Una pesadilla pirot¨¦cnica
Afectados por una explosi¨®n en Catarroja en 1999 a¨²n esperan indemnizaci¨®n
![Sara Velert](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0b00784d-04cf-4844-ab6f-1b50aca7d9ff.jpg?auth=9953da7913a229b5cad22810de7a88cc447228852293dd819dbd7903c1a74291&width=100&height=100&smart=true)
Salvador Garc¨ªa despert¨® con la cara ensangrentada y entre escombros. Su mujer, Matilde Cuallad¨®, con seis costillas rotas. Su casa acababa de saltar por los aires al explotar junto a ella un carro lleno de material pirot¨¦cnico que paseaba un grupo de j¨®venes durante una despert¨¤ de las fiestas del Cristo en Catarroja. Una chispa encendi¨® las carcasas y desat¨® el horror: un joven de 17 a?os fallecido, una decena de heridos, al menos seis casas en ruina y varias decenas con da?os importantes, coches destrozados... Ocurri¨® el 19 de septiembre de 1999. Casi ocho a?os despu¨¦s, los afectados a¨²n no han cobrado la indemnizaci¨®n por aquel desastre.
"?Lo aclararemos alg¨²n d¨ªa, hijo?' Es la pregunta que sol¨ªa hacerme mi padre. Se muri¨® en 2006 sin indemnizaci¨®n". Lo cuenta Salvador Garc¨ªa Cuallad¨®, de 52 a?os, sentado junto a su familia, su madre, de 80 a?os, y otros afectados de la calle de Col¨®n de Catarroja en una salita de la casa que reconstruyeron tras la explosi¨®n. El proceso judicial se eterniza, sigue abierto.
A una larga instrucci¨®n del suceso sigui¨® un juicio en 2004 que absolvi¨® a los 11 acusados, entre ellos integrantes de la Cofrad¨ªa de Clavarios del Cristo de la Piedad, un ex trabajador de la Pirotecnia Arnal -que hab¨ªa vendido los petardos-, un representante de la empresa y dos polic¨ªas locales. Un a?o despu¨¦s, la Audiencia de Valencia dio la vuelta al caso y conden¨® a la persona encargada de disparar las carcasas en las fiestas por una falta leve de imprudencia con resultado de muerte. La pirotecnia fue declarada responsable civil subsidiaria, y su aseguradora deb¨ªa hacer frente a las indemnizaciones. La ejecuci¨®n de ese fallo se ha complicado con varios recursos, explican fuentes del despacho de abogados que defiende los intereses de 25 afectados, entre ellos la familia de Salvador. La Audiencia tiene pendiente un ?¨²ltimo? recurso sobre la indemnizaci¨®n, que las v¨ªctimas ven demasiado baja.
El caso es que siguen sin cobrar, y temen no hacerlo nunca, entre otras razones porque la aseguradora de la pirotecnia ha quebrado y consideran dif¨ªcil que la empresa pueda hacer frente al pago. La comisi¨®n administrativa que liquida la aseguradora debe reconocer la deuda de la sentencia, pero los vecinos no se f¨ªan. La pirotecnia estaba cubierta por unos 600.000 euros; los da?os materiales, f¨ªsicos y morales calculados por los abogados alcanzan el doble. "Esto est¨¢ en punto muerto. Nos sentimos impotentes al ver que esto no se aclara", protesta Jos¨¦ Luis Estell¨¦s, de 54 a?os, mientras muestra las fotograf¨ªas de los destrozos en el horno que regenta y en su casa. Se emociona cuando evoca aquella ma?ana. "Es que mi hijo se salv¨® de milagro", recuerda.
Ante la falta de respuesta institucional y judicial, los afectados se han movilizado para que no se olvide su situaci¨®n. Los que perdieron sus casas suscribieron pr¨¦stamos para reconstruirlas -lo desembolsado por los seguros del hogar no llegaba-. Los bancos aceptaron un largo periodo de carencia para su devoluci¨®n y el Ayuntamiento ha adelantado el pago de los intereses a la espera de que los afectados los devuelvan cuando cobren. Pero el tiempo se acaba, y algunos temen tener que devolver los cr¨¦ditos sin haber visto la indemnizaci¨®n. "La gente cree que nos han pagado la casa. No es as¨ª", resalta Isabel Ram¨®n, de 42 a?os, colgada de un pr¨¦stamo para recuperar su casa. Tambi¨¦n se le echan encima los plazos a Mar¨ªa del Carmen Mart¨ª, cuyo suegro sali¨® de una casa con las ventanas arrancadas de cuajo y falleci¨® antes de regresar. "A partir de la explosi¨®n ya no estuvo bien", explica. Tampoco el padre de Sonia Ram¨®n, de 38 a?os, lleg¨® a ver su nueva casa; muri¨® cuando "estaban a punto de entregarla".
"Alguien tendr¨¢ que responder por esto", enfatizan los afectados, que recuerdan las promesas de los pol¨ªticos de que todo se arreglar¨ªa. De la justicia esperan poco y varios de ellos exigen al Ayuntamiento que reaccione. Autoriz¨® los festejos y en su opini¨®n es el responsable "social" de una explosi¨®n cuya onda expansiva no acaba.
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