Gallard¨®n concede una tregua y abraza a Aguirre tras una llamada de G¨¦nova
Primer acto con Rajoy y la presidenta tras la exclusi¨®n del alcalde de las listas
Tras a?os de guerra fr¨ªa, Alberto Ruiz-Gallard¨®n y Esperanza Aguirre hab¨ªan dejado atr¨¢s las medias tintas. Ambos han protagonizado un mes y tres d¨ªas de abierto combate dial¨¦ctico. Pero ayer lleg¨® la tregua, tan inesperada como todas, con un abrazo entre los dos frente a Mariano Rajoy. Como es habitual, nadie sabe tampoco cu¨¢nto durar¨¢. Aunque el hecho de que se produzca s¨®lo tres d¨ªas antes del inicio de la campa?a hace pensar que, al menos hasta las elecciones, el armisticio resistir¨¢.
Rajoy y Aguirre hab¨ªa convocado a la prensa en Pozuelo, municipio residencial de Madrid, para presentar el programa de deportes y hacerse fotos con sus famosos: Emilio Butrag¨¹e?o, Lolo S¨¢inz, Marta Dom¨ªnguez, Niurka Montalvo, Abel Ant¨®n...
En la agenda del PP s¨®lo figuraban como intervinientes Rajoy, Aguirre, Dom¨ªnguez y el alcalde de Pozuelo, Jes¨²s Sep¨²lveda. Pero entonces corri¨® el rumor. Gallard¨®n no s¨®lo iba a ir, sino que iba a hablar.
Las c¨¢maras filmaron la llegada de los tres, todos juntos como si no hubiera pasado nada en la planta s¨¦ptima de G¨¦nova, en la sala de maitines, el lugar en el que el pasado 15 de enero Aguirre se ofreci¨® a dimitir y Gallard¨®n fue excluido por Rajoy.
Como casi siempre en pol¨ªtica, todo se hab¨ªa cocinado antes. A primera hora de la ma?ana, el equipo del alcalde hab¨ªa comunicado a la direcci¨®n nacional su intenci¨®n de acudir al acto, de forma totalmente inesperada. El entorno de Rajoy comunic¨® entonces a la gente de Gallard¨®n que si iba, el alcalde ten¨ªa que hablar. Fue esa imposici¨®n, que el alcalde acept¨®, la que forz¨® la escena de reconciliaci¨®n. Aparente, no real, porque la brecha personal entre ambos es de tal calibre que todos los que les acompa?an asumen que ya es imposible de cerrar.
Gallard¨®n se subi¨® al estrado animoso. Rodeado de ni?os judokas, habl¨® de la candidatura ol¨ªmpica de Madrid 2016. "Vengo a dar las gracias a mi partido y a mi presidente porque la candidatura de Madrid cuenta con el apoyo del PP y de Rajoy".
Eran las primeras palabras amables hacia el l¨ªder que decidi¨® dejarle fuera del Congreso e impedir as¨ª que estuviera bien colocado para la sucesi¨®n en caso de derrota. Y llegaban por sorpresa, s¨®lo 24 horas despu¨¦s de ser centro de la pol¨¦mica de nuevo por compararse con Ra¨²l, el futbolista, tambi¨¦n excluido de una lista, la de la selecci¨®n nacional.
"Vamos a apoyar todos la candidatura de Mariano", continu¨® el alcalde, muy aplaudido. Y as¨ª, en medio de una tensi¨®n dif¨ªcil de disimular, Gallard¨®n se volv¨ªa a su silla. Pero una vez m¨¢s, como casi siempre, se cruz¨® en su camino Esperanza Aguirre, la siguiente oradora. Se plant¨® frente a ¨¦l y con una gran sonrisa le espet¨®: "No me has presentado". Azorado, Gallard¨®n se llev¨® las manos a la cabeza. "Uy, es verdad", se ley¨® en sus labios. Y se volvi¨® corriendo al estrado, con aspavientos de despistado.
"Tan emocionado estaba con lo de la candidatura y lo de Mariano, que he olvidado hacer algo que os puedo asegurar lo hago y con placer, presentar a mi compa?era, presidenta del partido en Madrid y presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre". Las tribunas se ca¨ªan en un atronador aplauso. Era la prueba definitiva de que el acto de la ma?ana, la inauguraci¨®n de un intercambiador al que por protocolo ten¨ªan que acudir los dos, no era un espejismo. All¨ª se dieron un beso. En Pozuelo, un largo abrazo, que casi parec¨ªa sincero entre el entusiasmo de los suyos.
Aguirre subi¨® al estrado y evit¨® cualquier loa al alcalde pero no los dobles sentidos. "El deporte ense?a a ganar sin arrogancia y a perder reconociendo el m¨¦rito del adversario. Y los valores del juego limpio, del trabajo duro y del compa?erismo".
Rajoy cerr¨® la faena con agradecimientos a Gallard¨®n y gui?os incluso a su mano derecha, Manuel Cobo. "Gracias al alcalde de Madrid por su presencia. Apoyaremos como un solo hombre a Alberto Ruiz-Gallard¨®n y a Manuel Cobo (su mano derecha), que sabe mucho del tema y que le ha dedicado muchas horas".
Ya no se volver¨¢n a cruzar los tres hasta el cierre de campa?a. Pero la direcci¨®n del PP puede respirar tranquila unos d¨ªas. El enfrentamiento entre Gallard¨®n y Aguirre, que ha ofrecido titulares casi diarios en el ¨²ltimo mes, parece destinado a permanecer en barbecho, esperando tiempos mejores o peores, los de despu¨¦s del 9 de marzo.
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