Ni?os y ni?as separados contra el fracaso escolar
La educaci¨®n distinta por sexos reaparece ante supuestas diferencias cognitivas entre los dos
Colegios para ni?os y para ni?as. Separados por clases o seg¨²n las materias. En todo el recorrido educativo o s¨®lo en algunos tramos. La educaci¨®n diferenciada, o single-sex education, se abre paso como una alternativa al modelo est¨¢ndar de coeducaci¨®n, o educaci¨®n mixta.
El Senado de Berl¨ªn respald¨® en 1999 la discriminaci¨®n positiva a las chicas
En Espa?a 150 colegios privados y concertados ofrecen educaci¨®n por sexos
La ley establece la coeducaci¨®n como objetivo para fomentar igualdad
Ni?os y ni?as aprenden lo mismo por distintas v¨ªas, seg¨²n los cient¨ªficos
Las matem¨¢ticas son dominio de los chicos; el lenguaje, de las chicas
"Si luego van a trabajar juntos, ?por qu¨¦ aprender por separado?"
En Berl¨ªn, la iniciativa est¨¢ implantada en centros p¨²blicos. En Washington DC, 20 escuelas 'fallidas' por fracaso y violencia escolares se plantean reabrir sus puertas a un solo sexo. Suecia, Canad¨¢, Australia y numerosos pa¨ªses latinoamericanos conocen la experiencia en la escuela p¨²blica. En Espa?a, mientras, 150 colegios ofrecen ense?anza por sexos, pero s¨®lo en centros privados o concertados. La mayor¨ªa de ellos est¨¢n adscritos a congregaciones o movimientos religiosos, algo que no sucede en el extranjero.
?Vuelta a la escuela del cat¨®n, el florido pensil y el crucifijo? ?O intento de superar, de otra forma, los males intr¨ªnsecos del sistema, ese fracaso escolar que recuerda a?o tras a?o el Informe PISA? Los defensores del modelo colocan en primer plano el argumento de las diferencias cognitivas entre hombres y mujeres, que se manifiestan en el proceso de aprendizaje y se sustancian a la postre en porcentajes de fracaso escolar que var¨ªan por materias y por sexos. Sus detractores lamentan la exclusi¨®n y atisban un retroceso incompatible con la creciente diversidad de la sociedad. Si hay escuelas para ni?os y para ni?as, ?por qu¨¦ no para inmigrantes, o para hijos de familias monoparentales, o para sordos?, plantean estos ¨²ltimos.
El Senado de Berl¨ªn, a iniciativa de los socialistas, recomend¨® en 1999 la separaci¨®n de chicos y chicas en un intento de discriminar positivamente a ¨¦stas para que "perdieran el miedo a las materias cient¨ªficas", reza el informe de la entonces ministra de Educaci¨®n socialista, Ingrid Stahmer. La iniciativa ech¨® a andar en 158 colegios p¨²blicos, que optaron por la separaci¨®n en las clases de materias t¨¦cnicas y cient¨ªficas, ante la evidencia de que, a la hora de elegir entre ciencias y letras, "s¨®lo un 15% de las chicas escog¨ªa matem¨¢ticas, frente a un 33% de los chicos". La propuesta se basa, seg¨²n el informe de la ministra Stahmer, en los diversos intereses de ambos sexos seg¨²n las materias, y "en sus diferentes modos de acceder a los contenidos y las metas" de esas asignaturas. El objetivo confeso de la propuesta no es otro que evitar que las mujeres queden relegadas acad¨¦micamente o limitadas en la elecci¨®n de su carrera profesional. Es decir, discriminaci¨®n positiva.
