Integrados por contrato
El PP propone medidas sobre inmigraci¨®n que chocan con los principios democr¨¢ticos
Mariano Rajoy ha desvelado algunas medidas que contemplar¨¢ el programa de su partido en materia de inmigraci¨®n. Entre ellas, el denominado "contrato de integraci¨®n", firmado entre el Estado y cada trabajador extranjero. En virtud de este documento, los inmigrantes adquirir¨ªan compromisos tan dispares como cumplir las leyes, respetar las costumbres de los espa?oles, aprender la lengua, pagar los impuestos, trabajar para integrarse o regresar a su pa¨ªs de origen si no encuentran empleo al cabo de un a?o.
A tenor de lo expuesto por el l¨ªder del PP, cabe suponer que ser¨ªa un nuevo requisito burocr¨¢tico para quienes se proponen entrar de forma legal en el pa¨ªs, no una medida contra la ilegalidad. Por el simple hecho de hacer esta propuesta, Rajoy imagina que ha identificado un problema donde no lo hay, sugiriendo que los inmigrantes regulares que respetan las leyes no cumplen, sin embargo, unas vagas pautas de adaptaci¨®n al pa¨ªs.
La amalgama de compromisos que contiene el "contrato de integraci¨®n" lleva a la sorprendente conclusi¨®n de que, en unos casos, Rajoy parece conceder m¨¢s importancia a la firma de un candidato a inmigrar que a las normas que aprueba el Parlamento. No es preciso que ning¨²n ciudadano, sea nacional o extranjero, se comprometa por escrito a cumplir las leyes para que le sea exigible su cumplimiento, y lo mismo sucede con los impuestos. En otros casos, sin embargo, Rajoy parece olvidar que no todo es exigible mediante una ley democr¨¢tica, como es el caso de las costumbres. Entre otras cosas, porque es dif¨ªcil establecer mediante una norma en qu¨¦ consisten. Y, si se estableciera, ser¨ªa al precio de dejar fuera a muchos espa?oles, convirti¨¦ndolos en poco integrados o en directamente sospechosos, como hac¨ªa la Ley de Peligrosidad Social del franquismo. Por lo que se refiere al aprendizaje de la lengua y al esfuerzo por integrarse, las dificultades que presenta la medida no se resuelven creando una agencia nacional, seg¨²n anunci¨® Rajoy. El problema reside en c¨®mo se establecen los niveles de lengua o de integraci¨®n, no en qui¨¦n los verifica.
El programa del PP tambi¨¦n incluir¨¢ la aprobaci¨®n de una ley restringiendo el uso del velo en las escuelas. Resulta incongruente que un partido que defiende la ense?anza obligatoria de la religi¨®n cat¨®lica proponga limitar los s¨ªmbolos de otros credos. Adoptada desde una concepci¨®n laica, la prohibici¨®n del velo puede discutirse pero obedece a una l¨®gica. Adoptada desde la confesionalidad, se confunde con una afirmaci¨®n del catolicismo como ¨²nica religi¨®n admitida en la escuela.
Si alguna materia se hab¨ªa librado hasta ahora de las simplezas prodigadas durante la precampa?a, era la inmigraci¨®n. Rajoy ha venido a colmar esta laguna con propuestas poco respetuosas con los principios democr¨¢ticos. Que se inspiren en medidas adoptadas por Sarkozy no las hace incuestionables; sencillamente, suscitan id¨¦nticas reservas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.