"Hay demasiados v¨ªnculos entre el arte y la pol¨ªtica"

El Centro de Arte Santa M¨®nica (CASM), el espacio de la Generalitat dedicado al arte contempor¨¢neo, ubicado en el envidiable final de Las Ramblas, ha sido el centro de especulaciones sobre su posible reconversi¨®n en un espacio dedicado a la difusi¨®n de la cultura catalana e incluso se ventil¨® su cierre. Estas hip¨®tesis fueron desmentidas por el consejero de Cultura de la Generalitat, Joan Manuel Tresserras, quien, sin embargo, se?al¨® la necesidad de que el espacio cambie. La programaci¨®n del CASM fue criticada por la incapacidad de conectar con la ciudadan¨ªa. Ferran Barenblit, director del CASM desde 2003, explica su proyecto y su visi¨®n de la relaci¨®n entre arte y pol¨ªtica.

Pregunta. En pocas semanas se ha producido la marcha del director del Macba a Madrid y los rumores sobre el CASM: ?La muse¨ªstica catalana atraviesa un momento delicado?

"La democracia a¨²n no esta consolidada en las instituciones culturales"

"Querr¨ªa cerrar la soberan¨ªa del centro, dejar el cargo y ponerlo a concurso"

Respuesta. S¨ª, pero hay que afrontarlo desde el optimismo. Hay que solucionar la crisis de las infraestructuras, las consecuencias de a?os de fragilidad pol¨ªtica y la p¨¦rdida de objetivos comunes. Hay demasiados v¨ªnculos entre arte y pol¨ªtica; por ello, cuanto m¨¢s confusa es la situaci¨®n pol¨ªtica, m¨¢s importante debe ser la solidez y autonom¨ªa de la instituci¨®n cultural. Lo pol¨ªtico debe tener presencia en lo cultural, pero es indispensable que los centros de arte tengan personalidad jur¨ªdica propia -asignatura pendiente tanto del Museo de Arte Reina Sof¨ªa como del CASM- para regularizar la situaci¨®n. Liderar el cambio hacia una instituci¨®n s¨®lida y aut¨®noma y hacer realidad esa vieja reivindicaci¨®n es el legado que querr¨ªa dejar al CASM.

P. ?Se acaba, pues, su paso por el CASM?

R. Todos los directores deber¨ªan tener fecha de caducidad. En Espa?a, o se van por la puerta de atr¨¢s o se quedan estancados hasta el infinito. La democracia a¨²n no est¨¢ consolidada en las instituciones culturales y, adem¨¢s, se resiente de la falta de movilidad laboral en Espa?a. Un centro de arte necesita m¨¢s recambio que un museo. Dicho esto, me ofrezco a quedarme dos a?os m¨¢s para llevar a cabo el proceso de independencia jur¨ªdica del centro y luego dejar¨¦ el cargo, que se deber¨¢ adjudicar por concurso. Los conflictos, hay que revelarlos, no neutralizarlos.

P. ?Designaci¨®n por concurso?

R. Es un sistema imprescindible, no s¨®lo para asegurar la democracia, sino tambi¨¦n para hallar el mejor candidato posible. Hay que respetar la presencia de un jurado independiente, matizar la importancia de la experiencia y centrarse m¨¢s en las propuestas. Estoy convencido de que a los concursos se debe presentar la mayor gente posible: problematiza el proceso y obliga al debate previo.

P. ?C¨®mo ve la relaci¨®n entre cultura y pol¨ªtica?

R. La cultura es un fin en s¨ª mismo, no debe ser instrumentalizada. Catalu?a es un contexto cultural muy complejo, por cuestiones identitarias, econ¨®micas... Un centro de arte es un espacio muy apetecible. En Barcelona hay una oferta muy variada, pero no existe el modelo tipo Kunsthalle alemana y es imprescindible que haya alguien que trabaje en lo contempor¨¢neo articulando lo global y lo local, un enfoque m¨¢s interesante que el de Catalu?a, Espa?a y resto del mundo.

P. ?Ha gozado de autonom¨ªa?

R. He trabajado con cuatro consejeros y hasta ahora he tenido autonom¨ªa absoluta. Hemos estado al margen: no hemos tenido gran apoyo, pero tampoco presiones.