Olor a p¨®lvora
La muerte es protagonista estelar. Aparece en la letra de muchos corridos y golpea en la vida real. M¨²sicos, cantantes y promotores, la mayor¨ªa del g¨¦nero conocido del narcocorrido, engrosan una larga lista de v¨ªctimas en los ¨²ltimos meses
Ante un auditorio entregado de 30.000 personas, Los Tucanes de Tijuana provocan el delirio en el estadio de b¨¦isbol de Culiac¨¢n (Sinaloa). La cifra se duplica en el concierto de Tijuana, su ciudad, con una puesta en escena que incluye luces, pantallas gigantes, tucanes y un simulacro de mortero que dispara proyectiles en momentos estelares de la actuaci¨®n. Los Tucanes son un grupo mexicano de m¨²sica norte?a, que despierta tanta pasi¨®n entre los seguidores m¨¢s j¨®venes como preocupaci¨®n entre los padres. Ninguna banda tiene un repertorio de narcocorridos m¨¢s agresivo, con letras m¨¢s incisivas y una recreaci¨®n m¨¢s fidedigna del mundo violento del tr¨¢fico de drogas y sus protagonistas. El Pap¨¢ de los Pollitos, ¨²ltimo disco de Los Tucanes, ha sido un ¨¦xito de ventas en Estados Unidos y M¨¦xico. En el videoclip de promoci¨®n, Mario Quintero y sus muchachos aparecen armados con fusiles AK-47 (llamados cuernos de chivo por los narcos) y pistolas, en una interpretaci¨®n de las haza?as de traficantes bien vestidos, rodeados de muchachas ligeras de ropa, que se desplazan en aparatosas camionetas blindadas, disparan a diestro y siniestro, y matan sin piedad a sus enemigos. R¨¢fagas y balazos acompa?an la m¨²sica del tema principal del disco, cuya letra no tiene desperdicio: "?branse que llevo lumbre / o se quitan o los quito / ya saben que yo no juego / tengo fama de maldito / por si no saben yo soy el Pap¨¢ de los Pollitos. La plaza me pertenece / mientras viva yo decido / el que se meta se muere / si no se arregla conmigo / yo no respeto niveles / menos mi cuerno de chivo".
M¨¢s de un grupo de m¨²sica norte?a se mueve en el filo de la navaja. Amenizando, por ejemplo, fiestas de narcos
"Tenemos miedo. No sabemos qui¨¦n ser¨¢ el siguiente", declara Jos¨¦ ?ngel Medina, del grupo Patrulla 81
"La violencia no es contra el medio grupero, responde a problemas personales de cada quien", dice el empresario Servando Cano
De Los Tucanes de Tijuana se han escrito historias que les sit¨²an en terreno resbaladizo, no lejos de los c¨ªrculos delictivos. La revista Proceso public¨® que este grupo empez¨® su carrera art¨ªstica a mediados de los noventa bajo la protecci¨®n de Ram¨®n Arellano F¨¦lix, jefe del cartel de Tijuana muerto en un enfrentamiento con la Polic¨ªa. En su repertorio hay corridos dedicados a grandes capos como el G¨¹ero Palma, el Chapo Guzm¨¢n o el Mayo Zambada, a quienes presentan como personas honorables.
La muerte es protagonista estelar. Aparece en la letra de muchos corridos, y golpea en la vida real. M¨²sicos, cantantes y promotores gruperos, la mayor¨ªa del g¨¦nero conocido como narcocorrido, engrosan una larga lista de v¨ªctimas de la p¨®lvora en los ¨²ltimos meses. Marcos Abdala Soto era el promotor del cantante Julio Preciado. El pasado 25 de enero, circulaba en su Ford de color negro por una calle de Mazatl¨¢n, en Sinaloa, cuando los ocupantes de una camioneta Liberty, que vest¨ªan uniformes policiales, le secuestraron pistola en mano. Exigieron un rescate de 600.000 pesos (37.975 euros), que pag¨® la familia. Con el bot¨ªn en sus manos, uno de los secuestradores asesin¨® al promotor de tres disparos en la cabeza y el pecho.
