El sector del libro exige un plan contra la ca¨ªda de lectores

Falta un plan de lectura. Esa es la conclusi¨®n a la que han llegado libreros, editores, escritores y bibliotecarios ante las preocupantes cifras del bar¨®metro de h¨¢bitos de lectura y compra de libros en 2007, que sit¨²an la valenciana como la d¨¦cima autonom¨ªa en porcentaje de lectores, por debajo de la media espa?ola, tras una ca¨ªda de dos puntos, cuando se ha producido una subida general de 1,4%.

Si el convenio no se firmara en 2008. Se perder¨ªan siete millones de euros

Cada valenciano dispone de 1,20 libros, frente al 1,24 de los espa?oles

Es cierto que las condiciones ambientales ayudan poco en una comunidad m¨¢s proclive a la fiesta que a la lectura. Pero, contra el clima o las costumbres ciudadanas, las administraciones p¨²blicas han de velar por "revertir esa situaci¨®n", dice Rosa Serrano, presidenta de la Associaci¨® d'Editors del Pa¨ªs Valenci¨¤. Dicha reversi¨®n pasa por elaborar un plan de actividades de animaci¨®n lectora, "que el sector lleva reclamando ante la Generalitat desde hace diez a?os", seg¨²n cuenta Gl¨°ria Ma?as, presidenta del Gremi de Llibrers. Un plan basado en "un estudio riguroso sobre los h¨¢bitos de lectura en la familia que ofrezca un diagn¨®stico de la situaci¨®n para comenzar a trabajar", recalca Serrano. Algunas de las iniciativas que proponen las asociaciones profesionales del sector del libro son, por ejemplo, crear un programa de televisi¨®n sobre libros que familiarice a j¨®venes y mayores con la lectura, as¨ª como la organizaci¨®n de campa?as de promoci¨®n, algo que "ni siquiera se hace el d¨ªa 23 de abril, D¨ªa del Libro", opina Ma?as.

Sin embargo, la Generalitat afirma que hay un plan. Silvia Caballer, directora general del Libro, rebate la acusaci¨®n de desinter¨¦s que se hace a la Administraci¨®n auton¨®mica con las actividades que ha emprendido la Biblioteca Valenciana, en la que cada jueves hay un encuentro con escritores para m¨¢s de 300 escolares, y con las ayudas a la lectura a las que pueden acceder todos los Ayuntamientos de la Comunidad Valenciana.Las asociaciones relacionadas con el sector del libro ligan las malas cifras sobre los h¨¢bitos de lectura al hecho de que la Comunidad Valenciana fuera la ¨²nica que no firm¨® el convenio de colaboraci¨®n para la aportaci¨®n y distribuci¨®n de cr¨¦dito destinado a la adquisici¨®n de fondos bibliogr¨¢ficos para la mejora de las bibliotecas p¨²blicas en 2007. Eso supuso la p¨¦rdida de casi cuatro millones de euros para dotar de libros a las bibliotecas valencianas, 2.222.071 que deb¨ªa aportar la Generalitat y no lo hizo por falta de presupuesto y una cantidad similar que correspond¨ªa al Estado pero que volvi¨® a las arcas p¨²blicas porque el Gobierno valenciano no cumpli¨® su parte del convenio. Siete asociaciones de bibliotecarios, libreros, escritores y editores firmaron ayer un manifiesto en el que piden a las administraciones p¨²blicas "que habiliten todos los recursos econ¨®micos y administrativos" para que dicha actuaci¨®n no se vuelva a repetir. Si en 2008 el convenio tampoco se ejecutara, los valencianos perder¨ªan 7.268.142 euros o, lo que es lo mismo, 572.295 libros.

Pero no todo el mundo relaciona ambos hechos. El profesor de la Universitat de Val¨¨ncia Pau Rausell reconoce que la dotaci¨®n de libros en las bibliotecas valencianas est¨¢ por debajo de la media nacional (1,20 ejemplares por habitante frente a 1,24 en toda Espa?a), pero cree que la incidencia de las bibliotecas sobre los h¨¢bitos de lectura es irrelevante. Y aporta un dato: "Solo el 2,9 % de los valencianos lee en bibliotecas". Rausell alude a cuestiones "demogr¨¢ficas y de nivel de formaci¨®n" como las principales causas de las variaciones en el n¨²mero de lectores y rechaza el hecho de que las pol¨ªticas activas de animaci¨®n a la lectura tengan incidencia en encuestas como la del bar¨®metro publicado el jueves.

En lo que todos coinciden es en que la principal actividad que ha de emprender un plan de promoci¨®n de la lectura es hacer del libro un instrumento de ocio agradable para el ciudadano. En que se convierta en una verdadera competencia para otras ofertas de ocio. "Reconocemos que es muy dif¨ªcil luchar contra otros medios de difusi¨®n cultural, como el cine, la televisi¨®n o internet, pero sabemos que los pa¨ªses con bibliotecas bien dotadas funcionan mucho mejor", se?ala Francesc Rodrigo, presidente de la Associaci¨® de Bibliotecaris Valencians. Rosa Serrano acota los ¨¢mbitos de formaci¨®n del lector al afirmar que "los h¨¢bitos de lectura se generan en la familia y la escuela y es all¨ª donde el libro ha de ser algo amable y no una obligaci¨®n". Pau Rausell discrepa de esa apreciaci¨®n: "Los ni?os leen mucho, los adolescentes no leen nada y la edad cr¨ªtica est¨¢ en los veintipocos, cuando unos retoman la costumbre de leer y otros no".

Transformar a esos j¨®venes en lectores corresponde, seg¨²n el escritor Ferran Torrent, a las administraciones p¨²blicas. Al menos en la Comunidad Valenciana. "En lugares en los que hay grandes empresas editoras, es la iniciativa privada la que ha de incentivar la lectura, como sucede en Madrid o Barcelona, donde hay grandes grupos editoriales que tienen a su disposici¨®n medios de comunicaci¨®n para publicitar sus productos", indica el escritor de Sedav¨ª. "Pero en un pa¨ªs como el nuestro, en el que no existen ese tipo de empresas, ese hueco lo ha de llenar la Administraci¨®n, y aqu¨ª no hay sensibilidad por este tema; nunca he o¨ªdo hablar al presidente Camps de libros", concluye.