El 'disc-jockey' que odia la droga

En el mundo de la m¨²sica electr¨®nica, cuando la gente habla de Dave Clarke -llamado "la bestia del tecno"- lo hace con respeto y solemnidad. Puede gustar o no su estilo feroz y matem¨¢tico, lleno de golpes demenciales de sonido, pero transmite elegancia y vanguardia en su atronadora sinfon¨ªa, y siempre muestra su voluntad a prueba de bombas de no ceder a nada. Ni a las modas, ni a la suavidad, ni a ninguna cosa que lo aparte de un discurso musical seco, preciso, abstracto, aplastante y enfebrecido hasta la extenuaci¨®n. Esta noche llega al club Barraca de Sueca despu¨¦s de editar el ¨²ltimo cd-mix de la serie I love techno y de haber publicado un disco doble con sus mejores remezclas y rarezas musicales. Moby, Depeche Mode, The Chemical Brothers, Leftfield, Fischerspooner o leyendas como New Order han confiado en ¨¦l para que sus canciones se convirtieran en otra cosa, m¨¢s cercana al abismo y al v¨¦rtigo. Clarke tiene fama de hombre serio y, adem¨¢s, de ser un militante extremo contra las drogas. Nada de sustancias para ¨¦l, nada de tonter¨ªas cerca de ¨¦l. Alzar esta bandera en los tiempos de hoy puede resultar raro en alguien que trabaja de madrugada en espacios de juerga, pero ¨¦l ha llegado a decir que la gente que se droga no forma parte de su p¨²blico. Parece que piensa igual -o peor- de los disc-jockeys que lo hacen. En Madrid cuentan que ha llamado la atenci¨®n a promotores y due?os de club cuando se ha percatado de que el estado del p¨²blico era especialmente lamentable. ?l prefiere los puros y el vino, como otras disc-jockeys potentes -la italo-canadiense Mistress Barbara, por ejemplo- prefieren solo el champ¨¢n franc¨¦s. En este sentido, Clarke ser¨ªa lo contrario a algunos disc-jockeys muy famosos y populares que tambi¨¦n han pasado por Barraca.