Hace dos meses, Sergio G¨®mez S¨¢nchez, vocalista y l¨ªder del grupo K-Paz de la Sierra, fue secuestrado despu¨¦s de un concierto en Morelia (Michoac¨¢n). Su cuerpo fue encontrado el 3 de diciembre al borde de una carretera, estrangulado y con huellas de tortura. En varios casos, los asesinos se ensa?aron con la v¨ªctima. El 13 de diciembre, Jos¨¦ Luis Aquino, de 33 a?os, trompetista de Los Conde, fue hallado muerto a golpes en el Estado de Oaxaca, atado de pies y manos, y con una bolsa de pl¨¢stico en la cabeza. El 1 de diciembre, Zayda Pe?a, vocalista de Los Culpables, qued¨® malherida en un hotel de Matamoros (Tamaulipas) por los disparos de un sicario. Pas¨® por el quir¨®fano y salv¨® la vida. Moment¨¢neamente. El asesino irrumpi¨® en el hospital y la remat¨® en la cama. "Tenemos miedo porque estamos superexpuestos y esta situaci¨®n podr¨ªa seguir. No sabemos qui¨¦n ser¨¢ el siguiente", declar¨® Jos¨¦ ?ngel Medina, del grupo Patrulla 81.
"La violencia no es contra el medio grupero, sino que responde a problemas personales de cada quien", opina Servando Cano, de 65 a?os, principal representante de m¨²sica grupera de M¨¦xico. "No es porque no me tocaste este corrido, o porque me caes gordo. A los narcos les gusta mucho la m¨²sica y no tratan de afectar a los int¨¦rpretes". El empresario recuerda el caso de Valent¨ªn Elizalde, cuya muerte en noviembre de 2006 conmocion¨® al mundo grupero. Varias r¨¢fagas de fusil ametrallador acabaron con la vida del cantante, su ch¨®fer y su representante en Reynosa (Tamaulipas) despu¨¦s de un concierto. En opini¨®n de Cano, a Elizalde no lo mataron porque cant¨® el corrido A mis enemigos, contra el cartel del Golfo como publicaron ciertos medios, sino por un asunto de faldas.
Servando Cano conoce como pocos el mundo de la m¨²sica norte?a, duranguense, grupera, los corridos y los narcocorridos. Comenz¨® en 1965 como representante de grupos musicales, se estren¨® con el m¨ªtico Ram¨®n Ayala, quien form¨® Los Rel¨¢mpagos del Norte. Diez a?os m¨¢s tarde se traslad¨® a Monterrey, cuna de la m¨²sica norte?a, con grupos como Los Alegres de Ter¨¢n, Los Cadetes de Linares, Lupe Tijerina, Los Gavilanes, Los Gorriones del Topo Chico, El Palomo y el Gorri¨®n, Juan Salazar, Juan Montoya, Pesado, Intocable.
A dos horas de Monterrey est¨¢ El Texano, rancho de don Servando Cano, donde las carreras de caballos y los conciertos de m¨²sica norte?a atraen a numeroso p¨²blico. En la indumentaria de los hombres predomina el estilo vaquero. Sombreros para todos los gustos, negros, blancos, altos, sucios, de terciopelo, de morsa, o ante..., botas de pieles ex¨®ticas, pantalones vaqueros... La tradici¨®n de las carreras de caballos en M¨¦xico es hist¨®rica y se remonta a las suertes tradicionales de los charros mezclados con actividades de los vaqueros. Los hombres de negro que suben al escenario son Los Alegres de Ter¨¢n, precursores de la m¨²sica grupera. Canciones de desilusi¨®n amorosa, corridos y sus cuatro instrumentos (acorde¨®n, bajo sexto, bater¨ªa y bajo el¨¦ctrico) han sido la clave de esta agrupaci¨®n. "Para nosotros, la m¨²sica tradicional es la que nos tiene aqu¨ª, y seguiremos con este mismo estilo, los temas de desilusi¨®n, amor y corridos nos han funcionado", comenta Fortino G¨®mez, integrante de Los Alegres. "Los narcocorridos y los corridos son lo mismo, son historias contadas de hechos que suceden en la vida cotidiana, es una forma antigua de llevar la noticia. Sean hechos buenos o malos, a la gente les gusta o¨ªrlas".
