Monoton¨ªa
En plena temporada, la monoton¨ªa es norma en las pantallas de los martes. El ¨²nico estreno fue un partido de f¨²tbol (TV-1, Espa?a-Francia sub 21), que pese a ser amistoso -sin lucha a muerte- y, aunque los partidos de f¨²tbol se parecen entre s¨ª como dos gotas de agua, atrajo a casi dos millones de personas y releg¨® a los pobres Hijos de Babel a horas intempestivas. El pinchazo del concurso "para inmigrantes" tiene morbo: ?ser¨¢n racistas los telespectadores? Cuando se canta, las patrias sobran, ?o no? Los estereotipados perifollos y trucos que encandilan en todos los concursos, curiosamente, aqu¨ª no han funcionado. ?Importa mucho?
La sobremesa televisiva, en cambio, est¨¢ al acecho: en esta semana, te¨®ricamente, deb¨ªan repartirse los despojos del Tomate. Pero la audiencia, impert¨¦rrita, mata el sopor de la digesti¨®n con Supervivientes: Tele 5 aguanta la embestida de Fama (Cuatro), de A3bandas (Antena 3), con horario ampliado, y con Cantizano, con un inolvidable jersey de rayas, dispuesto a amarillear tanto como haga falta, y de S¨¦ lo que hicisteis... (la Sexta), donde ?ngel Mart¨ªn promete muy serio: "No voy a hablar cada d¨ªa del Tomate, pero ¨¦l es el ¨²nico que nos hace sonre¨ªr. La competici¨®n, a esa hora, se nutre de una audiencia fisgona (Fama y Supervivientes) capaz de disfrutar con el martirologio de tanto concursante virgen o resabiado, y de un p¨²blico enganchado a lo sentimentaloide, lo esot¨¦rico (?Rappel ha resucitado!), y el suceso elevado a tragedia universal. La competici¨®n televisiva es pura ret¨®rica y las pantallas son tan intercambiables que hasta un espacio con personalidad propia como Channel 4 queda contaminado. Cuando todos se copian, el talento se esfuma.
A la hora de las brujas, de sopet¨®n, irrumpi¨® El diario de... Mercedes Mil¨¢ (Tele 5) con un ramillete de estafadores para reemplazar a los famosos de Hormigas blancas: v¨ªscera sustituye a v¨ªscera. ?Casualidad o falta de ideas?
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