El 'cibervoyeur' te vigila y te graba
El auge de los m¨®viles con c¨¢mara y su uso plantea problemas de privacidad - Lugares como gimnasios y piscinas los proh¨ªben - Su proliferaci¨®n crea un nuevo perfil de mir¨®n
?Hace top less en la playa? ?Discute con su pareja -o a¨²n peor, con su amante- en medio de la calle? Tenga cuidado. Puede ser captado en cualquier lugar y en cualquier situaci¨®n. En la sociedad m¨¢s vigilada de todos los tiempos todo el mundo tiene una c¨¢mara a mano. S¨®lo hace falta desenfundar el m¨®vil. El presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, lo vivi¨® el s¨¢bado. Un periodista grab¨® con un tel¨¦fono su disputa con un agricultor en una feria. En Espa?a tambi¨¦n proliferan. Hoy el 60% de los m¨®viles que se venden tiene c¨¢mara. Su auge ha hecho que est¨¦n prohibidos en algunos lugares por motivos de privacidad. Tambi¨¦n ha dado a luz a un nuevo tipo de mir¨®n, el cibervoyeur, que adem¨¢s de observar, saca im¨¢genes con el m¨®vil y las sube a la Red.
El 74% de las fotos que se hicieron en 2007 se captaron con un tel¨¦fono
Cualquiera puede filmar con el m¨®vil y aparentar que est¨¢ enviando SMS
Nadie puede usar la imagen de un ciudadano sin su permiso
El problema aparece cuando las im¨¢genes se suben a la Red
"La Red es una fuente de agresi¨®n a la privacidad" dice Artemi RAllo
Los m¨®viles se han convertido en testigos silenciosos de cualquier suceso
Fotos de las vacaciones, de una fiesta de cumplea?os, de compa?eros de trabajo... Pero tambi¨¦n de gente tomando el sol en la playa, borracheras o famosos en situaciones comprometidas. El 74% de las fotograf¨ªas que se hicieron en Espa?a en 2007 se tomaron con el m¨®vil, seg¨²n un informe de la consultora internacional GFK. Estos tel¨¦fonos desbancan ya a las c¨¢maras fotogr¨¢ficas digitales compactas. Son peque?os, manejables y cada vez m¨¢s avanzados. Muchos de ellos llevan adem¨¢s un flash tan potente como el de cualquier c¨¢mara de bolsillo. Algunos tienen adem¨¢s otra ventaja: "La posibilidad de subir al instante las fotos a la web", dice Jos¨¦ Mar¨ªa Cu¨¦llar, gerente del segmento Emergentes de Telef¨®nica.
En un mundo rodeado de objetivos surge otro problema: ?es legal que te saquen una foto?, ?y que la suban a Internet? No, no lo es... si es usted una persona de a pie. "Todo ciudadano es titular del derecho a su imagen. Nadie puede utilizarla sin su permiso. Independientemente de d¨®nde est¨¦, incluso si es un lugar p¨²blico", explica Artemi Rallo, presidente de la Agencia de Protecci¨®n de Datos. Por tanto, fotos no. Tampoco v¨ªdeos. Y mucho menos subir estas im¨¢genes a Internet. "La pr¨¢ctica de hacer fotos a la gente en la playa o en cualquier otra situaci¨®n y despu¨¦s difundirlas va contra la normativa de protecci¨®n de datos", dice Rallo. Y depende de c¨®mo sean las im¨¢genes pueden vulnerar tambi¨¦n incluso el derecho a la intimidad. Hay, sin embargo, dos excepciones: las im¨¢genes tomadas por motivos de seguridad y aquellas captadas dentro del llamado derecho a la informaci¨®n, en las que se enmarcar¨ªan im¨¢genes como las de la peque?a disputa de Sarkozy.