Servando Cano abri¨® oficina, tom¨® el Norte, continu¨® por El Baj¨ªo (Le¨®n, Zelaya, Guadalajara), Zacatecas, San Luis Potos¨ª. El gran reto era conquistar la Ciudad de M¨¦xico. Dec¨ªan que la m¨²sica norte?a no entraba en la capital, pero Cano estaba dispuesto a desmentirlo en tierra del mariachi. "Lo logr¨¦ y en 1985 hab¨ªa conquistado la Rep¨²blica mexicana", dice con orgullo. Hoy, maneja la agenda de una treintena de grupos, entre los que sobresalen Los Tigres del Norte, la banda de mayor proyecci¨®n internacional, sobre todo en Estados Unidos. Grupo clave durante los ¨²ltimos 30 a?os en el g¨¦nero del narcocorrido, Los Tigres son un tipo de combinaci¨®n mexicana de los Rolling Stones y Willie Nelson, escribe Elijah Wald en su libro Narcocorrido. Sus discos se venden por millones y sus conciertos llegan a reunir a 100.000 personas.
La m¨²sica norte?a no se puede entender sin Estados Unidos. Muchos seguidores de estos grupos viven al otro lado, las letras de los corridos hablan de los mojados
[emigrantes ilegales] y de sus problemas, y muchos grupos han triunfado m¨¢s en el vecino del norte que en M¨¦xico. Los ?ngeles es el sue?o para huir del campo o de la sierra de Sinaloa. Todo cantante que acaricia el ¨¦xito en su tierra, r¨¢pidamente se marcha hacia "el otro lado" en busca de d¨®lares y de las grandes compa?¨ªas discogr¨¢ficas. "El p¨²blico de Estados Unidos son nuestros mojaditos que cruzan la frontera", dice Servando Cano. "Viven en todos los Estados y acuden a los bailes, salvo los que viven all¨ª desde hace tiempo. ?stos se han agringado y hablan ingl¨¦s".
Los primeros corridos del siglo XIX contaban historias de h¨¦roes al margen de la ley y de tipos armados, los mismos temas de las baladas de cowboys de la frontera de Tejas y M¨¦xico. La revoluci¨®n mexicana (1910- 1920) dio un nuevo impulso al corrido que en aquellos a?os alcanz¨® la mayor popularidad. Cientos de corridos de dicha ¨¦poca siguen vivos. Pancho Villa, h¨¦roe de la revoluci¨®n, tambi¨¦n es un h¨¦roe importante de los corridos. Las letras de canciones dedicadas al l¨ªder revolucionario asesinado el 20 de julio de 1923 se cuentan por centenares. El m¨¢s famoso de los corridos villistas es La cucaracha.
?C¨®mo naci¨® el narcocorrido? "Antes no hab¨ªa distinci¨®n", explica Servando Cano. "Todo eran corridos, sobre historias que pasaban, algunas violentas, de un gatillero que mataba a otro, pero no eran historias de narcos. Los Cadetes de Linares y Ram¨®n Ayala grabaron muchos corridos de gente famosa por matar, pero no de narcos".
"A veces se escriben corridos por encargo, pero son pocos. Algunos bandidos pueden ofrecer 1.000 d¨®lares por un corrido, pero nunca a compositores buenos. Para escribir un corrido de una persona viva, el autor pide autorizaci¨®n a la familia del protagonista". En los a?os cincuenta, Los Alegres de Ter¨¢n grabaron Carga blanca, que don Servando considera el primer narcocorrido. Habla de dos mexicanos que viajaban a San Antonio con una carga de 10 kilos de coca¨ªna y que terminan mal. Luego Los Tigres del Norte aumentaron la carga a 100 kilos de polvo blanco y grabaron La banda del carro rojo, compuesto por Paulino Vargas. Y as¨ª se contaron las historias.
