Un Aquiles con dos talones
El Betis remonta frente a un Madrid vulnerable en los laterales y que lleva dos derrotas consecutivas fuera
Aquiles ten¨ªa la debilidad del tal¨®n por el que le agarr¨® su madre cuando le sumergi¨® en la invulnerabilidad. El Madrid, que ya lleva dos derrotas consecutivas fuera, tuvo ayer por lo menos dos. Los claros son los fallos de sus laterales, pero tampoco el resto del equipo estuvo a la altura del inesperado reto que le plante¨® el Betis.
BETIS 2 - REAL MADRID 1
Betis: Ricardo; Dami¨¤, Juanito, Melli, Fernando Vega; Arzu, Rivera, Edu (Caffa, m. 87), Capi (Sobis, m. 58), Mark Gonz¨¢lez; y Pavone (Juande, m. 73). No utilizados: Casto; Odonkor, Juande, Ilic y Somoza.
Real Madrid: Casillas; Salgado, Ramos, Cannavaro, Marcelo; Gago, Guti, Baptista (Higua¨ªn, m. 58); Drenthe (Van Nistelrooy, m. 60), Robben y Ra¨²l (Balboa, m. 78). No utilizados: Dudek; Torres, Diarra y Soldado.
Goles: 0-1. M. 5. Drenthe, a pase de Robben. 1-1. M. 31. Edu, de cabeza. 2-1. M. 36. Mark Gonz¨¢lez.
?rbitro: Undiano Mallenco. Amonest¨® a Gago, Marcelo, Arzu, Baptista, Robben, Sergio Ramos, Melli y Rivera.
Unos 50.000 espectadores en el estadio Ruiz de Lopera.
Aparte de la fe b¨¦tica, no se puede olvidar el p¨¦simo trabajo de Salgado y Marcelo
El Madrid crey¨® haberse encontrado con el partido muy pronto cuando lo ¨²nico que hab¨ªa hecho era protagonizar el marcador. Tras las carreras apresuradas y voluntariosas que suelen protagonizar los anfitriones en duelos de alto voltaje, Gago se imagin¨® la carrera de Robben por la banda derecha y puso la pelota donde anticip¨® que la deseaba el holand¨¦s, que dej¨® dos defensores en evidencia antes de centrar al segundo palo, en el que Drenthe s¨®lo tuvo que empujar la pelota a la red. El sopapo fue tal que a casi todos les pareci¨® que el partido se acababa en ese minuto 5. El Madrid se mostr¨® majestuoso, colosal, hasta un punto sobrado, deleit¨¢ndose con las creaciones de Guti, las ganas de Robben y la fuerza de Drenthe y Baptista. El holand¨¦s estuvo el¨¦ctrico desde el calentamiento previo, que decidi¨® prolongar en intensidad y duraci¨®n al de sus compa?eros. Aparte del gol, Robben encabez¨® las acciones de peligro que entre Guti y ¨¦l inventaron.
El Betis parec¨ªa un pelele cualquiera. Era un pelele en manos de un equipo con un f¨²tbol inmensamente superior, pero si alguien decide acometer la tit¨¢nica tarea de analizar al Betis lo primero que tendr¨¢ que desechar es la l¨®gica. El Betis y su estadio pertenecen al mundo de lo emotivo, de lo metaf¨ªsico en su sentido m¨¢s estricto. Con lo que tiene —pr¨¢cticamente, se reduce al trabajo de hur¨®n de Pavone y la clase que le queda a Edu—, con una de las pocas jugadas que le han salido bien en la temporada a los verdiblancos, voltearon el encuentro. Primero fue Pavone, que estir¨® su posici¨®n hacia su izquierda y centr¨® para que Edu cabeceara a la red. Apenas cuatro minutos despu¨¦s, fue el brasile?o el que repiti¨® pase a la olla para que Mark Gonz¨¢lez repitiera su remate anterior. Y su gol, claro. Aparte de la fe verdiblanca, no se puede olvidar el p¨¦simo trabajo de Salgado y Marcelo en ambas jugadas. Uno est¨¢ en el declive de su larga carrera y otro en el principio de otra que tambi¨¦n se presume longeva y fruct¨ªfera, pero lo que no est¨¢n ninguno de los dos es a la altura del desempe?o de sus compa?eros. Quiz¨¢, especialmente en el caso del lateral brasile?o, tampoco demuestran la profesionalidad de ¨¦stos. El brasile?o ha sido m¨¢s eficaz en la fotogenia que en el corte o el despeje en lo que lleva en el Madrid.
Tras el revolc¨®n en el marcador, obviamente, el partido fue otro. El Madrid perdi¨® la calma, lo que se suele traducir en la p¨¦rdida tambi¨¦n de la importancia de sus jugadores de creaci¨®n, casos de Guti y Gago. Y as¨ª comenz¨® la segunda mitad. El Madrid sali¨® a achuchar, con la calidad circunscrita a la decisi¨®n de sus poseedores m¨¢s que a la pizarra. Y a punto estuvo el Betis de sacar tajada de esto tambi¨¦n. Paco Chaparro debi¨® de citarles la lista de h¨¦roes verdiblancos, cantarles arengas de guerra y hasta pedir el apoyo de alg¨²n integrante del santoral durante el descanso. Y los suyos salieron dispuestos pelear hasta el fin de su resuello.
El f¨²tbol a toque de corneta se llev¨® por delante a futbolistas como Drenthe, Baptista, Ra¨²l o Robben, al que el ¨¢rbitro le perdon¨® la segunda amarilla tras patear el pecho de Ricardo. En las filas del Betis, Edu y Mark Gonz¨¢lez se arrastraban, pero intimidaban m¨¢s incluso que Van Nistelrooy, que estrell¨® un bal¨®n en el palo. El ¨¢rbitro prolong¨® seis minutos el asunto y llegaron los calentones. Pero el resultado fue el mismo. El Betis fue m¨¢s Betis que nunca y el Madrid nunca supo leerle.
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