?Se imaginan?

?Se imaginan a un ministro, un consejero de cualquier autonom¨ªa, un diputado, un juez famoso, un periodista de renombre, un banquero, un presidente de una gran empresa o un futbolista m¨¢s o menos gal¨¢ctico en una lista de espera de semanas o meses para una prueba diagn¨®stica o una intervenci¨®n quir¨²rgica? ?A que no? ?Y no tienen ustedes la impresi¨®n de que los problemas de falta de financiaci¨®n y recursos, humanos y materiales, para atender los crecientes retos de la sanidad, pero tambi¨¦n de la educaci¨®n y de tantos otros servicios p¨²blicos, se ver¨ªan enfrentados con mucha mayor decisi¨®n si todos ellos, y sus familias, no tuvieran m¨¢s remedio que ser usuarios de esos servicios, si tuvieran la experiencia personal y habitual, por ejemplo, de tener que esperar en servicios de urgencias durante horas, como le ocurre a tanta gente en este pa¨ªs? ?Cu¨¢l es el grado de compromiso con lo p¨²blico de quien se encarga de gestionarlo pero tiene cubierta la espalda con chaleco privado.