Dos miradas a la creaci¨®n art¨ªstica

N¨¦stor Basterretxea (Bermeo, 1924) y Carmelo Ortiz de Elgea (Aretxabaleta, 1944) fueron protagonistas de la vanguardia art¨ªstica vasca de los a?os sesenta de la mano de los grupos Gaur y Orain, respectivamente. Pero, m¨¢s all¨¢ de esta coincidencia, los dos creadores han seguido caminos expresivos muy diferentes. El primero no se conforma con un lenguaje y transita por m¨²ltiples disciplinas El segundo, en cambio, se mantiene fiel a la pintura, aunque intentando hacer de ella un territorio siempre nuevo. La sala Kubo de San Sebasti¨¢n les re¨²ne ahora en la exposici¨®n En el curso del tiempo, que repasa sus vidas y sus trayectorias profesionales a trav¨¦s de 93 obras y de sendos documentales realizados para esta muestra.

El creador vizca¨ªno transita por m¨²ltiples disciplinas

El artista alav¨¦s se mantiene fiel a la pintura desde sus inicios

"Carmelo y yo estamos en polos opuestos. ?l es un pintor de raza tremendo. Vuelve a la naturaleza, la deshace y la atomiza para volver a recrear su propia naturaleza. Yo hago lo contrario. Estoy en la base, me gusta lo radical, lo que inicia. Somos como un ¨¢rbol. Yo estoy en las ra¨ªces y en el tronco. Y ¨¦l est¨¢ en el tronco y en las ramas", resume Basterretxea. Y Ortiz de Elgea rubrica sus palabras.

Esa "bipolaridad" es precisamente la que hace "m¨¢s interesante" esta muestra conjunta, sostiene el artista vizca¨ªno en una especie de invitaci¨®n a visitar En el curso del tiempo, que permanecer¨¢ abierta hasta el pr¨®ximo 13 de abril.

La larga y variada traves¨ªa creativa de Basterretxea se resume en la exposici¨®n en 55 obras: 24 esculturas, 17 pinturas, cuatro obras gr¨¢ficas, seis proyectos arquitect¨®nicos y de obra p¨²blica, y cuatro proyecciones de cine. "Pr¨¢cticamente ninguna disciplina ha escapado a su desbordante curiosidad", subraya la directora de la sala Kubo, Mar¨ªa Victoria Arcaya.

Entre las piezas expuestas est¨¢n ocho de las 18 esculturas de madera que componen su serie Cosmog¨®nica vasca. Con este trabajo, realizado entre 1972 y 1975, el polifac¨¦tico autor quiso "interpretar desde la modernidad la mitolog¨ªa vasca y darle categor¨ªa de arte". Quiso "traducir a im¨¢genes tangibles la palabra", explica ¨¦l mismo, tras confesar que se sinti¨® "desconcertado" al comprobar "la riqueza del euskera" y, al mimo tiempo, "la pobreza de las im¨¢genes" de ese imaginario ancestral.

"Fue la primera tentativa de la vanguardia" art¨ªstica de Euskadi "de renovar el imaginario cultural vasco", sostiene el comisario de la exposici¨®n, Fernando Golvano.

Frente a este "poli¨¦drico" artista est¨¢ Ortiz de Elgea, quien ha mantenido a lo largo de toda su carrera "una permanente fidelidad" a la pintura, que la muestra recorre en 38 cuadros, siete de ellos autorretratos, apunta el comisario.

Y es que el artista alav¨¦s ha demostrado "un inter¨¦s constante" por dos ¨¢mbitos de la pintura: el paisaje y el autorretrato, siempre con un especial y potente tratamiento del color.

Para Ortiz de Elgea, el paisaje es "una fuente inagotable de recursos creativos", resalta Golvano. Porque no se dedica a reproducir fielmente aquello que ve, sino que da forma a una recreaci¨®n en la que "se movilizan diferenes pulsiones, sentimientos, experiencias, memorias..."

En cuanto a los autorretratos, quiz¨¢ sea uno de los creadores vascos que "m¨¢s inter¨¦s y perseverancia ha mostrado" en esta expresi¨®n art¨ªstica. Una expresi¨®n que, seg¨²n el comisario de la muestra, permite fijar una imagen plagada tambi¨¦n de diferentes "experiencias, memorias y climas ps¨ªquicos y culturales".

El escultor Jorge Oteiza (Orio, 1908-San Sebasti¨¢n, 2003) resumi¨® la pintura de Ortiz de Elgea como "pintura-tierra-materia-acci¨®n-retrato". Golvano a?ade a esta definici¨®n que cada uno de sus cuadros "puede ser no ya una ventana que recrea un mundo, sino una multiplicidad de ventanas".