Los retrasos y las quejas aumentan el segundo d¨ªa de huelga del autob¨²s
La EMT acusa a los trabajadores de "sabotajes encubiertos" en las cocheras
"?Taxi, taxi!". Los compa?eros de Rosa e Indiara no pueden esperar m¨¢s. Descartan el autob¨²s porque llegan tarde al cambio de turno en el hospital Gregorio Mara?¨®n. Ellas se quedan plantadas y con miedo a una bronca. Son las 7.50 y en las marquesinas de Cibeles abundan las caras de agobio. Es el segundo d¨ªa de la huelga de autobuses y la hora punta se nota mucho m¨¢s, dicen, que el primero del pasado viernes, se queja Mar¨ªa del Mar Escribano, que se protege del fr¨ªo arrugando el cuerpo en el banco.
Suma a la media hora que le anuncia la pantalla la otra media que lleva ya sentada. Ha salido "mucho antes" de su casa. Pero nadie le garantiza que vaya a llegar a tiempo por culpa de una protesta de trabajadores "que fastidian a todos los dem¨¢s". No quiere ni o¨ªr hablar del metro. "Se estropea cada dos por tres". Ayer por la ma?ana, las l¨ªneas del suburbano registraron un 10% m¨¢s de usuarios. Gan¨® el taxi, con un 25% m¨¢s de servicios. El sector se alegra. "Tenemos sitio para mucha m¨¢s gente, que la huelga siga todo lo que quieran", dicen en la Gremial.
La colombiana Dari Luz ha caminado a paso ligero desde la Puerta del Sol a Cibeles porque la l¨ªnea 150 no dio se?ales de vida "durante m¨¢s de 40 minutos". Se frota las manos nerviosa a las ocho de la ma?ana mientras espera un autob¨²s que le lleve al paseo de La Habana a cuidar de una ni?a que ya tendr¨ªa que haber llevado al colegio. Saca la cabeza y lanza un suspiro. Pasa un autob¨²s vac¨ªo sin n¨²mero. "?Dios m¨ªo, no llego!". Es la frase de la ma?ana, recitada por miles de trabajadores con la vista pegada al reloj.
Ayer, los retrasos superaron "las dos horas" en una quincena de l¨ªneas, seg¨²n estimaciones de la EMT. Un portavoz lo achaca a un "sabotaje encubierto" de los huelguistas, que dedicaron la ma?ana a revisar "hasta el ¨²ltimo piloto" de cada uno de los 900 veh¨ªculos dispuestos en las cocheras para cubrir las rutas de servicios m¨ªnimos. "Hemos echado para atr¨¢s los que no estaban en condiciones", alega un huelguista. Los controles habituales de un par de minutos se convierten en ex¨¢menes exhaustivos de un cuarto de hora, denuncia la EMT: ruedas, espejos, martillos, pilotos, combustible...
Las l¨ªneas m¨¢s afectadas fueron el recorrido de Somosaguas a la Ciudad Universitaria, transporte habitual de miles de estudiantes, y el servicio especial a la ciudad empresa de Telef¨®nica, en Las Tablas. La EMT denunci¨® ayer 18 incidentes "menores", como espejos retrovisores rotos o pintados, "lluvia de huevos" y tres roturas de lunas. Los retrasos se alargaron hasta las once de la ma?ana, seg¨²n la EMT, que se reuni¨® despu¨¦s con los huelguistas. No para negociar, sino para pedirles que abandonen el "exceso de celo" en los controles de los autobuses que usan cada d¨ªa 800.000 madrile?os para llegar a tiempo a sus trabajos, a sus vidas. Como Mar¨ªa Jos¨¦ Peinado, que refunfu?aba bajo un sombrero que le cubr¨ªa las cejas en la parada situada frente al Ministerio de Sanidad. "A m¨ª este a?o no me han subido ni el IPC y aqu¨ª estoy", protestaba. Los paros siguen ma?ana.
"Queremos m¨¢s 'pasta' y derechos"
"?Que qu¨¦ pedimos? M¨¢s pasta y mantener los derechos adquiridos". As¨ª, en s¨ªntesis, explica un conductor de la EMT el motivo de las protestas. El sueldo neto de un trabajador reci¨¦n contratado, seg¨²n los sindicatos, oscila entre 1.100 y 1.200 euros sin complementos. Trabajan al menos siete horas y media, que pueden ampliar de forma voluntaria y cobrando m¨¢s.
La mayor¨ªa de la plantilla son conductores -5.565 hombres y 90 mujeres de 7.700 trabajadores-. Reclaman un plus de 180 euros m¨¢s mensuales "para no perder poder adquisitivo" y un descanso de 30 minutos entre jornadas que ya tienen reconocido pero que no se aplica, seg¨²n denuncian. Piden una paga de septiembre de 500 euros, participar en los ajustes de los horarios de cada l¨ªnea y m¨¢s seguridad, entre otras medidas. La empresa calcula que todas esas reivindicaciones suponen incrementar hasta el 29% los salarios y denuncia un absentismo "insostenible" que en 2007 afect¨® al 10% de la plantilla.
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