Pero el problema, sobre todo para los ciudadanos normales, es que la ubicuidad y la discreci¨®n de estos aparatos hacen que sea muy dif¨ªcil saber cu¨¢ndo se est¨¢ siendo filmado. "Calle Orense, hay una zona ajardinada donde se meten parejas y chavalas a orinar. Lugares con arbustos donde ocultarse". ?ste es un mensaje de un foro de Internet de voyeurs, como tantos otros que aparecen en la Red. En ellos, adem¨¢s de difundir fotos y v¨ªdeos de desnudos (robados o no) y de parejas manteniendo relaciones sexuales, se aconsejan lugares para ir a echar un ojo. Probadores de tiendas, playas o descampados. Sitios para ver sin ser visto y poder as¨ª tomar im¨¢genes. Algunas parejas, advierten los cibernautas de este foro, permiten ser observadas. Otras directamente no se percatan de ello. La mayor parte de esas im¨¢genes han sido tomadas con el m¨®vil.
No es raro. El mercado est¨¢ plagado de ellos. En 2006 Nokia, uno de los fabricantes de m¨®viles l¨ªder, vendi¨® m¨¢s de 100 millones de terminales con c¨¢mara integrada. En 2007 multiplic¨® esa venta por dos, seg¨²n sus datos. En Espa?a tambi¨¦n triunfan. De los 22 millones de tel¨¦fonos m¨®viles del parque de Movistar nueve pueden captar im¨¢genes. Y lo que vendr¨¢. El 85,2% de los espa?oles escogen un tel¨¦fono con c¨¢mara integrada, seg¨²n un estudio de la tienda The Phone House. "Casi todos los m¨®viles que ofrecemos la tienen. Excepto los llamados simplies -los terminales f¨¢ciles de utilizar- y otros tres modelos", asegura un portavoz de Vodafone.
"El problema de estos dispositivos es su discreci¨®n, cualquiera puede sacar fotos o v¨ªdeos y aparentar que est¨¢ enviando un mensaje o consultando algo", dice el soci¨®logo experto en nuevas tecnolog¨ªas Artemio Baigorri. Hace unos meses un vigilante de un centro comercial asturiano descubri¨® a un cliente sacando fotograf¨ªas con su tel¨¦fono por debajo de la falda a varias mujeres. No es un caso aislado, la Red est¨¢ plagada de im¨¢genes de este tipo.
Por ese motivo ya hay lugares en los que est¨¢ prohibido acceder con el m¨®vil. Es el caso de varios gimnasios del Reino Unido, Tokio o Madrid en los que est¨¢ restringido su uso en algunas salas para respetar la privacidad de sus clientes, en muchos casos famosos. Una imagen de uno de ellos levantando pesas o corriendo en la cinta puede cotizarse a miles de euros en algunos programas o revistas del coraz¨®n. Adem¨¢s, tomar una fotograf¨ªa de buena calidad no es demasiado dif¨ªcil. Hoy se pueden encontrar en el mercado m¨®viles con c¨¢maras que van desde los 0,3 megap¨ªxeles, los m¨¢s sencillos, a los cinco de los m¨¢s perfectos. Tambi¨¦n existen miniobjetivos que se adaptan a la lente de la c¨¢mara que incorpora el tel¨¦fono.
Pero ?es eso una infracci¨®n tambi¨¦n a la ley de protecci¨®n de datos? "Los casos con los famosos son muy complicados, ya que hacerles fotos o grabarles puede ser una infracci¨®n o no dependiendo de las circunstancias concretas en que fueron filmados y de si ¨¦stos han comercializado antes con su intimidad. En el caso de ser una persona an¨®nima, desde luego, s¨ª ser¨ªa un atentado contra su intimidad", asegura Alonso Hurtado, abogado de X-novo, despacho especializado en nuevas tecnolog¨ªas.
Tambi¨¦n algunas piscinas o vestuarios de varios pa¨ªses vetan la entrada a los tel¨¦fonos m¨®viles con c¨¢mara. En Arabia Saud¨ª estaban prohibidos hasta hace poco. En Jap¨®n, las autoridades han habilitado vagones especiales para mujeres con el objetivo de evitar que, con la saturaci¨®n del transporte, los hombres las manosearan y les sacasen fotograf¨ªas con el m¨®vil por debajo de la falda. En Espa?a, durante un tiempo, no se pod¨ªa entrar con ellos en las instalaciones de varios tribunales. "En la mayor¨ªa de los pa¨ªses est¨¢ prohibido acceder con el tel¨¦fono en las reuniones muy importantes, ya que con ¨¦l se podr¨ªan filmar o captar documentos y puede haber conflictos por temas de espionaje industrial", asegura Hurtado.
