La historia de una famosa artista liliputiense gana el Alfaguara

Antonio Orlando Rodr¨ªguez, un escritor cubano residente en Miami, recibi¨® hace unos seis a?os un correo de una amiga, donde le enviaba una foto de una artista liliputiense de variedades que fue muy famosa en Nueva York y otras grandes ciudades, entre los siglos XIX y XX.

La historia de la cubana Espiridiona Cenda (1869-1939), que llev¨® el nombre art¨ªstico de Chiquita, cautiv¨® de tal modo a Rodr¨ªguez que dej¨® otra novela que estaba a punto de escribir para sumergirse en las peripecias de una mujer que apenas med¨ªa 69 cent¨ªmetros. A pesar de ello, Chiquita triunf¨® en circos y teatros de medio mundo, fue recibida por presidentes y zares y tuvo una intensa vida amorosa.

"Con la biograf¨ªa de Chiquita aprend¨ª a poner al mal tiempo, buena cara"

"Se trata", manifest¨® ayer Rodr¨ªguez en una videoconferencia desde Miami tras hacerse p¨²blico el fallo, "de una biograf¨ªa imaginaria de un personaje real. Es una novela de aventuras sobre un fondo hist¨®rico y un acercamiento a un personaje inteligente y con ganas de triunfar en la vida. Durante estos a?os me he sumergido tanto en el personaje que he amado u odiado a Chiquita, seg¨²n las temporadas. No me extra?a que algunos miembros del jurado hayan pensado que era un personaje inventado. Pero puedo asegurar que episodios que parecen inveros¨ªmiles son reales y est¨¢n documentados en libros y peri¨®dicos de la ¨¦poca". El autor galardonado se mostr¨® satisfecho por la definici¨®n que el jurado -presi-dido por Sergio Ram¨ªrez e integrado tambi¨¦n por ?ngeles Gonz¨¢lez Sinde, Jorge Volpi, Guillermo Mart¨ªnez, Ray Loriga y Juan Gonz¨¢lez- hab¨ªa hecho de Chiquita. "Es una novela a la vez elegante y llena de vida", subraya el fallo, "con una notable gracia narrativa y una imaginaci¨®n sin descanso que despliega como una inmensa partitura de ejecuci¨®n precisa, la ¨¦poca y la vida de un personaje extraordinario, la liliputiense cubana Espiridiona Cenda, bailarina y cantante de variedades de los teatros de variedades de principios del siglo XX, llamada en su vida art¨ªstica la mu?eca viviente".

Nacido en Ciego de ?vila (Cuba) en 1956, Antonio Orlando Rodr¨ªguez ha vivido exiliado desde 1991 en Costa Rica, Colombia y Estados Unidos. Aprovech¨® ayer la tribuna del premio para pedir cambios en la isla caribe?a y que las transformaciones, tras la renuncia de Fidel Castro al poder, no se limitaran a la econom¨ªa. "Me sentir¨ªa decepcionado, al igual que muchos cubanos, si los cambios no incluyeran los derechos humanos y las libertades fundamentales". El escritor confes¨® que se hab¨ªa marchado de Cuba por la necesidad de ver nuevos horizontes y ejercer derechos que son negados por el r¨¦gimen castrista.

El nuevo ganador del Alfaguara de novela se ha formado como escritor en la literatura infantil, si bien ha publicado una novela para adultos (Aprendices de brujo) y una obra de teatro (El le¨®n y la domadora), al tiempo que se ha dedicado al periodismo. Orgulloso de sus novelas para ni?os, Rodr¨ªguez declar¨® a los periodistas que le gustar¨ªa ser "el flautista de Hamel¨ªn" y cautivar a los lectores para que siguieran sus narraciones. "La literatura infantil", se?al¨®, "me ha ense?ado la necesidad de atrapar el inter¨¦s del lector y mantenerlo durante toda la obra. Mi objetivo pasa por seducir al lector y arrastrarlo a mi historia". Entre los referentes literarios que han marcado la trayectoria de este autor que escribe desde que era jovencito, Rodr¨ªguez destac¨® al cubano Virgilio Pi?era, al que calific¨® de "gran inspiraci¨®n y gu¨ªa espiritual" sin olvidar a cl¨¢sicos como Miguel de Cervantes y Fi¨®dor Dostoievski o a contempor¨¢neos como Paul Auster.

Un exultante Antonio Orlando Rodr¨ªguez, que confes¨® que el premio Alfaguara de novela abr¨ªa su literatura a una multitud hasta ahora insospechada de lectores, declar¨®, no obstante, que desde el fondo de su coraz¨®n escrib¨ªa para sus compatriotas. "En la novela Chiquita hay un tipo de gui?os que s¨®lo pueden captar los cubanos". "?Qu¨¦ le ha aportado el conocimiento de un personaje como Chiquita"?, le preguntaron ayer al autor. No dud¨® el escritor cuando respondi¨® como par¨¢bola de una forma de entender el mundo. "Aprend¨ª a poner al mal tiempo, buena cara".