Sobre el terrorismo y sus v¨ªctimas
Hace ya algunos d¨ªas, con motivo del d¨¦cimo aniversario del asesinato del concejal de Sevilla Jim¨¦nez Becerril y de su esposa, contempl¨¦ en televisi¨®n una escena que me dej¨® perplejo y que me hizo meditar mucho despu¨¦s. Posiblemente algunos lectores de este art¨ªculo tambi¨¦n tuvieron la posibilidad de verla y seguro que no sin sorpresa y emoci¨®n. Al llegar Monteser¨ªn, alcalde de Sevilla, del PSOE, una se?ora madura se encar¨® con ¨¦l y a gritos le acus¨®, a ¨¦l y a su partido, de no hacer nada en el asesinato del concejal y de su esposa, y luego mencion¨®, tambi¨¦n destemplada y con malas formas, el terrible asesinato de Miguel ?ngel Blanco, responsabilizando igualmente al PSOE. El discreto silencio del alcalde evit¨® que el asunto fuera a mayores.
La locura colectiva impulsada por el PP y la Cope culpabiliza al PSOE de todo lo malo
La lucha antiterrorista de este Gobierno ha sido m¨¢s eficaz que la del PP
El incidente me pareci¨® muy significativo, y susceptible de ser elevado de an¨¦cdota a categor¨ªa. Ha sido tan terrible la campa?a del PP, de la Cope -el m¨¢s significativo de los medios de comunicaci¨®n que han hecho de altavoces de esta campa?a-, de algunos caracter¨ªsticos representantes de v¨ªctimas del terrorismo, y tambi¨¦n de algunos profesores e instituciones universitarias que han intentado presentar ese punto de vista con rigor acad¨¦mico, culpando al PSOE de todo lo malo en relaci¨®n con el terrorismo y sus v¨ªctimas, que muchas personas de buena fe lo han cre¨ªdo sin rechistar. Recuerdo que Laski siempre dec¨ªa de los conservadores ingleses que eran personas cuya mentalidad nunca hab¨ªa sido manchada por el pensamiento; sin autonom¨ªa personal a?adir¨ªa yo, al trasladar esa opini¨®n a ese sector de la derecha espa?ola, afortunadamente no toda, que se cree a pies juntillas las falacias y los sofismas de los profetas de cat¨¢strofes y los manipuladores profesionales.
Es curioso que la indignaci¨®n de aquella se?ora, su santa ira -generalizable a esos manifestantes que s¨®lo empezaron a protestar a partir de la victoria de Rodr¨ªguez Zapatero-, olvidase, al acusar al PSOE, en la persona del alcalde de Sevilla, que los asesinatos de los concejales y el de Miguel ?ngel Blanco se hab¨ªan producido gobernando Aznar y el Partido Popular y estando el PSOE en la oposici¨®n.
Por cierto, que estando el PSOE en la oposici¨®n y siendo secretario general y jefe de la oposici¨®n Rodr¨ªguez Zapatero en la ¨²ltima etapa, este partido apoy¨® al Gobierno del PP y a su presidente en todas las medidas que tom¨® en la lucha antiterrorista, en contraposici¨®n flagrante de lo que ha hecho el PP en esta legislatura a partir de 2004.
Creo que la responsabilidad de quienes han impulsado las campa?as es extraordinaria, empezando por Rajoy, que, en el debate televisado del lunes, la ha reiterado. Adem¨¢s, persisten
en la mentira, como cuando Pizarro, n¨²mero dos de la candidatura de Madrid, afirma sin sonrojo que el Tribunal Supremo reprocha al Gobierno no haber presentado antes la demanda de ilegalizaci¨®n de ANV, cuando lo que dice el tribunal es todo lo contrario.
