Mar¨ªa, Dolors, Rosa
Adem¨¢s de condenar las agresiones hay que defender a los agredidos: de las infamias
Ayer fue Rosa D¨ªez, el d¨ªa anterior Dolors Nadal y hace una semana Mar¨ªa San Gil: tres mujeres, candidatas las tres para las legislativas de marzo; y en las tres ocasiones, en recintos universitarios. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando para que en Santiago, en Barcelona, en Madrid, unos energ¨²menos elijan como forma de hacerse notar el intento de agresi¨®n a personas que han sido invitadas a explicar su programa o exponer sus ideas ante los estudiantes?
Cuando el sectarismo se junta con la ignorancia el resultado es el esperpento. Los que trataban de impedir que Mar¨ªa San Gil expusiera sus ideas llevaban una pancarta en la que protestaban contra la "ilegalizaci¨®n de ideas". Los que en la Pompeu Fabra de Barcelona boicotearon la conferencia que iba a pronunciar Dolors Nadal gritaban "fora feixistes de la universitat", ignorando que estaban imitando a los Guerrilleros de Cristo Rey y otros grupos genuinamente fascistas que quemaban librer¨ªas y reventaban conferencias en los a?os postreros del franquismo. En fin, a Rosa D¨ªez, que lleva un cuarto de siglo bajo la amenaza de ETA, le preguntaron ayer a gritos qui¨¦nes son aqu¨ª los verdaderos "terroristas".
Un efecto de esa intimidaci¨®n es dejar de invitar a seg¨²n qui¨¦nes. Por eso, minimizar el acoso con el argumento de que sus protagonistas son pocos es una forma de desentenderse del problema. Por supuesto que son pocos, pero su pretensi¨®n de actuar en nombre de una patria o de una causa obliga a los partidos democr¨¢ticos que se identifican con esas patrias y esas causas no s¨®lo a condenar sin matices las agresiones, sino a defender a los agredidos: a decir claramente que no les consideran fascistas, ni enemigos de Catalu?a, ni neofranquistas, ni asesinos.
No puede haber democracia sin reconocimiento del adversario como dem¨®crata. Los intentos de boicotear m¨ªtines electorales del PP en las auton¨®micas catalanas de 2006, los zarandeos e insultos compartidos por el entonces ministro Bono y la entonces eurodiputada socialista Rosa D¨ªez en una manifestaci¨®n por la unidad en defensa de las v¨ªctimas de ETA, son, entre otros muchos del mismo car¨¢cter, comportamientos infames. Tambi¨¦n lo es anegar la condena reglamentaria en un mar de considerandos de los que se deduce que, en el fondo, los agredidos se lo merec¨ªan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.