Cuidado con Andaluc¨ªa
En enero de 1980 EL PA?S public¨® una foto en la que, en una pared encalada, aparec¨ªa en letra roja la siguiente admonici¨®n an¨®nima al entonces presidente del Gobierno: "Su¨¢rez, ten cuidado con Andaluc¨ªa". A partir de ese d¨ªa, durante toda la campa?a del refer¨¦ndum y, sobre todo, a partir del 28-F, Adolfo Su¨¢rez pudo comprobar que la advertencia que le hab¨ªa sido dirigida no era gratuita. La no comprensi¨®n de lo que estaba en juego en la iniciativa del proceso auton¨®mico en Andaluc¨ªa mediante el art¨ªculo 151 de la Constituci¨®n acab¨® con UCD como partido y coloc¨® a la derecha en Andaluc¨ªa en una posici¨®n de debilidad de la que todav¨ªa no ha sabido recuperarse.
Y no ha sabido recuperarse, porque sigue sin entender que Andaluc¨ªa, desde el comienzo de la transici¨®n, desde antes de la entrada en vigor de la Constituci¨®n, desde antes del refer¨¦ndum del 28-F y, por tanto, desde antes del ejercicio real y efectivo del derecho a la autonom¨ªa, ya no era la Andaluc¨ªa que ellos cre¨ªan que era. Andaluc¨ªa inicia la transici¨®n con una rebeli¨®n soterrada, pero de una profundidad extraordinaria contra lo que hab¨ªa sido su lugar en la Espa?a contempor¨¢nea. Y esa rebeli¨®n se manifest¨® pronto, inmediatamente despu¨¦s de las elecciones del 15 de junio de 1977, concret¨¢ndose en las manifestaciones masivas del 4 de diciembre de ese mismo a?o, siguiendo con el Pacto de Antequera del 4 de diciembre de 1978 y con el rosario de resoluciones de pr¨¢cticamente todos los ayuntamientos para acceder a la autonom¨ªa mediante el art¨ªculo 151 de la Constituci¨®n. Cuando se la intent¨® detener, ya era tarde y el tren de la autonom¨ªa andaluza arroll¨® al Gobierno de la derecha espa?ola, dej¨¢ndola sin capacidad de respuesta.
Ni en los a?os que estuvo en la oposici¨®n ni mucho menos en los a?os de gobierno del PP, la derecha espa?ola fue capaz de revisar su visi¨®n de Andaluc¨ªa dentro de Espa?a, que tras m¨¢s de 25 a?os de ejercicio del derecho a la autonom¨ªa no tiene nada que ver con la que tuvo desde principio del siglo XIX.
La imagen de Andaluc¨ªa que los dirigentes actuales del PP siguen transmitiendo es la misma imagen que ten¨ªan los dirigentes de UCD en la transici¨®n y la que mantuvieron los de AP. Esa imagen negra, de una Andaluc¨ªa indolente, que conf¨ªa en que sean los dem¨¢s los que le saquen las casta?as del fuego, porque ella misma se siente incapaz de resolver sus problemas.
El fichaje estrella del PP para estas elecciones, ministro de Econom¨ªa in p¨¦ctore Manuel Pizarro lo acaba de decir por dos veces, una primera en Catalu?a, en un encuentro con empresarios de esa comunidad, y otra segunda, pocos d¨ªas despu¨¦s, a pregunta de Carles Francino en la cadena SER. Andaluc¨ªa es la regi¨®n m¨¢s subsidiada de Espa?a, a cuyos habitantes se les pone el pez en el plato porque todav¨ªa no han aprendido a pescar.
Hasta ahora nadie en el PP se hab¨ªa atrevido a llegar tan lejos. Los insultos que nos han dirigido los dirigentes nacionales del PP han sido m¨²ltiples y variados. Desde llamar "gamberro" al presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, como hizo en su d¨ªa el ministro Mariano Rajoy, hasta decir que somos un pueblo atemorizado, sometido a los "caciques" socialistas y, por ello, incapaz de votar libremente, como han hecho Jaime Mayor Oreja y Esperanza Aguirre. Pero nadie se hab¨ªa atrevido a resucitar el t¨®pico de la Andaluc¨ªa negra, indolente, inculta, de la forma en que lo ha hecho Manuel Pizarro.
Nada m¨¢s lejos de mi ¨¢nimo que negarle a Manuel Pizarro la libertad para decir lo que piensa. Al contrario. Creo que los andaluces debemos estarle agradecidos por su franqueza. El 9 de marzo nos encontraremos.
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