Sin embargo, el problema para el afectado muchas veces no son las im¨¢genes, sino su distribuci¨®n masiva. Hoy Internet y las redes sociales permiten compartir fotograf¨ªas y v¨ªdeos con millones de internautas. Esto unido a que la mayor¨ªa de la gente lleva el tel¨¦fono m¨®vil siempre encima hace que hayan cambiado los usos que hacemos de las im¨¢genes. "Ahora podemos hacer fotos en circunstancias en las que normalmente no las har¨ªamos. Es todo m¨¢s espont¨¢neo. Adem¨¢s, poder poner nuestras fotos en Internet y compartirlas de manera casi instant¨¢nea produce mucha satisfacci¨®n", asegura Alexis Bonte, experto en Internet y nuevas tecnolog¨ªas.
Como explica Bonte cualquiera puede compartir sus im¨¢genes en la Red. Pero esto tambi¨¦n plantea un problema. El internauta puede subir tanto sus fotograf¨ªas y v¨ªdeos como los de otra persona. Las webs no tienen ning¨²n tipo de control. Y eso supone un problema de privacidad. Una fotograf¨ªa clandestina tomada en un momento delicado puede tener sus consecuencias. Tambi¨¦n convertir a alguien como R. P., de 61 a?os, en un personaje famoso. Este madrile?o particip¨® hace varios meses en una sesi¨®n de sexo sadomasoquista en una fiesta privada. Una reuni¨®n tan selecta que hab¨ªa que presentarse con el DNI para poder entrar. A pesar de eso, semanas m¨¢s tarde, encontr¨® navegando por la Red un v¨ªdeo suyo de aquella noche. Hab¨ªa sido grabado con un discreto tel¨¦fono m¨®vil. El de R. P. no es un caso anecd¨®tico. Su situaci¨®n es m¨¢s com¨²n de lo que parece. Hace un a?o un directivo de una compa?¨ªa brit¨¢nica solicit¨® a una p¨¢gina web de v¨ªdeos que retirase unas im¨¢genes en las que aparec¨ªa en una fiesta con una monumental borrachera. Le hab¨ªan filmado y fotografiado con un m¨®vil y hab¨ªan subido esas im¨¢genes a Internet. Im¨¢genes que, seg¨²n ¨¦l, pod¨ªan perjudicar su carrera profesional.
Lo que muchos ignoran, pero ese directivo s¨ª sab¨ªa, es que cada vez m¨¢s cazadores de talentos acuden a la Red para buscar informaci¨®n sobre los candidatos. Y con las redes sociales o web no es raro que encuentren im¨¢genes de ellos. Positivas o no. "Con las redes sociales como Facebook cada vez que un amigo pone una foto tuya en la Red todos tus contactos personales y, en ciertos casos, tus conexiones profesionales se enteran y pueden ver la imagen. Y eso puede plantear situaciones comprometidas", cuenta Alexis Bonte.
Pero ?qu¨¦ se puede hacer si uno descubre una fotograf¨ªa o un v¨ªdeo suyo hecho sin autorizaci¨®n circulando por Internet? "Intentar localizar al propietario del dominio y solicitar su retirada de la web. Y, si no se consigue, denunciarlo a la polic¨ªa", explica la Asociaci¨®n de Internautas. Para Hurtado la mejor soluci¨®n, y la m¨¢s r¨¢pida, es acudir a la Agencia de Protecci¨®n de Datos. Eso hizo Jos¨¦ Mart¨ªn Rold¨¢n despu¨¦s de intentar varias veces que YouTube retirara el v¨ªdeo en el que aparec¨ªa su hijo Rom¨¢n, enfermo mental. Las im¨¢genes, en las que ¨¦ste aparec¨ªa disfrazado de indio, hab¨ªan sido grabadas con un tel¨¦fono m¨®vil.