Rosalino Chalino S¨¢nchez fue pionero en grabar corridos de alto voltaje y es una leyenda del corrido en Sinaloa. Su hermano Armando fue asesinado a balazos en Tijuana. La fama le lleg¨® una noche de enero de 1992 en un club de Coachella (California), donde Chalino cantaba. Un desconocido se acerc¨® al estrado, sac¨® una pistola y dispar¨®. El cantante fue m¨¢s r¨¢pido y devolvi¨® el fuego inmediatamente con su arma. Cuatro meses despu¨¦s cant¨® en un sal¨®n de Culiac¨¢n (Sinaloa). A la salida del evento, el veh¨ªculo de Chalino fue interceptado por varias camionetas con hombres armados. Se identificaron como polic¨ªas. El cad¨¢ver del cantante fue encontrado junto a un canal con dos disparos en la nuca, marcas de cuerda en las mu?ecas y los ojos vendados. Su muerte es todav¨ªa hoy un misterio solapado por versiones que hablan de venganza, traici¨®n, mujeres, m¨²sica y drogas. Los imitadores de Chalino se oyen desde Mazatl¨¢n (Sinaloa) hasta Los ?ngeles. El compositor y cantante Pepe Cabrera escribi¨® este corrido: "En la glorieta Cuauht¨¦moc el camino le cerraron, varios hombres bien armados de su carro lo bajaron, y en el rancho La Presita amaneci¨® acribillado. Ha muerto Chalino S¨¢nchez, en la historia va a quedar, sus familiares y amigos, y p¨²blico en general, el ¨ªdolo sinaloense ya no volver¨¢ a cantar".
Sinaloa es el coraz¨®n del mundo de la droga en M¨¦xico y tambi¨¦n el lugar de nacimiento de Los Tigres del Norte. Desde hace d¨¦cadas, los cultivos de goma (amapola) y mota (marihuana) son la ¨²nica fuente de subsistencia de los pobladores de la sierra sinaloense. La marihuana forma parte de la cultura mexicana desde despu¨¦s de la conquista espa?ola. Tard¨® siglos en convertirse en un buen negocio, concretamente hasta los a?os sesenta por la demanda de "el otro lado", expresi¨®n utilizada para referirse a Estados Unidos. A pesar de que Sinaloa es la cuna del narcotr¨¢fico y el origen de muchos narcocorridos que cantan m¨²sicos sinaloenses, sobre todo por el ¨¦xito de Los Tigres del Norte, ning¨²n compositor ni grupo destacado vive en Sinaloa. Gran parte de los corridos se cuecen actualmente en Los ?ngeles y los grandes capos de la droga hace tiempo que no viven en estas tierras. Pero no hay duda de que Sinaloa es referencia obligada cuando se habla de narcocorridos y narcocultura. El escritor Elmer Mendoza dirige un taller literario en Culiac¨¢n, en el que, seg¨²n cuenta, el 30% de sus alumnos escribe ¨²nicamente de violencia y narcotr¨¢fico. "Es un tema subyugante, muy ¨ªntimo, que nos asalta todos los d¨ªas", comenta Mendoza. La narcocultura est¨¢ en todas partes en Sinaloa: novelas, simposios, exposiciones, estudios sociol¨®gicos.
En Estados como Durango, Sinaloa y Chihuahua -el Tri¨¢ngulo Dorado del cultivo de droga y feudo de uno de los grandes carteles mexicanos- abundan los puestos de venta de discos compactos de corridos. Junto a la carretera, en plazas y mercados pueden adquirirse las ediciones piratas m¨¢s recientes de una gran variedad de m¨²sica grupera y norte?a, desde las bandas consagradas como Los Tigres del Norte a grupos que s¨®lo conoce el vecindario.
