Apuesta arriesgada
En las elecciones del pr¨®ximo 9-M no est¨¢ en juego solamente qu¨¦ partido va a tener la mayor¨ªa parlamentaria y va a estar en condiciones de formar gobierno -porque, se diga lo que se diga, el partido que tenga mayor¨ªa parlamentaria ser¨¢ el que formar¨¢ Gobierno-, sino que est¨¢ en juego algo m¨¢s. Y est¨¢ en juego algo m¨¢s, porque as¨ª lo ha querido el PP, que ha hecho una apuesta sumamente arriesgada.
El PP no pretende simplemente que el 9-M los ciudadanos le den la victoria sobre el PSOE y le permitan formar Gobierno, sino que lo que pretende es que los ciudadanos confirmen su tesis, avanzada y nunca rectificada desde el comienzo de esta legislatura, de la falta de legitimidad del Gobierno socialista, porque las elecciones del 14-M no se ganaron de manera limpia. La tesis del PP es que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero no deber¨ªa haber sido presidente del Gobierno, que el proyecto de direcci¨®n pol¨ªtica del pa¨ªs que se deber¨ªa de haber continuado poniendo en pr¨¢ctica era el del PP que se inici¨® en 1996 y que todav¨ªa ten¨ªa recorrido para varias legislaturas. Fue el atentado del 11-M el que quebr¨® la continuidad de ese proyecto y el que permiti¨® que el PSOE recuperara el Gobierno. El resultado ha sido un desastre. Un Gobierno formalmente leg¨ªtimo, pero que materialmente no lo es, es el que ha estado dirigiendo el pa¨ªs. ?sta es una anomal¨ªa hist¨®rica que tiene que ser cancelada. Y esto es lo que, en su opini¨®n, deben hacer los ciudadanos el 9-M.
Lo que el PP le est¨¢ pidiendo a los ciudadanos es que hagan suya la tesis de la falta de legitimidad del Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y que lo degrade a la condici¨®n de un par¨¦ntesis en la historia de la democracia espa?ola, con lo cual se justificar¨ªa adem¨¢s una acci¨®n de gobierno revisora de lo que en estos cuatro a?os se ha hecho. De todo lo que se ha hecho. La acci¨®n de gobierno de esta legislatura no deber¨ªa haber tenido lugar. Cuanto m¨¢s pronto se rectifique mejor. ?sta es la apuesta del PP.
Obviamente, si la apuesta le sale bien, lo que el PP ganar¨ªa ser¨ªa mucho m¨¢s que recuperar el Gobierno. Pondr¨ªa al PSOE en una posici¨®n pr¨¢cticamente imposible para bastante tiempo. La mancha de ilegitimidad no se borra f¨¢cilmente. La direcci¨®n actual socialista quedar¨ªa pr¨¢cticamente inhabilitada para hacer pol¨ªtica, reabri¨¦ndose la crisis de sucesi¨®n de Felipe Gonz¨¢lez que se cerr¨® con la llegada de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero a la Secretar¨ªa General. Por eso digo que no es el Gobierno de la naci¨®n lo que est¨¢ en juego. El PSOE quedar¨ªa retrotra¨ªdo al a?o 96.
Ahora bien, en el caso de que la apuesta no le salga bien, el coste para el PP no ser¨ªa menor. Una acusaci¨®n de falta de legitimidad, si no es confirmada por el cuerpo electoral, que es el ¨²nico dispensador de legitimidad aceptable y aceptado, se vuelve contra quien la formula. No ser¨ªa Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y su Gobierno el par¨¦ntesis en la historia democr¨¢tica de Espa?a, sino que lo ser¨ªa Mariano Rajoy y la direcci¨®n del PP en su conjunto.
Si el PP no consigue ganar las elecciones, ser¨ªa su relato de lo que ha ocurrido en Espa?a en estos ¨²ltimos veinte a?os, esto es, los que van desde la refundaci¨®n de AP como PP en el Congreso de Sevilla hasta hoy, el que quedar¨ªa arruinado. El relato del PP descansa en el agotamiento del programa socialista tras las cuatro legislaturas de Felipe Gonz¨¢lez y en la vigencia del programa alternativo formulado por la derecha espa?ola bajo la direcci¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Programa de largo aliento, que quebr¨® por el 11-M, pero no porque no fuera el que la sociedad espa?ola necesita. De ah¨ª la necesidad de cerrar el par¨¦ntesis Zapatero. La elecci¨®n de Mariano Rajoy ser¨ªa simult¨¢neamente la reivindicaci¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y de su pretensi¨®n de haber puesto en pie un programa de gobierno para Espa?a que ir¨ªa mucho m¨¢s all¨¢ de sus a?os en La Moncloa.
Si los ciudadanos no deciden que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero es un par¨¦ntesis, ser¨¢ este relato el que quedar¨¢ degradado a la condici¨®n de espejismo. Ser¨¢ Mariano Rajoy el que se habr¨¢ convertido en un par¨¦ntesis insignificante en la historia de la derecha espa?ola y quedar¨¢ reducida a su condici¨®n de mero presidente del Gobierno durante dos mandatos la figura de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. El PP se quedar¨ªa sin direcci¨®n pol¨ªtica y sin programa en el sentido fuerte del t¨¦rmino. La derrota del PP le tiene que conducir a una suerte de refundaci¨®n, como la que hicieron a finales de los ochenta.
?sta es la raz¨®n por la que las elecciones se est¨¢n viviendo con mucha angustia. Tanto en el PSOE como en el PP. Y como consecuencia de ello, tambi¨¦n, aunque con menor intensidad, en la sociedad espa?ola. Unas elecciones no deber¨ªan plantearse nunca en t¨¦rminos de legitimidad, porque la legitimidad debe presuponerse y no ser siquiera sometida a discusi¨®n. Pero esa ha sido la apuesta del PP.
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