Ser palabra, lenguaje y persona
El fil¨®sofo Emilio Lled¨® defiende la educaci¨®n como base del hombre
"Si no somos palabra, si por dentro de nosotros no tenemos ese runr¨²n personal, ese di¨¢logo personal con nosotros mismos, no vemos nada. Hay que ser palabra; hay que ser lenguaje; hay que ser persona". Las palabras del fil¨®sofo Emilio Lled¨® resonaron ayer por la tarde ante centenares de estudiantes reunidos en la Escuela T¨¦cnica Superior de Ingenieros de Sevilla. Lled¨® ofreci¨® una conferencia bajo la r¨²brica de Respondiendo a qu¨¦ cabe esperar. Su conferencia form¨® parte del encuentro Factor humano II. ?Qu¨¦ cabe esperar?, organizado por la Universidad de Sevilla. Los escritores Ana Mar¨ªa Matute y Arturo P¨¦rez-Reverte precedieron ayer a Lled¨® en el encuentro con los j¨®venes.
Lled¨® hizo una defensa apasionada de la palabra y la educaci¨®n como bases fundamentales del ser humano. El fil¨®sofo sevillano se remont¨® a la Grecia antigua al hablar de la esencialidad de la vinculaci¨®n del hombre y la palabra. "En la espiraci¨®n sale de su boca un aire que tiene sentido, una palabra que dice, que se refiere al mundo, que puede comunicarse con los otros, amar a trav¨¦s del lenguaje", explic¨® Lled¨®.
"Mientras hay esperanza de no ser manipulado y de ser libre, hay vida"
"A pesar de las tecnolog¨ªas, a pesar del desarrollo enorme de nuestra civilizaci¨®n con contradicciones feroces, veo en el peri¨®dico la violencia y la bestialidad (...) Me cuesta trabajo volver a la serenidad, a la tranquilidad, a la teor¨ªa de los fil¨®sofos que so?aron algo donde estas actitudes negativas no fueran posibles. A pesar de la infelicidad que nos rodea, no debemos renunciar a la lucha del ser humano que habla, que ama y que cree en la solidaridad y en la justicia (...) No podemos dejar de poner el o¨ªdo a esa m¨²sica, porque el d¨ªa que no la oigamos no merecer¨¢ la pena vivir", dijo Lled¨®, que es autor de obras como Filosof¨ªa y lenguaje (1970) y Memoria de la ¨¦tica (1994), entre otras. El fil¨®sofo sevillano es miembro de la Real Academia Espa?ola.
Lled¨® reflexion¨® sobre la esperanza y la vida y las conect¨® con la palabra. "Quisiera lanzar una tesis que no tendr¨¦ tiempo a desarrollar y que estar¨¢ un poco en las bambalinas de nuestra reuni¨®n. Hay un dicho que dice que 'mientras hay vida hay esperanza'. Y pensaba qu¨¦ es esto de esperanza. Y se me ocurri¨® que quiz¨¢s hay que invertir los t¨¦rminos y decir: 'mientras hay esperanza hay vida', mientras seamos animales que hablan en libertad", se?al¨®.
Lled¨® puntualiz¨® que no le preocupa "tanto la libertad de expresi¨®n cuanto el poder pensar". "Mientras hay esperanza de entender, de no ser manipulado y de ser libre, hay vida", recalc¨® el fil¨®sofo. Porque, a su juicio, si no existe esa esperanza, "no merece la pena vivir".
El fil¨®sofo acudi¨® a Kant y tras desgranar algunas de sus m¨¢ximas fundamentales, afirm¨®: "Lo que tenemos que hacer es conocernos a nosotros mismos". "El tema central del pasaje kantiano es pensarse a s¨ª mismo y, en todo momento, ser consecuente con lo que dices, piensas y crees", afirm¨® Lled¨®. Su defensa de la palabra y el lenguaje fue tajante. "Nuestra identidad no se reconoce en el hecho de haber nacido en una lengua materna. De lo que s¨ª somos responsables es de la lengua matriz, de la lengua que yo he creado, de la lengua por la que se me distingue. La lengua matriz, la lengua que somos, es la huella dactilar de nuestro ser. Lengua matriz, lengua creadora, lengua m¨ªa", asever¨®.
El fil¨®sofo resalt¨® c¨®mo las palabras, esa lengua matriz forjada a trav¨¦s de la educaci¨®n y el esfuerzo intelectual, permiten al ser humano acceder a los grandes escritores. "?Qu¨¦ maravilla que podamos dialogar con Plat¨®n, Lope de Vega, Gald¨®s o con quien queramos de los autores modernos y antiguos! ?Qu¨¦ explosi¨®n de libertad, de lenguas matrices, de visiones del mundo!", coment¨®.
Lled¨® hizo hincapi¨¦ en el poder de la educaci¨®n como camino de crecimiento personal. "Sin la educaci¨®n, sin la lucha por unos determinados ideales, no es posible salir de esa violencia originaria de nuestros instintos. Aunque buscamos el equilibrio, el conocimiento y la verdad, lo que hay en nosotros es una mezcla de pasiones, deseos, gozos, alegr¨ªas y temores. La lucha por esa educaci¨®n es un resultado de compaginar esas pasiones, deseos, gozos, alegr¨ªas y temores". resumi¨® el autor de Memoria de la ¨¦tica.
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