El v¨ªdeo de Rom¨¢n fue retirado, pero es probable que sus secuelas sigan en la Red. El problema grave empieza cuando las im¨¢genes han sido enlazadas a otras webs o intercambiadas por las redes P2P. "Entonces se hace dificil¨ªsimo acabar con ellas. Internet es un frente de agresi¨®n a la privacidad prioritario", asegura el director de la Agencia de Protecci¨®n de Datos. Este organismo estudia c¨®mo reaccionar a esta difusi¨®n de las im¨¢genes. "Hemos hablado con varias webs sobre la necesidad de implantar mecanismos preventivos o filtros, pero es cierto que esto plantea muchas dificultades. Desde la delgada l¨ªnea de la censura, a la dificultad de hacerlo con herramientas tecnol¨®gicas. Cada segundo se vuelcan millones de v¨ªdeos y fotograf¨ªas en la Red", dice Artemi Rallo.
Im¨¢genes como las que aparecen en YouTube, MSN V¨ªdeo o webs m¨¢s especializadas en voyeurismo, como pillados.com. "Fotografiar o grabar con el m¨®vil est¨¢ de moda. Adem¨¢s, tener un tel¨¦fono que lo permite es ahora m¨¢s com¨²n. Desde hace un a?o recibimos muchas m¨¢s im¨¢genes que antes, sobre todo v¨ªdeos. Tambi¨¦n veo a cada vez m¨¢s gente filmando con ¨¦l en la playa o en parques", explica un responsable de esa web. Asegura, sin embargo, que el 90% del material que aparece en su p¨¢gina lo ha filmado personalmente y que controla mucho las im¨¢genes que se difunden. "Tienen que cumplir una serie de requisitos: que est¨¦n tomadas en un sitio p¨²blico, que haya gente alrededor y que est¨¦ iluminado. La mayor parte de mis fotos o v¨ªdeos son de gente que no le importa que le graben, es m¨¢s, que quieren exhibirse. A pesar de todo les tapo las caras y los tatuajes o los signos que les puedan identificar", dice.
Pero el m¨®vil no s¨®lo sirve para captar escenas de sexo o borracheras. Cada vez son m¨¢s comunes escenas de ciberbullying, el acoso escolar grabado con el tel¨¦fono y difundido despu¨¦s en Internet, o para filmar peleas o destrozos al mobiliario p¨²blico. Tambi¨¦n se convierten en espectadores silenciosos de accidentes o sucesos. "Esta ubicuidad comunicativa en la que vivimos tambi¨¦n tiene vertientes positivas. Desde que en cualquier momento podemos hacer fotos de momentos muy positivos, como que ahora hay testigos casi para cualquier cosa", dice Artemio Baigorri. Hace un par de d¨ªas la polic¨ªa difund¨ªa las im¨¢genes de varios j¨®venes que destrozaban los retrovisores de algunos coches aparcados en una calle de Valencia. Los chavales hab¨ªan filmado todo con un m¨®vil y colgado esas im¨¢genes en Internet. Quiz¨¢ no sospechaban que, gracias a ellas, podr¨ªan ser identificados.
Baigorri asegura que dentro de 10 a?os esos problemas de intimidad y privacidad se multiplicar¨¢n. "En un futuro no muy lejano no es que los m¨®viles lleven c¨¢mara, sino que en casi cualquier sitio y todo el mundo llevar¨¢ dispositivos que graben y que est¨¦n conectados al mismo tiempo a la Red. Todos nos vamos a estar viendo a todos continuamente, lo cual es otro tipo de problema", dice este soci¨®logo que asegura que la sociedad tendr¨¢ que acostumbrarse a vivir en ese mundo plagado de ojos que todo lo ven. De grandes hermanos que vigilan. "Dentro de poco viviremos esa imagen que anticipaba la pel¨ªcula Blade Runner en la que todo est¨¢ siendo registrado y visionado a trav¨¦s de miles de pantallas".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.