Paulino Vargas, el maestro, opina que un buen corridista tiene que ser tambi¨¦n un reportero. "Cuando tengo que escribir un corrido sobre alguien, voy al lugar de los hechos. Veo lo que publican los medios y si me interesa la historia hago el viaje para ver sobre el terreno qu¨¦ ocurri¨® y tener una idea de lo que voy a decir", declara en el libro de Elijah Wald, Corridos y narcocorridos. Vargas est¨¢ considerado el compositor de narcocorridos m¨¢s importante, un poeta de la tierra que ha pasado m¨¢s de 30 a?os documentando el mundo del hampa mexicana.
Tras el asesinato de Sergio G¨®mez, cantante de K-Paz de la Sierra, a Servando Cano suelen preguntarle si la vida de los artistas corre peligro. "No seamos alarmistas, son cosas que pasan. El se?or ten¨ªa su problema personal, no lo pudo arreglar bien, y la gente contraria lo mat¨®. Puede pasar hasta en un baile. Nunca sabes. Pero no por eso vamos a dejar de tocar. Tenemos que tener mucho cuidado, y los grupos no pueden ir con cualquier persona".
M¨¢s de un grupo de m¨²sica norte?a se mueve en el filo de la navaja. Amenizando, por ejemplo, fiestas de narcos. "Si no quieren ir no van. ?ste es su trabajo. Nunca sabes qui¨¦n te contrata para un bautizo, una boda o un cumplea?os. Tampoco preguntas", precisa don Servando. El diario guatemalteco Prensa Libre public¨® recientemente que cantantes mexicanos como Vicente Fern¨¢ndez y Marco Antonio Sol¨ªs, y grupos como Los Tigres del Norte y K-Paz de la Sierra animan algunas fiestas privadas de narcotraficantes locales.
En el centro de la m¨²sica norte?a, Monterrey, vive el polifac¨¦tico Juli¨¢n Garza, conocido como El Viejo Paulino, autor de m¨¢s de 150 corridos, cantante e int¨¦rprete de un mont¨®n de pel¨ªculas de calidad dudosa. "Los narcocorridos surgen porque la gente humilde simpatiza con la gente que se la anda jugando y rifando, y sabe que es gente espl¨¦ndida que ayuda a la gente que no tiene, y que se enfrenta a sus enemigos y a la Polic¨ªa", explica en su casa de Cerro de la Silla.
Corridos y m¨²sica cl¨¢sica de la regi¨®n norte?a son el distintivo de la emisora de radio TKR 1480, "rancherita y regional, la m¨¢s fuerte", seg¨²n reza la publicidad. Vicente Arredondo, de 47 a?os, 28 de ellos en la radio oficial de los corridos, es locutor y programador. No hay duda de sus pasiones musicales: "El corrido, sabi¨¦ndolo cantar y tocar en sus instrumentos, es un corridazo... La m¨²sica grupera es una m¨²sica fresca, para la muchachada de 20 a?os para arriba. Los instrumentos marcan la diferencia. Los grupos de m¨²sica norte?a tocan el acorde¨®n, dos bajos, y bater¨ªa". Sentado en el locutorio, la expresi¨®n de Arredondo se transforma cuando sale el tema de las muertes de m¨²sicos gruperos. Traga saliva, balbucea y acierta a decir: "Hablar de eso nos llevar¨ªa ir muy a fondo". Sonr¨ªe. "Pues es que han circulado en diversos medios de comunicaci¨®n informaciones de que no obedecieron indicaciones de m¨¢s arriba o interpretaron canciones que no deb¨ªan". En la TKR 1480 no se programa un solo corrido donde se mencione la droga, seg¨²n afirma Arredondo. "Aqu¨ª, el narcocorrido, cero. En la radio est¨¢ prohibido en toda la Rep¨²blica mexicana". A partir de los a?os ochenta, los gobiernos de los Estados con presencia de los carteles de la droga -Nuevo Le¨®n, Sinaloa, Sonora, Chihuahua, Baja California- vetaron la difusi¨®n de narcocorridos en la radio. "No queremos dar fuerza a lo que es perjudicial para el ser humano". Cuando un oyente pide un narcocorrido, el locutor contesta cort¨¦smente: "Lo siento, mi querido, mi peque?o, mi querido saltamontes, no te puedo complacer con este corrido porque no lo tenemos en este momento".
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