Los olvidados de Yugoslavia
Un centro psiqui¨¢trico kosovar con enfermos de las distintas nacionalidades balc¨¢nicas es el ¨²nico vestigio de convivencia que queda del antiguo pa¨ªs
Lo ¨²nico que queda de Yugoslavia en un Kosovo que se independiza es un manicomio. En el centro especial de Shtime, al sur de Pristina, conviven desde hace a?os enfermos mentales de diferentes nacionalidades: 58 albaneses, 49 serbios, nueve gitanos, siete bosnios, seis h¨²ngaros de la Vojvodina y tres croatas. Son 132 n¨¢ufragos olvidados de las guerras y de la vida.
Franjo es el decano. Lleva 41 en una instituci¨®n fundada en 1948. S¨®lo recuerda que lleg¨® de ni?o durante un fr¨ªo invierno procedente de Novi Sad, donde tambi¨¦n estaba internado. Tiene 53 a?os y nunca ha estado en la calle. No tiene familia. Jam¨¢s ha recibido una visita ni una carta. Sabe que la independencia de Kosovo significa que habr¨¢ un Estado y que tendr¨¢ raci¨®n doble de cigarrillos y chocolate.
Los serbios ven los canales albaneses. Hablan los dos idiomas
"Trabajamos con las familias para que acepten en casa a sus parientes"
Es como si todos hubieran encontrado en la demencia un punto de respeto
Shtime parece una isla en medio de un territorio que todos pugnan por colocar en el centro de su Historia. En una de las salas comunes del sector de los retrasados (hay otro para los sic¨®ticos) preside un aparato de televisi¨®n que funciona seg¨²n el capricho de los cortes de luz. "Nunca discuten por los programas. Los serbios ven los canales albaneses. Despu¨¦s de tantos a?os entienden los dos idiomas. A veces son los albaneses los que reclaman escuchar lo que se dice en Belgrado", explica Habibe, una cuidadora con 25 a?os de experiencia en el centro.
Un enfermo canta de pie canciones patri¨®ticas serbias en el jard¨ªn delante de un grupo de albaneses que sestea al sur. En Mitrovica, la ciudad dividida del norte de Kosovo, ese atrevimiento le podr¨ªa costar la vida. No en Shtime. Es como si aqu¨ª todos hubieran encontrado en la demencia un punto de entendimiento y respeto.
Nenad es de Novi Pazad, la regi¨®n serbia de Sandzac. Es bosnio. No sabe nada de lo que le sucedi¨® a Yugoslavia. S¨®lo sabe que le gustan las pel¨ªculas b¨¦licas y que recuerda como si fuera ayer la guerra de 1999, cuando la polic¨ªa especial serbia ocup¨® el centro y se paseaba por ¨¦l sin ocultar sus armas. Imita el sonido de una ametralladora cogiendo una imaginaria entre los brazos. "Se fueron y nos dejaron solos", repite una y otra vez con los ojos muy abiertos. Era 12 de julio de 1999, el d¨ªa en que entraron las tropas de la OTAN.
Entonces hab¨ªa 316 pacientes en Shtime que dorm¨ªan dos por cama. Fueron albaneses como Habibe los que les alimentaron y se ocuparon de ellos hasta la llegada de la Cruz Roja noruega. Ahora, tras a?os de ayudas exteriores, el centro de enfermos mentales, el ¨²nico de Kosovo, depende del Gobierno, que les destina un mill¨®n de euros al a?o a compartir con un asilo de ancianos de Pristina.
Djuro es croata. S¨®lo sabe decir que procede de Belgrado y que nadie le visita. La cuidadora Habibe explica que es un serbocroata de Krajina que en la guerra de 1995 fue llevado a la capital de Serbia y trasladado despu¨¦s a Kosovo. El Alto Comisionado de Naciones Unidas (ACNUR) lleva a?os buscando sin ¨¦xito a la familia de Djuro y la de los otros dos croatas de Shtime.
"En cinco a?os hemos conseguido reducir los enfermos a menos de la mitad", explica el director Kujtim Xhelili. "Buscamos a las familias y trabajamos con ellas para que acepten a sus parientes en casa. Ahora hemos creado cinco casas dentro de un programa de descentralizaci¨®n". En la de Gracanica, el principal enclave serbio al sur de Mitrovica, s¨®lo hay pacientes serbios.
Se trata de la primera experiencia para acercarles a su realidad ¨¦tnica, un paso arriesgado en un momento en el que gran parte del liderazgo serbio, zarandeado por la inminente p¨¦rdida de Kosovo, parece deslizarse de nuevo hacia otro manicomio, el del nacionalismo patol¨®gico que tanto da?o hizo en la voladura de Yugoslavia, ese sue?o de millones de personas.
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