"Siempre busco la revoluci¨®n"
Ma?ana, gratis al comprar EL PA?S, un libro de recetas de Ferran Adri¨¤
"Si te pasas el d¨ªa entero en el trabajo, llegas a casa y te plantas cuatro horas ante el televisor y luego duermes otras ocho, ?cu¨¢ndo hay tiempo para el di¨¢logo? No hay nada como meterse en la cocina y que mientras t¨² picas los tomates, el otro vaya pelando una cebolla". Tal vez por eso Ferran Adri¨¤ no dud¨® cuando EL PA?S le propuso acercar sus platos de alta cocina a los fogones de los no iniciados. Para este genio de los gourmets no hay nada como meterse entre cazuelas para estrechar lazos sociales. El chef propondr¨¢, sin embargo, un di¨¢logo fuera de su templo para explicar c¨®mo se lleva la alta cocina a casa.
Cuando un cocinero de la altura de Adri¨¤ dice que te invita a cenar, los jugos g¨¢stricos se unen a las papilas gustativas, la epidermis, la pituitaria y las pupilas, en un festival de los sentidos. Si te dice, adem¨¢s, que te va a llevar de tapas al Inopia Cl¨¤ssic Bar, el local que su hermano Albert (su partenaire en El Bulli) ha abierto con Joan Mart¨ªnez, en Barcelona, el cerebro se unir¨¢ a la fiesta en una progresi¨®n geom¨¦trica de felicidad. Y si despu¨¦s de 30 minutos acodado en el m¨¢rmol ("yo soy de barra") frente al que compa?eros y cr¨ªtica definen como el mejor cocinero del mundo, ¨¦ste no ha pedido ni un vaso de agua, la fiesta cobra tintes dram¨¢ticos.
"A m¨ª me gusta m¨¢s comer que cocinar", sentencia el 'gourmet'
"?Hemos abierto ya, Joan? Ponme un campari con soda, por favor. Y vosotros, ?qu¨¦ tom¨¢is?" La voz de Ferran Adri¨¤ suena m¨¢gica deshaciendo el entuerto; vade retro temores infundados, s¨®lo respeta la hora oficial de apertura del local (las siete de la tarde) antes de pedir un aperitivo. "As¨ª los chicos est¨¢n felices, ?no los ves? Trabajan a gusto, con ganas. No llevan 16 horas en pie".
El que parece llevar no 16, sino 24 horas en el tajo es el cocinero. Acaba de llegar de Perpi?¨¢n y su rostro denota cansancio, pero ¨¦l asegura estar plet¨®rico: "?Hoy he vivido una de las mejores experiencias de mi vida!" Acompa?a sus palabras con una expresi¨®n vivaz, abriendo mucho los ojos. "Hemos encontrado un sitio donde se cultivan 800 variedades de c¨ªtricos. ?800! ?Te imaginas lo que es esto? Luego dicen que esto de la cocina se va a agotar".
Lejos de extinguirse, para Adri¨¤ la cocina tendr¨¢ un papel en el futuro mucho m¨¢s importante que el de nutrirnos: "La cocina ser¨¢ la que salve esta sociedad". Lo dice con convicci¨®n el encargado de inaugurar una colecci¨®n en la que 15 de los primeros espadas de la gastronom¨ªa espa?ola, desde Mart¨ªn Berasategui a Andoni Luis Aduriz, pasando por Pedro Subijana o Quique Dacosta, ofrecen sus recetas. Dos libros ilustrados de cada chef, en cada uno de los que, junto a su biograf¨ªa y su pensamiento culinario, habr¨¢ 20 recetas. Ma?ana, gratis al comprar EL PA?S, el primer libro de Ferran Adri¨¤, y cada martes y mi¨¦rcoles un nuevo libro con el diario por 2,95 euros.
"Siempre busco la revoluci¨®n, pero s¨¦ que la uni¨®n entre la alta cocina y la gente de la calle es posible si se hace a trav¨¦s de lenguajes diferentes. Nosotros hemos usado ese lenguaje para que, sin desvirtuar la receta, ¨¦sta sea asequible", explica mientras saborea su bebida y explica la creatividad consecuencial -"si yo me bebo el campari quedan dos hielos, ?y si los hielos fueran de campari?"-.
Adri¨¤ pasar¨¢ de la alta cocina al arte, pedir¨¢ una ca?a y despu¨¦s vendr¨¢n las gambas ("reci¨¦n tra¨ªdas del puerto"), los matrimonios y divorcios de anchoa y boquer¨®n, el embutido de presa ("esto es ¨²nico, no lo encuentras en ninguna parte"), la mojama, el pescadito frito... "Es pronto para el puente a¨¦reo, ?vas a irte ya?" Calcula el tiempo y los manjares que dar¨¢ tiempo a consumir hasta que salga el ¨²ltimo vuelo. "?Te gustan las croquetas? ?Que pruebe las croquetas! ?Y la torta! Es de un pueblito de Valladolid, Pollos". Disfruta con cada tapa que sale (perfecta de color, de calor y sabor) de la cocina de Albert y Joan. "A m¨ª me gusta m¨¢s comer que cocinar".
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