Dos consejer¨ªas pugnan por el tipo de agua para riego de los campos de golf

El decreto sobre campos de golf parece haber atrapado al Gobierno andaluz en una telara?a. Aun despu¨¦s de que la norma recibiera el pasado jueves el visto bueno de la comisi¨®n de viceconsejeros -¨²ltimo tr¨¢mite previo a la aprobaci¨®n por el Consejo de Gobierno-, se han vuelto a manifestar nuevas discrepancias entre las distintas consejer¨ªas implicadas.

En este caso, la Consejer¨ªa de Medio Ambiente se opone tajantemente a que se contemple una excepci¨®n para que determinados campos de golf puedan regarse con agua potable, como refleja el ¨²ltimo borrador del decreto, que podr¨ªa ver la luz la semana que viene o la pr¨®xima.

El decreto ha cumplido todos los tr¨¢mites y est¨¢ listo para ser aprobado

Pese a las protestas de Medio Ambiente, fuentes de la Consejer¨ªa de Turismo aseguraron que no est¨¢ prevista una nueva modificaci¨®n, si bien las mismas fuentes matizaron: "Lo que ocurre en este caso es que hasta un minuto antes del Consejo de Gobierno puede producirse alg¨²n cambio". De hecho, el llamado decreto del golf lleva dando vueltas desde hace dos a?os por los diferentes criterios de Obras P¨²blicas y Turismo. Ahora entra en liza una tercera: La Consejer¨ªa de Medio Ambiente no quiere que se contemple ninguna excepci¨®n a la norma general de que los campos de golf se rieguen con agua reciclada, por m¨¢s matizada y limitada que est¨¦.

El apartado 4 del art¨ªculo 9 del texto listo para su aprobaci¨®n establece que "si las circunstancias del abastecimiento urbano no lo desaconsejan y las condiciones de recursos de la zona lo permiten, cuando se trate de un proyecto de campo de golf de Inter¨¦s Tur¨ªstico se podr¨¢ autorizar, como complementario al riego en la forma prevista en el apartado 2 del presente art¨ªculo, el uso de agua procedente de otras fuentes".

A Medio Ambiente esta salvedad le parece un paso atr¨¢s, ya que la obligatoriedad del riego de este tipo de instalaciones con agua depurada lleva vigente varios a?os. El decreto se?ala que "los campos de golf deber¨¢n ser regados con aguas regeneradas" y que "no se utilizar¨¢n caudales destinados al consumo humano para el riego de los campos del golf", aunque introduce la mencionada posibilidad de excepci¨®n.

El mismo art¨ªculo dice que en los casos en los que no exista un caudal de agua depurada suficiente se podr¨¢n recurrir a otras v¨ªas con el siguiente orden de prelaci¨®n: aguas subterr¨¢neas "que por sus caracter¨ªsticas de calidad no puedan tener otro uso", aguas superficiales "procedentes de modificaci¨®n de las de caracter¨ªsticas de la concesi¨®n otorgada con anterioridad para regad¨ªo", aguas pluviales, y aguas procedentes de plantas desaladoras.

La aprobaci¨®n de una norma pare regular la instalaci¨®n y funcionamiento de los campos de golf era uno de los objetivos del Gobierno andaluz, incluido en el acuerdo program¨¢tico con Los Verdes. Pero desde el primer momento se evidenciaron profundas discrepancias de criterio entre las tres consejer¨ªas implicadas, Medio Ambiente, Turismo y Obras P¨²blicas.

En verano de 2006, Obras P¨²blicas, que coordinaba hasta entonces los trabajos, se plant¨® y dijo que no habr¨ªa decreto, pero el presidente de la Junta, Manuel Chaves, enmend¨® y encomend¨® a la Consejer¨ªa de la Presidencia que se encargara de la coordinaci¨®n del decreto. Pese a que parec¨ªa que por fin el asunto estaba finalmente solucionado, hasta el ¨²ltimo minuto todo est¨¢ en el aire.