No digas nunca jam¨¢s

Ya no tiene mucha importancia si hay material nuevo, si se cumple el aniversario de un ¨¢lbum m¨ªtico o si simplemente se quiere satisfacer a las generaciones m¨¢s j¨®venes. Aqu¨ª todo el mundo se ha despe?ado por una pendiente en busca de su bot¨ªn particular, y esto ya no hay quien lo pare. Los brit¨¢nicos The Godfathers tambi¨¦n se han subido al carro de los regresos sonados, pero, al menos en su caso, el tiempo no ha servido -como con otras median¨ªas- para sobreestimar carreras con poco que reivindicar. Ellos fueron simplemente una soberbia banda rock. Tan sencillo y a veces tan dif¨ªcil. De aguerridas y anfetam¨ªnicas composiciones, legatarios del punk por su virulencia sonora y cercanos, ya en su ocaso, a un discurso m¨¢s elaborado, emparentado con la psicodelia. Ahora, una d¨¦cada despu¨¦s de su ¨²ltima visita a Valencia, el n¨²cleo formado por los hermanos Coyne se re¨²ne con el resto de la formaci¨®n original, aquella con la que grabaron -entre otros- el excelente Birth, school, work, death en 1988. Solo cabe conformarse con que no destrocen su excitante legado.