Libros en campa?a
Los periodos preelectorales resultan favorables para la publicaci¨®n de libros de personajes pol¨ªticos que, o bien van a desempe?ar el protagonismo en las campa?as, o bien encuentran la ocasi¨®n para ofrecer al p¨²blico la propia imagen, y de paso apuntalar de modo indirecto la de su grupo pol¨ªtico. La calidad es l¨®gicamente desigual, y a veces nula. Sin embargo, no faltan obras que voluntaria o involuntariamente ofrecen algunos datos de inter¨¦s.
Es lo que sucedi¨® con los dos primeros libros que inauguraron la serie el pasado a?o. Las Cartas a un joven espa?ol (Planeta), de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, ten¨ªan el inconveniente de apoyarse en un libro de otro calado, el epistolario de Ortega y Gasset publicado hace tiempo bajo el t¨ªtulo de Cartas de un joven espa?ol. Aznar ofrec¨ªa en las cartas al joven significativamente llamado Santiago un buen resumen de sus ideas, de su buena conciencia y de su estilo afectado siempre de una cierta aspereza. A modo de contrapunto, salt¨® pronto a la palestra Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, de la mano de Suso de Toro, en el libro m¨¢s comentado de la serie, Madera de Zapatero (RBA). Comentado y criticado. De Toro se pasaba un tanto al intentar acumular elogios y rasgos positivos de la personalidad de su amigo. El montaje era h¨¢bil, pero sobraba la sensaci¨®n de puja por mostrar cada uno los rasgos m¨¢s favorables del presidente. S¨®lo que escondidas entre las flores, el lector pod¨ªa ir encontrando piezas suficientes como para componer un retrato m¨¢s real de quien fuera calificado por el escritor en la presentaci¨®n del libro de "pura sangre" y de "bulldog".
Por ello tiene Madera de Zapatero mayor inter¨¦s que el acad¨¦mico y bien dise?ado Examen a Zapatero (Temas de Hoy), que lleva la firma del polit¨®logo Philip Pettit, y donde el presidente contesta en buen alumno, en demasiado fiel alumno, a las preguntas de Pettit. Todo va hacia lo mejor en el mejor de los mundos. En todo caso, confiesa Zapatero, "no siempre hayamos estado acertados a la hora de explicar el sentido de nuestras medidas". Las autonom¨ªas, de f¨¢bula. Etc¨¦tera. El libro es ¨²til sobre todo por el resumen que hace Philip Pettit de su doctrina republicana en el cap¨ªtulo cuarto.
De las autobiograf¨ªas aparecidas, la m¨¢s interesante es sin duda la de Jordi Pujol, Historia de una convicci¨®n. Memorias (1930-1980) (Destino). Para quienes ven en el nacionalismo una corriente pol¨ªtica irracional, carente de contenidos positivos, el relato de los a?os de primera juventud de Pujol muestra c¨®mo un joven catal¨¢n de clase media ten¨ªa necesariamente que sentir la opresi¨®n de su nacionalidad y, desde la religi¨®n y el patriotismo, pensar en un futuro de actuaci¨®n pol¨ªtica por Catalu?a y la democracia. La autobiograf¨ªa es tambi¨¦n la cr¨®nica precisa del resurgimiento de un movimiento pol¨ªtico-cultural y de un pa¨ªs.
Otras dos autobiograf¨ªas est¨¢n en cambio orientadas hacia el presente. En especial, la de Rosa D¨ªez, Merece la pena (Planeta), tiene por claro objetivo difundir la imagen de la l¨ªder de UPD, asignando en consecuencia un lugar de privilegio a los procesos que desembocaron en su salida del PSOE. La minuciosa narraci¨®n de los proleg¨®menos y del desarrollo del Congreso que descubri¨® y encumbr¨® a Zapatero apunta al protagonismo en la sombra de Felipe Gonz¨¢lez, circunstancia que puede estar detr¨¢s de sus desabridos comentarios sobre alg¨²n episodio reciente de la actuaci¨®n de D¨ªez. El libro arroja en cambio escasa luz sobre el papel jugado por el socialismo en Euskadi, m¨¢s all¨¢ de los sucesos en el v¨¦rtice. Es el problema de libros que buscan sobre todo incidir sobre la opini¨®n p¨²blica, a veces con reducido inter¨¦s, como es el caso del Duelo de titanes (Espasa), sobre la pugna Gallard¨®n-Aguirre, de Luc¨ªa M¨¦ndez. El testimonio de Rosa D¨ªez, sin embargo, desborda la cr¨®nica en momentos como el de su salida, espejo por otra parte de miserias humanas.
Con El camino de la concordia. De la c¨¢rcel al Parlamento (Debate), Gabriel Elorriaga conjuga la atenci¨®n a la pol¨ªtica actual, l¨®gicamente cr¨ªtica hacia Zapatero y elogiosa hacia su prologuista Rajoy, con el relato surgido de su condici¨®n de observador participante en la pol¨ªtica espa?ola desde la movilizaci¨®n universitaria de 1956, que dio con ¨¦l en la c¨¢rcel, hasta las elecciones de 1982. Es la perspectiva de un conservador, hombre de Fraga en AP, que intenta comunicar los sucesos en que interviene con la mayor pulcritud posible. Un testimonio valioso, cerrado con una llamada a la concordia vista desde el ¨¢ngulo del PP.
Para aquellos que deseen descansar de la actualidad y reflexionar, existe la posibilidad de acudir al libro colectivo presentado por Luis A. Garc¨ªa Moreno y Gabriel Tortella, La democracia ayer y hoy (Gadir). No s¨®lo est¨¢ ah¨ª la democracia cl¨¢sica griega, sino el recorrido de la democracia moderna, l¨²cidamente trazado por Joaqu¨ªn Abell¨¢n. -
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