea Nikonova.
"El mito de los or¨ªgenes se multiplica y se matiza en funci¨®n de la promesa po¨¦tica que cada colectivo de m¨¢scaras es capaz de relanzar", recuerda Ara¨²xo. "Y aqu¨ª los felos se decidieron por los animales de la Sierra de San Mamede", los mismos que llevan en la mitra que corona la careta. Ara¨²xo, responsable de un trabajo ingente de recuperaci¨®n de sentido en el rural, remite al felo para preguntarse si la poes¨ªa "es quien de traducir estos conocimientos, encriptarlos y transmitirlos".
El mito aplicado a las m¨¢scaras del Entroido gallego, que ocup¨® a los etn¨®grafos de la Xeraci¨®n N¨®s, situ¨® las mitras de peliqueiros o felos, como La Morena de Laza, entre el mundo celta, Roma y los recaudadores de impuestos del siglo XVI, en lo que ser¨ªa, siguiendo esta teor¨ªa, una verdadera inversi¨®n popular del sentido aristocr¨¢tico de aquellos cobradores que se ocultaban para cobrar el dinero de los condes. Al Oso de Salcedo, en Pobra do Broll¨®n, a punto de ser incluido en el ramillete de fiestas de inter¨¦s tur¨ªstico, acudi¨® tambi¨¦n este a?o el etn¨®logo franc¨¦s Robert Bosch.
Federico Cocho, en O Carnaval en Galicia (Xerais, 2008), analiza la pervivencia y los diferentes matices de la fiesta que hoy acaba. En la mayor¨ªa de las celebraciones -urbanas o no-, incluidos los boteiros de Viana y Vilari?o de Conso, o las m¨¢zcaras de Manzaneda, en Ourense, se entierra hoy el Entroido.
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