El pa¨ªs de Bartleby
Parece como si Catalu?a se empe?ara en ejercer de Bartleby en estas elecciones: prefiere no hacerlo. La noche del debate la nostra daba Ca?adors de paraules, un simp¨¢tico buceo en nuestro acervo ling¨¹¨ªstico, como si sumergi¨¦ndonos en ese l¨ªquido amni¨®tico -del que, por otra parte, soy fan- evit¨¢ramos o¨ªr cuanto ocurre fuera de la confortable placenta. Y fuera ocurr¨ªa nada menos que dos se?ores discut¨ªan p¨²blicamente para ver qui¨¦n de los dos ser¨¢ el pr¨®ximo presidente del Gobierno espa?ol. Curioso: los profesionales de TV-3 no firman con raz¨®n las informaciones electorales, porque la distribuci¨®n de tiempos viene impuesta pol¨ªticamente, sin atender a criterios period¨ªsticos, y luego resulta que la noticia gorda les pasa por el lado y hacen como si no se enteraran. Simplemente, prefieren no hacerlo. Minimalismo.
Intrigado por la cuesti¨®n, me voy a la rueda de prensa del candidato minimalista por excelencia, Joan Herrera, en la sede de la Ag¨¨ncia Catalana de Not¨ªcies, una empresa minimalista de capital p¨²blico cuyo director, Sa¨¹l Portillo, presentador del candidato, abona la versi¨®n de que el debate no gusta en Catalu?a porque fomenta el bipartidismo, un minimalismo non grato. Bueno, a m¨ª no me gusta que maten a Benazir Butto, pero me horrorizar¨ªa que su asesinato me fuera hurtado en los informativos de una cadena p¨²blica. Preguntado Herrera sobre la cuesti¨®n, dijo que vio el debate haciendo zapping entre La Primera, la Cuatro y la Sexta y que le parec¨ªa bien que TV-3 optara por una oferta no pol¨ªtica. Un ataque tan s¨²bito de liberalismo de mercado en un candidato de izquierdas es, sin duda, un da?o colateral producido por el miedo a la polarizaci¨®n.
Pero a m¨ª me gusta igualmente este pol¨ªtico joven, con cara de pol¨ªtico joven enfadado. Se expresa bien, lo justo. Su contenci¨®n tiene en ocasiones sagaces golpes de efecto, como tomar un tren minimalista a Vic, elogio de todas las lentitudes, el d¨ªa que el AVE llegaba a Barcelona. Po¨¦tico himno al less is more. Ahora bien, el peligro es que de tan poco acabemos por dejar al pececillo sin agua y luego se nos caiga a una charca y se ahogue. Nos ocurre con frecuencia. Ahora mismo, la Biblioteca Provincial de Barcelona boquea sin aire porque el solar, tras meses de catas arqueol¨®gicas, resulta que no re¨²ne las condiciones para la edificaci¨®n, debido a un tendido subterr¨¢neo del ferrocarril. Un caso diagnosticado de bartlebismo: las administraciones, simplemente, prefieren no hacer esa biblioteca, por m¨¢s que la ley les obligue. La diferencia entre el buen escribiente de Melville y la pol¨ªtica es que mientras que aqu¨¦l formula con exactitud su deseo de quietud ("preferir¨ªa no hacerlo"), ¨¦sta lo enmascara tras argumentos de lo m¨¢s peregrinos.
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