En Espa?a, sin embargo, la oferta no responde a ninguna iniciativa semejante, s¨®lo a un modo de ense?ar, y de aprender, que se consideraba extinto: el de la escuela en blanco y negro. Una de las principales defensoras del modelo diferenciado, Mar¨ªa Calvo, que ha escrito varios libros sobre la materia, niega cualquier parecido con el pasado reciente. "No proponemos volver a la escuela de los a?os cuarenta. La gente inmediatamente piensa en el franquismo y te llama retr¨®grado, pero el modelo de educaci¨®n diferenciada consiste s¨®lo en atender a las diferencias cognitivas dando un empuj¨®n a ni?os y a ni?as en las materias en que flaquean", afirma Calvo. Las matem¨¢ticas como dominio masculino y la comprensi¨®n lectora como el femenino son los dos campos en que uno y otro sexo alcanzan la mejor puntuaci¨®n, seg¨²n el Informe PISA, que eval¨²a el nivel educativo en secundaria de los pa¨ªses de la OCDE. "En razonamiento l¨®gico-matem¨¢tico los varones van muy por delante, eso explica que en Espa?a, por ejemplo, s¨®lo acceda a ingenier¨ªas t¨¦cnicas un 24% de chicas", prosigue Calvo. "La destreza y las habilidades ling¨¹¨ªsticas, una mayor fluidez verbal, corresponden m¨¢s a las ni?as". ?Determinismo fisiol¨®gico o discriminaci¨®n sexista, en el sentido m¨¢s rec¨ªproco del t¨¦rmino? "Esto es ciencia pura -replica la profesora-, yo soy la primera defensora de la igualdad. Pero para lograr la igualdad hay que tener en cuenta las diferencias, para que las diferencias no se conviertan en limitaciones".
?Qu¨¦ ofrecen los centros de educaci¨®n diferenciada? En su carta de presentaci¨®n, bajos ¨ªndices de fracaso escolar, es decir, un alto rendimiento acad¨¦mico. ?Suficiente para justificar la separaci¨®n? Unos 150 colegios ofrecen en Espa?a este tipo de ense?anza, pero resulta imposible averiguar a cu¨¢ntos alumnos porque el Ministerio de Educaci¨®n carece de datos al respecto; los registros de colegios privados y concertados dependen de cada comunidad aut¨®noma. Como cifra orientativa, cabe se?alar el caso de Fomento de Centros de Ense?anza, empresa cercana al Opus Dei que integra 34 colegios -20, concertados- y un instituto mixto de bachillerato. Los centros se reparten en 11 comunidades y atienden a una poblaci¨®n total de 22.000 alumnos. Ni?os y ni?as por separado, por supuesto. Creada en 1963, esta entidad supone "la mayor oferta de educaci¨®n diferenciada en Espa?a", recuerda Juan Curc¨®, director general. "Vivimos en una sociedad plural. La clave est¨¢ en la demanda, y esa demanda existe. Nuestro modelo de ense?anza, que atiende a los diferentes ritmos madurativos de los sexos, ha dado muy buenos resultados, as¨ª que no entiendo que se nos acuse de discriminar. Ser¨ªa discriminatorio ense?ar de manera distinta a ni?os y ni?as, o exigir menos a uno de los sexos. Pero el programa es el mismo, los profesores tambi¨¦n... Tras las acusaciones de discriminaci¨®n hay razones ideol¨®gicas, en Espa?a a¨²n est¨¢ presente el pasado reciente".
Si la educaci¨®n diferenciada mejora el rendimiento acad¨¦mico, como sostienen sus adalides, ?por qu¨¦ en Espa?a s¨®lo los colegios religiosos la ofertan? Juan Curc¨® ignora "si hay colegios de educaci¨®n diferenciada sin ideario cristiano". A juzgar por los centros consultados, la mayor¨ªa se coloca en un lado muy concreto de la Iglesia Cat¨®lica: el ultraconservador. Los colegios del Opus Dei son una muestra. O el concertado Monte Tabor, en Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid), que ofrece un sistema de educaci¨®n diferenciada mixta (s¨®lo se separan en primaria y secundaria) y pertenece al Movimiento Apost¨®lico de Schoenstatt.
Juan Antonio Perteguer, director del Monte Tabor, subraya que la educaci¨®n que imparte su colegio es "diferenciada en las aulas, no en las asignaturas ni en el programa. Adem¨¢s, los alumnos de primaria y secundaria [los separados por sexo] coinciden en el laboratorio de idiomas, en el taller de teatro o en las ¨¢reas comunes: patio, comedor, etc¨¦tera". Separados, los alumnos tienen profesorado mixto, aunque los tutores son del mismo sexo que la clase: mujeres para las ni?as, hombres para los ni?os. Teresa L¨®pez Martos, tutora de 1? (ni?as de 7 a?os), enumera las ventajas: "En el recreo muestran una tendencia natural a juntarse entre ellas, y eso, en clases separadas, se traduce en mayor homogeneidad y un ambiente m¨¢s relajado. Hay m¨¢s competitividad y rivalidad en clases mixtas". Santiago Barco, profesor de Historia y tutor de secundaria (de 12 a 17 a?os), corrobora las virtudes del sistema: "Si la clase es mixta, se concentran menos, sobre todo en este tramo. Las chicas maduran antes y los chicos se acomplejan ante su potencial". Adem¨¢s, tercia la tutora, "al colegio no se viene a ligar".
