Opacidad
Cuando finalizaba ya el pasado a?o, la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa impuso in extremis y por decreto un nuevo Impuesto de Sociedades que rebajaba el anterior y lo homogeneizaba con el ya aprobado para los otros dos territorios de nuestra comunidad. El decreto fue rechazado por las Juntas Generales y su validez depender¨¢ de lo que decidan los tribunales, pero puso en evidencia una forma de actuar que cuestiona la idoneidad de nuestras instituciones para impedir cualquier cacicada. Cambiemos de partido al frente de nuestra Diputaci¨®n, algo que bien pudo haber ocurrido, y el resultado hubiera sido muy distinto, aun en el hipot¨¦tico caso de que tambi¨¦n se hubiera recurrido al decretazo.
En Guip¨²zcoa, el guirigay institucional est¨¢ obstaculizando cualquier proyecto
De haber sido as¨ª, el Impuesto de Sociedades hubiera sido menos generoso que en el resto de la comunidad, con la consiguiente desigualdad que hubiera impuesto. Ignoro si esa situaci¨®n hipot¨¦tica nos hubiera equiparado a¨²n m¨¢s al caso Azores, pero tengo la impresi¨®n de que no hubiera servido como argumento favorable para el Tribunal Europeo de Luxemburgo, que analizar¨¢ hoy nuestro Concierto.
Todos esperamos con expectaci¨®n lo que vaya a resolver ese tribunal, pero me pregunto si el camino hacia una sentencia positiva no estar¨ªa m¨¢s expedito si nuestras resoluciones en materia fiscal fueran m¨¢s transparentes. Si nuestro Parlamento tiene atribuciones para legislar en materia fiscal, no se entiende, salvo que sea por intereses partidistas muy concretos y por una concepci¨®n ideol¨®gica de la identidad vasca que ya no se ajusta a la realidad, por qu¨¦ no hace uso de ella y se evitan as¨ª determinados limbos propicios a la arbitrariedad y susceptibles de ser cuestionados legalmente. El laberinto institucional vasco, que resulta tan opaco, nos deja inermes y algo aturdidos a los ciudadanos, de ah¨ª que quiz¨¢ tengamos que celebrar que sean otros los que se interesen por ¨¦l y nos lo clarifiquen un poco.
No s¨®lo nuestras instituciones resultan laber¨ªnticas, sino que tambi¨¦n parecen serlo todas nuestras iniciativas. Tendemos a ser opacos, y si esa propensi¨®n viene dictada por la creencia de que pueda aportar beneficios, los hechos est¨¢n empezando a demostrarnos lo contrario. En Guip¨²zcoa el guirigay institucional est¨¢ obstaculizando cualquier proyecto y el mismo guirigay es moneda corriente m¨¢s all¨¢ de las instituciones, aunque ¨¦stas anden siempre de por medio, como puede verse estos d¨ªas con lo ocurrido con el Museo Balenciaga. Fij¨¦monos en ese tinglado que parece ser tierra de nadie a fuerza de serlo de tutti quanti. Es dif¨ªcil seguir el hilo, pero tenemos, por un lado, una fundaci¨®n, cuyos patronos son los Reyes y cuya plana mayor parec¨ªa una representaci¨®n del qui¨¦n es quien cada vez que aparec¨ªa en escena, tal era el enjambre de modistos de post¨ªn, duquesas y personajes caviar que lo nutr¨ªan. Las tareas de la Fundaci¨®n ten¨ªan que ver con los contenidos del futuro museo y la ¨²nica instituci¨®n que figuraba en ella era el Ministerio de Cultura. Es curioso que el patrimonio de la Fundaci¨®n, o al menos parte de ¨¦l, fuera adquirido por el Gobierno vasco, instituci¨®n ajena al mismo y tambi¨¦n a su control. Y tenemos, por otro lado, la sociedad Berroeta-Aldamar, en el que s¨ª participar¨ªan el Gobierno vasco, la Diputaci¨®n y el Ayuntamiento de Getaria, y a cuyo cargo correr¨ªa fundamentalmente el continente, el edificio. El nexo de uni¨®n entre ambas instancias parece ser Mariano Camio, que sale descalabrado de tama?o conglomerado y del que me cuesta creer que las irregularidades que haya podido cometer no sean fruto de la torpeza, m¨¢s que de la mala intenci¨®n o del af¨¢n de lucro.
De la fundaci¨®n desaparecen, al parecer, fortunys y balenciagas, se ceden prendas sin garant¨ªas, se env¨ªan informes a la fiscal¨ªa por parte de una conservadora que para saber si lo ha enviado o no dice que tiene que consultarlo. En cuanto a la sociedad, se asigna un proyecto sin concurso alguno, los presupuestos se triplican y las obras se hacen inacabables. ?Hace cu¨¢ntos a?os comenz¨® esta historia? Lo que s¨ª parece es que hay vida m¨¢s all¨¢ de la Consulta que todo lo tapa. ?Y qu¨¦ vida!
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