A cara de perro

El cron¨®metro estar¨¢ esta vez en su sitio, y el l¨ªder no tendr¨¢ que desviar la vista todo el tiempo. Los primeros planos ser¨¢n m¨¢s abiertos. El traje no le quedar¨¢ tan peque?o. Leer¨¢ menos y seguramente no habr¨¢ una ni?a, la pol¨¦mica ni?a, en su discurso final. Mariano Rajoy ha visto el v¨ªdeo del debate estos d¨ªas con sus asesores, con Pedro Arriola a la cabeza. Y ha pulido todos los errores que detectaron en el primero. Sin embargo, Rajoy y su equipo, que antes de llegar al debate habr¨¢n dedicado al menos dos ma?anas y dos tardes completas a este asunto en Madrid, y varias horas en los viajes de campa?a con Antonio Sola, otro asesor externo, pueden retocar lo que depende de ¨¦l, pero no pueden influir en lo que, seg¨²n el entorno del l¨ªder, ser¨¢ la clave del debate: ?En qu¨¦ tono ir¨¢ Zapatero?

El lunes, Rajoy abri¨® todos los bloques tem¨¢ticos -que ser¨¢n los mismos ma?ana- y Zapatero cerr¨® el debate. Ahora ser¨¢ al rev¨¦s. Y eso hace, seg¨²n los asesores de Rajoy, que el ritmo y el tono que imprima el presidente sea definitivo, porque todo queda marcado por sus primeras intervenciones.

Una sorpresa

El PP se espera un debate a cara de perro. De hecho, Rajoy lanz¨® ayer en un mitin en Zaragoza un aviso a Zapatero: "Est¨¢ escudri?ando el pasado. Me tiene preparada una sorpresa para el lunes, pero yo ya s¨¦ cu¨¢l es", dijo. ?sta consistir¨ªa, seg¨²n fuentes de su entorno, en sacar a relucir la gesti¨®n como ministro del Interior en asuntos de inmigraci¨®n, especialmente en expedientes de regularizaci¨®n. ?l, dice, contrarrestar¨¢ hablando de futuro y "sacando lo de Gabilondo", esto es, la confidencia en la que Zapatero dijo que necesitaba "tensi¨®n" en la campa?a.

Los populares creen que lo l¨®gico ser¨ªa que el primer debate fuera de an¨¢lisis de la legislatura, m¨¢s cr¨ªtico, y el segundo de contraste de propuestas. Es lo que sucedi¨® en 1993 con Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Pero Aznar gan¨® el primero y perdi¨® el segundo por concentrarse demasiado en las propuestas.

Por eso el PP cree haber aprendido de los errores de Aznar y de Zapatero. El presidente, en opini¨®n de los estrategas del PP, dej¨® demasiadas veces que Rajoy le acusara de mentiroso sin responderle. Eso provoca, dicen, un efecto muy malo en el espectador, que puede pensar que Zapatero daba por buenas las acusaciones. Rajoy no lo har¨¢. Si le atacan, se defender¨¢ con u?as y dientes. Por eso, los populares est¨¢n convencidos de que el choque ser¨¢ a cara de perro.

En cualquier caso, el PP necesita colar sus mensajes positivos. Los populares van por detr¨¢s en las encuestas, y aunque se?alan que sus sondeos les dan una tendencia favorable, admiten que crecen muy poco a poco. Por eso necesitan un empuj¨®n que s¨®lo les pueden dar los socialistas desencantados. En el primer debate, el l¨ªder del PP se concentr¨®, admiten en su entorno, en reforzar las posiciones propias, en hablar para sus fieles y en demostrar que es un candidato que puede ganarle un debate a Zapatero. Ahora, sin embargo, si el PP quiere darle la vuelta a las encuestas, es imprescindible atraer a los indecisos de centro o socialistas desencantados a su redil.