Aunque Espa?a es a¨²n la excepci¨®n a una corriente cada vez m¨¢s generalizada, dice Jos¨¦ Mar¨ªa Barnils, responsable de la Asociaci¨®n Europea de Centros de Educaci¨®n Diferenciada (EASSE, en sus siglas en ingl¨¦s), "no hay que olvidar que aqu¨ª, hasta los sesenta, todas las escuelas eran single-sex. En comparaci¨®n con los pa¨ªses de nuestro entorno, ahora vamos con retraso, no hay m¨¢s que ver las iniciativas de algunos estados alemanes, como Renania-Westfalia, que se plantean seguir el modelo de Berl¨ªn, o Estados Unidos, donde hoy hay 366 escuelas p¨²blicas single-sex, frente a la media docena escasa de 2003. Porque la coeducaci¨®n puede funcionar muy bien en algunas materias, pero en otras coadyuvar al fracaso escolar, sobre todo en secundaria y especialmente en los chicos, que pueden situarse hasta 20 puntos por debajo de las chicas en ciertas asignaturas. Y esto es pura estad¨ªstica, nada que ver con planteamientos religiosos o espurios", sentencia Barnils.
Las asignaturas en las que se centra este modelo educativo son, por un lado, las matem¨¢ticas -y por extensi¨®n las ciencias- y, por otro, la lengua. Matem¨¢ticas, comprensi¨®n lectora y ciencias son precisamente las competencias estudiadas por el Informe PISA, cuyas conclusiones no dejan lugar a dudas: en matem¨¢ticas los chicos espa?oles est¨¢n 9 puntos por encima (11, la media OCDE) de sus compa?eras. En comprensi¨®n lectora, en cambio, las adolescentes espa?olas adelantan en 35 puntos a los chicos, porcentaje similar al promedio de la OCDE.
Si esto es as¨ª, y ah¨ª est¨¢n las estad¨ªsticas para probarlo, ?a qu¨¦ se debe? "Hay diferencias biol¨®gicas, tanto neurol¨®gicas como hormonales: diferencias en los circuitos del cerebro, en neurotransmisores, en sustancias qu¨ªmicas", se?ala Ignacio Morgado, catedr¨¢tico de Psicobiolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. "Las hormonas, por ejemplo, influyen en la fluidez verbal, la rapidez perceptiva o la memoria visual. El cerebro del hombre pesa 100 gramos m¨¢s que el de la mujer, pero el de ¨¦sta tiene mayor cuerpo calloso, un paquete de millones de fibras nerviosas que comunican los dos hemisferios del cerebro".
Morgado apunta las siguientes diferencias, siempre promedias: "El hombre supera a la mujer en destreza y habilidad motoras, en orientaci¨®n, en razonamiento matem¨¢tico, entre otras aptitudes. La mujer es mejor que el hombre en movimientos fijos y precisos de manos y dedos, en c¨¢lculo y computaci¨®n matem¨¢ticas, en la percepci¨®n sensorial (salvo en visi¨®n, equiparable en ambos), en fluidez verbal y en comunicaci¨®n emocional, o expresi¨®n corporal". De todo ello, advierte Morgado, no hay que inferir que la soluci¨®n para contrapesar diferencias sea la educaci¨®n por separado; al contrario, "creo que ni?os y ni?as tienen que ir juntos a clase, la separaci¨®n radical de sexos ser¨ªa mala, y mucho mayores los inconvenientes".
