EE UU quiere una transici¨®n controlada hacia la democracia

Estados Unidos conf¨ªa en que la renuncia de Fidel Castro a algunos de los principales cargos que ostentaba en Cuba sea el comienzo de una transici¨®n hacia la democracia, que este pa¨ªs no tiene intenci¨®n de precipitar, por el miedo a un caos dentro de la isla, pero a la que tampoco est¨¢ dispuesto a renunciar en aras de la normalizaci¨®n de las relaciones.

La peor pesadilla para EE UU es la llegada a Florida de miles de refugiados

Durante su periplo por ?frica, el presidente George Bush expres¨® ayer su esperanza de que el ¨²ltimo paso dado por Castro sea, en efecto, un paso hacia "la celebraci¨®n de elecciones justas y libres". "Y quiero decir justas y libres", advirti¨®, "no el tipo de elecciones que los hermanos Castro pueden intentar para hacerlas pasar por democracia".

En Washington, el n¨²mero dos del Departamento de Estado, John Negroponte, a?adi¨® que, por el momento, no ve perspectivas del levantamiento del embargo econ¨®mico que EE UU mantiene sobre la isla desde el comienzo de la revoluci¨®n cubana.

Washington lleva ejerciendo durante a?os una pol¨ªtica invariable hacia Cuba: una combinaci¨®n de presi¨®n econ¨®mica, por medio del embargo, y de espera pasiva a que el r¨¦gimen de Castro se desmorone por s¨ª solo. Ni se pone en duda oficialmente el embargo ni se contemplan opciones m¨¢s agresivas para acelerar los cambios.

As¨ª ha sido en anteriores Administraciones dem¨®cratas y ha continuado si¨¦ndolo durante un periodo tan ambicioso en cuanto a pol¨ªtica exterior como el de la presente Administraci¨®n.

A finales del a?o pasado, en el ¨²ltimo pronunciamiento formal sobre Cuba, Bush ya descart¨® toda ilusi¨®n de que su Gobierno se aviniera con una f¨®rmula de democracia parcial en Cuba, una especie de cambio dentro del sistema o de soluci¨®n siguiendo el modelo de China. Bush dej¨® claro que s¨®lo le valdr¨ªan pasos claros en la direcci¨®n correcta, como la liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos, la legalizaci¨®n de partidos pol¨ªticos o la convocatoria de elecciones libres.

Al tiempo, varios altos funcionarios norteamericanos han hecho llegar a La Habana en los ¨²ltimos meses mensajes claros de que EE UU estar¨ªa dispuesto a un di¨¢logo con las autoridades si ¨¦stas hicieran gestos visibles de conciliaci¨®n. Ayer, Bush anim¨® tambi¨¦n a la comunidad internacional a "trabajar junto al pueblo cubano para empezar a construir las instituciones que son necesarias en una democracia".

Todas las iniciativas posibles se ven en estos momentos afectadas por las circunstancias de una intensa campa?a de con vistas a las elecciones presidenciales del pr¨®ximo mes de noviembre. Los tres candidatos a¨²n en la carrera electoral est¨¢n a favor de una transici¨®n pac¨ªfica hacia la democracia en Cuba, pero con diferentes matices. Barack Obama dijo ayer que "el futuro de Cuba debe de estar en manos del pueblo y no de un sucesor antidemocr¨¢tico". Obama pidi¨® la liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos.

El casi seguro candidato presidencial republicano, John McCain, pidi¨® presi¨®n internacional para que las autoridades de Cuba hagan los cambios que tienen que hacer y asegur¨® que la democratizaci¨®n de la isla "es ahora s¨®lo cuesti¨®n de cu¨¢ndo".

Hillary Clinton declar¨® que esta era una gran oportunidad para iniciar en Cuba el proceso tan largamente esperado y se dirigi¨® a "los nuevos l¨ªderes" de la isla para pedirles que "den los pasos que conduzcan al pa¨ªs hacia la democracia".

Es dif¨ªcil anticipar a qu¨¦ velocidad evolucionar¨¢n los acontecimientos como para saber si ser¨¢ el actual presidente o su sucesor quien tenga que decidir una nueva pol¨ªtica hacia Cuba. Aqu¨ª se prefiere un ritmo lento de evoluci¨®n.

La peor pesadilla para EE UU es un escenario de desorden en Cuba que expulse de la isla a miles de refugiados con rumbo a las costas de Florida.

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