En la caverna de Cuevas
El caso de Dimas Cuevas, candidato al Senado por el Partido Popular (PP) en Albacete, parece uno de los destellos de groser¨ªa que de vez en cuando afloran de entre las filas del primer partido de la oposici¨®n sin que sus responsables se den por avergonzados o aludidos. Quien haya aprobado o promovido la presencia de Cuevas en la candidatura popular tiene que conocer sobradamente los chascarrillos sonrojantes escritos en La Tribuna de Albacete, sobre las variedades de tortilla en las bodas de lesbianas, los perritos calientes y los pl¨¢tanos en los convites de homosexuales, o las burlas sobre la violencia dom¨¦stica "si los que se casan son dos machos"; cabe suponer pues que quien lo reclut¨® para el partido de Rajoy o bien comparte la zafia percepci¨®n del candidato o bien considera que carece de importancia pol¨ªtica. Cualquiera de las respuestas revela que en el PP persiste una reserva abundante de desprecio hacia quienes, en la descacharrante versi¨®n de Cuevas, no tienen "las hormonas en equilibrio".
Cuevas hubiera sido un esforzado guionista de las infracomedias espa?olas de los setenta y ochenta, cuando la ¨²nica presencia p¨²blica que se permit¨ªa a la homosexualidad era el juguete c¨®mico tabernario. Pero con lo que ha llovido desde entonces, hoy apenas tendr¨ªa cabida en un concurso regional de chistes. Tampoco deber¨ªa encontrar espacio como representante pol¨ªtico en una sociedad que desterr¨® hace tiempo las obsesiones hom¨®fobas como lo que son: un mal sue?o. Pero, al parecer, algunos partidos van muy rezagados respecto de la conciencia ciudadana a la que dicen servir.
Tampoco ha mostrado Cuevas demasiada creatividad para excusar sus penosos comentarios. Asegura que fueron hechos en tono "sat¨ªrico y jocoso", como si la s¨¢tira y el jolgorio justificasen per se cualquier declaraci¨®n p¨²blica insultante contra un grupo de ciudadanos.
Recurre asimismo al latiguillo "fuera de contexto". Sin que se ofendan las hormonas en equilibrio del se?or Cuevas, est¨¢ bastante claro que sus comentarios no est¨¢n fuera de su contexto; es ¨¦l quien est¨¢ fuera de contexto de la sociedad que pretende representar.
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