Hugo Lia?o, jefe del servicio de Neurolog¨ªa del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, confirma la existencia de "diferencias cognitivas, o sexodiferencias". "Gracias a pruebas radiol¨®gicas podemos ver qu¨¦ estrategias y caminos sigue una informaci¨®n a trav¨¦s del cerebro. El hemisferio derecho es responsable de los datos visoespaciales, y tambi¨¦n de los musicales; es constructor y ge¨®metra. El izquierdo est¨¢ m¨¢s capacitado para procesar el lenguaje, los n¨²meros y la conciencia del yo. Pues bien, en las ni?as el hemisferio izquierdo funciona antes que en los hombres: a los 2 a?os suele estar activo, frente a los 5 a?os en los varones. Los ni?os tardan dos a?os m¨¢s en decidir si son diestros o zurdos. Y las ni?as tienen menos trastornos disl¨¦xicos que ellos", enumera Lia?o.
As¨ª pues, lo que distingue educativamente a chicos y chicas son "estrategias cognitivas diversas, es decir, v¨ªas y t¨¢cticas diferentes para aprender lo mismo", resume el m¨¦dico. "Los estudios por neuroimagen formal o las disecciones de autopsias han confirmado que en el cerebro del hombre hay m¨¢s neuronas, y en el de la mujer m¨¢s conexiones. De todo lo cual no podemos deducir que, por distintos, debamos optar por un modelo que atienda a las diferencias. Ser¨ªa extremadamente prudente a la hora de establecer tal corolario. Las diferencias cognitivas existen cient¨ªficamente hablando, y punto".
En el debate sobre este modelo de educaci¨®n ha lugar para plantear la pertinencia de las subvenciones que recibe del Estado la escuela concertada: cada plaza en uno de estos centros cuesta a la Administraci¨®n 1.841 euros, seg¨²n datos de 2005 de la Federaci¨®n de Religiosos de Ense?anza (FERE). ?Es de recibo sufragar una educaci¨®n separada por sexos? Seg¨²n el Supremo, s¨ª, en sentencia de 2006. Pero otros matizan. "No es legal excluir otro tipo de centros, pero la Ley Org¨¢nica de Educaci¨®n (LOE) opta claramente por la coeducaci¨®n", se?ala Alejandro Tiana, secretario general de Educaci¨®n. "La disposici¨®n adicional 25? de la LOE considera la coeducaci¨®n objeto de atenci¨®n prioritaria para fomentar la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. No ser¨ªa ilegal que hubiera otros modelos como ¨¦ste, no se descarta, pero no se plantea".
El secretario general de Educaci¨®n neutraliza el principal argumento de los defensores de la single-sex education con otro que refleja una de las principales conclusiones de PISA: "El desigual rendimiento acad¨¦mico no se debe s¨®lo a la diferencia de sexos; en los alumnos espa?oles incide m¨¢s el nivel educativo de los padres que ser hombre o mujer. Los sistemas vigentes, adem¨¢s, tienden a generar heterogeneidad; hoy no se entender¨ªa un modelo s¨®lo para inmigrantes, o para discapacitados, por ejemplo. Es m¨¢s, son mayores los beneficios de la educaci¨®n mixta que sus inconvenientes, porque los modelos m¨¢s beneficiosos son siempre los m¨¢s integradores. Y la coeducaci¨®n es un modelo educativo m¨¢s integrador", subraya Alejandro Tiana.
El psic¨®logo Guillermo Ballenato, orientador psicopedag¨®gico en la Universidad Carlos III de Madrid, recibe cada a?o nuevas hornadas de chavales en el apogeo de su curiosidad intelectual. Y no tiene la menor duda: "Medir el rendimiento acad¨¦mico es l¨®gico, pero no es el ¨²nico baremo. La educaci¨®n diferenciada va contra el sentido com¨²n, no es de recibo, y aumenta la distancia entre hombres y mujeres porque dificulta la naturalidad de las relaciones. Si van a trabajar juntos despu¨¦s, ?por qu¨¦ educarlos separadamente? Desde la psicolog¨ªa es una propuesta sin sentido, y para la sociedad ser¨ªa un retroceso impensable. Adem¨¢s, hay que darles la palabra a ellos, a los ni?os, a los j¨®venes, y a todos con los que he hablado les parece algo inconcebible". Porque puede parecer una obviedad determinar que para llegar a la igualdad haya que partir obligatoriamente de las diferencias, pero no plantear una vuelta a las diferencias desde una situaci¨®n de igualdad. ?O s¨ª?
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