La locura colectiva de esa mentira y las acusaciones llenas de ira y de odio, desde la dial¨¦ctica amigo-enemigo, no es s¨®lo de personas con poco criterio que se dejan influir y orientar, sino tambi¨¦n de dirigentes que desde una mala fe evidente manipulan y mienten a sabiendas. Otro caso clamoroso que me afect¨® personalmente fue cuando el senador Cosid¨® me acus¨® de hacer el juego a ETA como Alto Comisionado para las V¨ªctimas. Nos conoc¨ªamos bien, puesto que yo hab¨ªa impulsado desde la Carlos III el Instituto Duque de Ahumada, con la Guardia Civil, siendo ¨¦l jefe de gabinete del director general Valdivielso. Cuando vi aquel furibundo ataque me parec¨ªa imposible que fuera cierto. Y cuando comparec¨ª en el Senado y comprob¨¦ que hizo ¨ªmprobos esfuerzos para que le diera la mano ante un fot¨®grafo de su partido, ya no comprend¨ª nada y dud¨¦ de la coherencia de ese se?or.
En este tema del terrorismo y de sus v¨ªctimas nunca comprend¨ª que una Universidad como el CEU se prestase a amparar unos congresos donde se sorprend¨ªa a muchas personas de buena fe y se exclu¨ªa a muchos sectores de v¨ªctimas, y que se utilizara a la Universidad para, desde los congresos, centrar los ataques, no en los terroristas, sino en el Gobierno. Qu¨¦ lejos est¨¢ aquel San Pablo que yo conoc¨ª con Abelardo Algora, Carlos Viada y Antonio Fern¨¢ndez Galiano, entre otros muchos que potenciaron la dignidad de una respetable universidad privada.
Es curioso que el juicio de estos sectores respecto de una pol¨ªtica antiterrorista que ha desmantelado m¨²ltiples comandos y que est¨¢ neutralizando a los partidos mim¨¦ticos con Batasuna, con cuatro muertos en la legislatura a partir de 2004, se compare con desventaja respecto al periodo anterior, con docenas y docenas de muertos, con una permisividad para Batasuna y para "el movimiento vasco de liberaci¨®n", como dec¨ªa Aznar, y tambi¨¦n con fracaso para acabar con la violencia. Es la reiterada repetici¨®n de mentiras que ese sector quiere creer como si fuera la verdad.
En ese mismo contexto debo situar mi etapa como secretario de Estado, Alto Comisionado de Apoyo a las V¨ªctimas del Terrorismo. Entre un desprecio infinito y una mala memoria respecto a agravios y mentiras, he podido superar tanta miseria y tanta podredumbre, muy ayudado por el buen trabajo y los buenos afectos de mi relaci¨®n con las v¨ªctimas reales de todas las asociaciones y fundaciones. Cuando yo llegu¨¦ estaban sentadas las bases de la solidaridad con la ley aprobada en 1999 por el Gobierno del Partido Popular, y con el apoyo incondicional del Partido Socialista, pero quedaban muchas cosas por hacer y muchas lagunas por cubrir.
Creo que esa tarea la hicimos entonces y la sigue haciendo ahora el director general de V¨ªctimas del Terrorismo del Ministerio del Interior, el profesor Rodr¨ªguez Uribes. Resolvimos problemas, muchos de indemnizaciones no pagadas, removimos muchas situaciones no resueltas, en el ¨¢mbito de la descolonizaci¨®n del S¨¢hara, del hotel Corona de Arag¨®n, de atentados terribles como el de Hipercor de Barcelona, entre otros. Iniciamos otras v¨ªas de apoyo en relaci¨®n con la vivienda, el empleo, la salud, especialmente en materia psicol¨®gica, y tambi¨¦n con el apoyo a las v¨ªctimas de atentados de espa?oles producidos en el extranjero, la extensi¨®n de los beneficios a las parejas de hecho en materia de pensiones extraordinarias, el alejamiento de los condenados por terrorismo respecto de sus v¨ªctimas tras cumplir condena, o la mejor y m¨¢s eficiente exigencia de las responsabilidades civiles y econ¨®micas.
Lo m¨¢s importante fue la comprensi¨®n y el afecto de las v¨ªctimas. En ese contexto, la incomprensible actitud de cr¨ªtica y de rechazo del Partido Popular, con pocas excepciones, como las de Fraga y Gabriel Cisneros, y el silencio de algunos que cre¨ª eran mis amigos, no me result¨® insoportable. Tampoco la beligerancia de algunos dirigentes de la AVT me sorprendi¨® ni me afect¨®. Ahora, al cabo del tiempo, s¨®lo queda el buen recuerdo de muchas personas y el trabajo bien hecho.
Gregorio Peces-Barba Mart¨ªnez es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa del Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid.
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