Fidel Castro se marcha
El mandatario cubano renuncia a la presidencia y al cargo de comandante en jefe - Su salida despeja el camino del poder a su hermano Ra¨²l o a un l¨ªder m¨¢s joven
Fidel Castro se marcha a los 81 a?os. Abandona en vida y por decisi¨®n propia el ejercicio formal del poder, lo que no significa que su influencia pol¨ªtica vaya a desaparecer. Ha sido su fr¨¢gil estado de salud, que le ha impedido aparecer en p¨²blico en los ¨²ltimos 19 meses, lo que le ha llevado a anunciar lo que muchos cubanos cre¨ªan imposible, la renuncia a la presidencia de los Consejos de Estado y de Ministros y tambi¨¦n al grado simb¨®lico de comandante en jefe.
"Desconf¨ªo de las sendas f¨¢ciles; hay que prepararse para la peor variante"
Tras 49 a?os de ejercicio ininterrumpido del poder, desde el pr¨®ximo domingo ser¨¢ simplemente el compa?ero Fidel. Pero un compa?ero importante. La renuncia abre una nueva etapa pol¨ªtica en la isla, previsiblemente marcada por el inmovilismo pol¨ªtico y la apertura econ¨®mica que exigen los cubanos.
Castro, gravemente enfermo, comunic¨® su decisi¨®n en v¨ªsperas de la constituci¨®n de la Asamblea Nacional, el 24 de febrero, que elegir¨¢ a un nuevo Consejo de Estado de 31 miembros. Su renuncia abre el camino para que le sustituya Ra¨²l, su hermano menor, de 76 a?os, que ejerce de presidente en funciones desde hace 19 meses y es ministro de las Fuerzas Armadas y sucesor constitucional de Fidel.
Otra variante es que el Parlamento elija a un dirigente m¨¢s joven, como Carlos Lage, de 57 a?os, f¨®rmula que oficializar¨ªa el relevo generacional aunque Ra¨²l siguiera siendo el verdadero poder.
Fidel Castro sigue como primer secretario del Partido Comunista hasta que se celebre un nuevo congreso. El l¨ªder cubano dio a conocer su decisi¨®n en un mensaje a la naci¨®n publicado en el diario Granma y difundido por todos los medios de prensa. Admiti¨® que no est¨¢ "en condiciones f¨ªsicas" de gobernar y dijo que "traicionar¨ªa" su "conciencia" ocupando unas responsabilidades que requieren "movilidad y entrega total", algo que ya no "puede ofrecer". Las informaciones oficiales sobre su estado de salud no existen y filtraciones no hay, por lo cual se desconoce cu¨¢l es su situaci¨®n real ni m¨¦dico capaz de hacer un pron¨®stico sobre su expectativa de vida.
En su mensaje a los cubanos, Castro asegur¨® que "afortunadamente" la revoluci¨®n "cuenta todav¨ªa con cuadros de la vieja guardia, junto a otros que eran muy j¨®venes cuando se inici¨® la primera etapa de la Revoluci¨®n", que poseen "la autoridad y la experiencia para garantizar el reemplazo". Seg¨²n ¨¦l, tambi¨¦n es un valor "la generaci¨®n intermedia que aprendi¨®" con los hist¨®ricos "el complejo y casi inaccesible arte de organizar y dirigir una revoluci¨®n".
El l¨ªder comunista dice sentirse confiado en que el proceso pol¨ªtico por ¨¦l fundado en enero de 1959 est¨¢ en buenas manos, aunque advierte a sus sucesores que "el camino siempre ser¨¢ dif¨ªcil y requerir¨¢ el esfuerzo inteligente de todos". Quiz¨¢s, lo que m¨¢s sorprendi¨® ayer a sus compatriotas fue la renuncia al cargo de comandante en jefe, que todo el mundo consideraba vitalicio.
Fidel se marcha, pero no tanto. En el que quiz¨¢s sea su ¨²ltimo mensaje a la naci¨®n como comandante en jefe, se?ala peligros y da criterios a sus herederos de lo que a su juicio ser¨ªan errores: "Desconf¨ªo de las sendas aparentemente f¨¢ciles de la apolog¨¦tica, o la autoflagelaci¨®n como ant¨ªtesis. Prepararse siempre para la peor de las variantes. Ser tan prudentes en el ¨¦xito como firmes en la adversidad es un principio que no puede olvidarse", recomienda a la gallega, haciendo uso de su habitual hermetismo.
Castro asegura que no se "despide" y que seguir¨¢ escribiendo sus habituales reflexiones en Granma, pero, anuncia que estas ya no ser¨¢n firmadas m¨¢s por el "comandante en jefe" sino simplemente por "el compa?ero Fidel". "Deseo s¨®lo combatir como un soldado de las ideas", dice. Sobre futuras apariciones en p¨²blico, siempre misterioso, s¨®lo avanza: "Tal vez mi voz se escuche. Ser¨¦ cuidadoso".
Hasta el mortal m¨¢s humilde en esta isla cree que, con cargos o sin ellos, hasta el ¨²ltimo hilito de vida habr¨¢ que contar con el compa?ero Fidel. Y si la palabra m¨¢gica en Cuba ahora es cambio, su sombra e influencia planear¨¢ sobre las reformas hasta el ¨²ltimo d¨ªa.
Mensajes del comandante
- "Mi deber elemental no es aferrarme a cargos, ni mucho menos obstruir el paso a personas m¨¢s j¨®venes, sino aportar experiencias e ideas cuyo modesto valor proviene de la ¨¦poca excepcional que me toc¨® vivir".
- "Traicionar¨ªa mi conciencia ocupar una responsabilidad que requiere movilidad y entrega total que no estoy en condiciones f¨ªsicas de ofrecer. Lo explico sin dramatismo".
- "No me despido de ustedes. Deseo s¨®lo combatir como un soldado de ideas".
- "Mi deseo fue siempre cumplir el deber hasta el ¨²ltimo aliento. Es lo que puedo ofrecer".
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