Duelo final en Tejas
Obama y Clinton se juegan su carrera electoral el pr¨®ximo 4 de marzo
Los tejanos, sobra decirlo, son gente recia que no se emociona con facilidad ni te regala una sonrisa por mera formalidad. ?stas no son las refinadas urbes del Este ni se toma el t¨¦ a las cinco. ?sta es tierra de vaqueros y petroleros, de hombres y mujeres que han sudado sangre para sobrevivir en este desierto, de personas rudas pero cabales, tan temibles en el odio como confiables en el amor.
Clinton supera a Obama en Tejas en los sondeos, pero la distancia se acorta
Si esa premisa se cumple, Barack Obama tiene razones para ser optimista ante el decisivo martes 4 de marzo, porque el mitin que celebr¨® la semana pasada en la Reuni¨®n Arena de Dallas fue no s¨®lo el acontecimiento pol¨ªtico con mayor participaci¨®n que se recuerda en esta ciudad, sino el de entusiasmo m¨¢s desbordado entre los que se han visto en esta campa?a.
En el pabell¨®n deportivo se juntaron 17.000 personas, literalmente lleno hasta la bandera. Obama no dijo realmente nada distinto a lo que viene diciendo en otras ciudades. Pero ya no importa. Su poder de persuasi¨®n ha llegado a tal punto que dice "libertad" y la gente grita, dice "Kennedy" y la gente grita, dice "cambio" y la gente grita, dice "esperanza" y la gente patalea. Algunos lo compararon con un espect¨¢culo deportivo. Tiene esa pasi¨®n sencilla que sucede a las haza?as deportivas, es cierto. Otros lo comparan con un concierto de rock. La participaci¨®n juvenil, desde luego, es similar. Otros hablan de una experiencia m¨ªstica. Todas las comparaciones pueden valer. Pero lo cierto es que la gente sal¨ªa del estadio enardecida.
"Ya ten¨ªa decidido votar por ¨¦l, pero hoy me he dado cuenta de que vale mucho m¨¢s de lo que pensaba", dec¨ªa Sharon Grigsby, que trabaja en el equipo editorial del diario The Dallas Morning News. "Creo que ha defendido de forma muy solvente el porqu¨¦ su mensaje de esperanza no es ingenuo sino imprescindible para este momento".
?se es, en efecto, el asunto central de esta fase de la campa?a de Obama: rebatir las cr¨ªticas sobre su supuesta superficialidad y convertir su promesa de cambio y esperanza en un arma pol¨ªtica eficaz, que no d¨¦ s¨®lo ¨¢nimos sino tambi¨¦n votos. "Conf¨ªo en mi capacidad para dirigir esta naci¨®n. Pero sin ustedes no soy nadie, ning¨²n presidente lo es. Y ustedes est¨¢n aqu¨ª porque saben que todav¨ªa podemos hacer grandes cosas, juntos, como una naci¨®n", dijo el candidato dem¨®crata en Dallas.
Antes que ¨¦l, un dirigente local, m¨¢s prosaico, puso las cosas en el punto exacto en el que est¨¢n en la actualidad: "Un Estado m¨¢s y esto est¨¢ ganado. Ganando en Tejas, esto est¨¢ ganado".
Es una opini¨®n muy extendida. Si Obama gana en Tejas u Ohio el d¨ªa 4, es posible que esta carrera electoral concluya ese d¨ªa. En ambos Estados, Hillary Clinton est¨¢ por encima en las encuestas. Pero en Tejas esa distancia se ha ido recortando tan dr¨¢sticamente como para que el ¨²ltimo sondeo de la CNN, hace cinco d¨ªas, le diera s¨®lo dos puntos de ventaja a la senadora de Nueva York.
No va a ser f¨¢cil para Obama. En primer lugar, por la elevada presencia de electores hispanos -se calcula alrededor de un 25%-, entre los que Clinton ha tenido muy buena actuaci¨®n en otras elecciones. En California, gan¨® el 65% del voto hispano, y con ¨¦l gan¨® las primarias.
Adem¨¢s, mientras Obama era casi un desconocido aqu¨ª hasta hace poco tiempo, las ra¨ªces de Clinton en esta tierra son antiguas y profundas. Aqu¨ª le salieron los dientes en la pol¨ªtica trabajando como activista electoral en el sur de Tejas para la candidatura de Hubert Humphrey, en 1968. Y regres¨® despu¨¦s en varias ocasiones, algunas de ellas para hacer campa?a a favor de Bill Clinton.
Desde su irregular actuaci¨®n en el supermartes, Hillary Clinton ha trabajado intensamente en este Estado con propaganda televisiva y presencia f¨ªsica. En la ¨²ltima semana no ha transcurrido un solo d¨ªa sin que un Clinton no estuviera en Tejas, bien sea la candidata, su marido, el ex presidente Bill Clinton, o su hija, Chelsea, que ha participado en varios encuentros con votantes universitarios con m¨¢s voluntad que acierto.
Si los esfuerzos de Chelsea no dan resultados milagrosos, el voto de los j¨®venes es la base en la que Obama conf¨ªa para revertir las encuestas -que hace dos semanas le declaraban perdedor por 30 puntos-; esos j¨®venes que ya no se acuerdan de la campa?a de Humphrey ni de la de Clinton y que ven a Obama como el candidato de su generaci¨®n.
Se espera, como ha ocurrido en otros Estados, una participaci¨®n r¨¦cord, estimulada por la trascendencia de la elecci¨®n. Hac¨ªa muchos a?os que Tejas no ten¨ªa un papel tan relevante en la pol¨ªtica nacional. De mayor¨ªa republicana en el ¨²ltimo periodo -George Bush cumpli¨® aqu¨ª ocho a?os como gobernador antes de llegar a la Casa Blanca-, el ascenso de un candidato dem¨®crata aqu¨ª podr¨ªa ser muy importante tambi¨¦n para las presidenciales de noviembre.
Clinton tiene hasta hoy ventaja en cuanto al apoyo de l¨ªderes locales e instituciones del partido. Obama lo contrarresta con una eficaz red de agitadores en la base del electorado, el mismo instrumento que le ha dado el triunfo en otros lugares.
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